CONTROL DE PRECIOS AGROPECUARIOS EN CUBA. UTOPIAS Y REALIDADES

Silvio David Gutiérrez Pérez

III. LA IDENTIFICACIÓN DEL COSTO DE PRODUCCION PARA FORMACION DEL PRECIO DEL PRODUCTO AGRICOLA.>

III.1 Conceptos generales sobre el costo de producción agrícola.
Para la planificación de los precios es necesario identificar la formación de los costos y gastos de producción, así como la magnitud de ganancia. En este capitulo se evalúa la formación planificada del costos de producción agrícola. Existe una apreciable diferencia entre la determinación del costo de producción agrícola del productor individual y el que se debe asumir para planificar un precio.

El costo de producción agrícola del productor individual se puede identificar como la sumatoria de los costos y gastos que se requieren o que se aplicaron a una determinada producción agrícola en un área cosechada. El costo de producción en el presente trabajo primero se analiza al nivel área productiva y en próximos capítulos de manera unitaria o por unidad de producto, expresado en toneladas, kilogramos, quintales o libras.

El costo de producción que se debe asumir para la planificación del precio agrícola, se reconoce socialmente para este objetivo, por tanto demanda la evaluación de un conjunto de aspectos intrínsicos a los procesos productivos agrícolas como son; la calidad de la tierra, las épocas de cosecha, la distancia a los mercados y otros exógenos como la necesidad de estimular determinadas producciones por su importancia para la economía nacional, que es preferible estudiarlo posteriormente.

Para la determinación del costo de producción es imprescindible contar con la carta tecnológica aprobada por los institutos científicos especializados. En este documento se relacionan los procedimientos, insumos y periodicidad de cada uno de las agrotécnicas que requiere el producto.

La ficha de costo o de precio de un producto es el resumen de la carta tecnológica aprobada para las determinadas condiciones específicas, la que no necesariamente tiene que coincidir con la adoptada para la planificación del precio.

Un concepto importante que permite mayor transparencia y homogeneidad en la información sobre los costos agrícolas, consiste en que los conceptos de costos y gastos se limitan hasta que el producto se encuentra cosechado en el campo y listo para su acarreo, lo que significa que en los costos agrícolas no pueden incluirse gastos de acarreo y circulación, ni otros no previstos.

También es necesario precisar que si se pretende planificar un precio agrícola hay partir de la aprobación del plan de insumos realizado por la dirección del país, así como de las normas de consumo técnicamente argumentada y aprobadas por quien corresponde. De esta manera una particularidad del precios agrícola es que como en cada año se pueden aprobar plan de de insumos diferentes y por tanto rendimientos agrícolas diferentes, al menos una vez al año requieren de su revisión y si es necesario actualizarlos.

Entre los elementos más significativos que se requieren identificar en el costo de producción agrícola se encuentran. 

  Los gastos financieros, incluyendo comisiones bancarias, intereses, primas de
  seguro e impuestos.

En los costos, desde el punto de vista de la formación del precio , es relevante la forma en que participan cada uno de uno de sus elementos. A los que trasfieren íntegramente su valor en cada proceso productivo, junto con la transformación de su valor de uso, se les denomina Costos Directos y aquellos que los hacen varios procesos productivos se les denomina Costos Indirectos.

Entre los conceptos que se identifican como Costos Directos se pueden relacionar los siguientes:

  1. Los fertilizantes, incluidos químicos, naturales, bioquímicos.
  2. Los plaguicidas biológicos y  químicos, donde se encuentran los pesticidas, herbicidas, etc.
  3. Los portadores energéticos directos a la producción.
  4. El agua.
  5. La semilla.
  6. Los gastos de salarios

Como se puede apreciar los precios de los productos y servicios que participan como Costos Directos deciden sobre los costos agrícolas, por lo que es prioritaria una efectiva política de precios que promueva su óptima utilización. 

En los costos indirectos tiene relevancia para los activos fijos tangibles las normas de depreciación que se utilizan. Hay equipos que pueden tener una larga utilización como los regadíos, maquinaria agrícola y almacenes de productos, mientras otros, como determinados aperos e instrumentos, pueden servir para no más de tres ciclos productivos.

En la formación del costo agrícola es muy importante identificar un conjunto de de gastos que no pueden considerarse para la formación de los precios como son:

  1. Los causados por desastres naturales.
  2. Las multas, penalizaciones o gastos innecesarios por incumplimientos de parámetros agrotécnicos y medioambientales.
  3. Las mermas y pérdidas agrícolas por encima de las normas previstas.

Como en todo proceso productivo la identificación y control adecuado de los costos de productos resultan clave para la eficiencia económica. Este aspecto dimensiona su importancia cuando estos datos son requeridos para la planificación de los precios, por lo que resulta imprescindible identificar un conjunto de restricciones para su determinación que permitan que no se incluyan ineficiencias o gastos innecesarios.

III.2 Principales restricciones en el reconocimiento de algunos conceptos de costos de la producción agrícola.

A diferencia de la producción industrial, donde los precios pueden regularse por el mercado como resultado de una fuerte competencia interempresarial por la dispersión en la concentración de la producción y esta satisfacer la demanda de los mercados, en la producción agrícola,  como se conoce, los precios se deben establecer reconociendo las peores condiciones de producción porque la demanda esta insatisfecha.

La importante y necesario consiste en delimitar no sólo que conceptos de costo pueden formar el precio de un producto y cuales no, también que restricciones cuantitativas deben considerarse, de forma tal, que la formación de un precio de manera planificada tenga limites objetivos perfectamente identificables. A continuación se relacionaran algunas de las restricciones más significativas.

III.3 Los servicios prestados en la preparación de la tierra.

En la preparación de la tierra para la siembra, con independencia de que sean asumidos por el propio productor o por servicios que reciba, se incurren en dos tipos de costos:

    1. Las inversiones realizadas en el desbroce de la tierra, la creación de   infraestructuras que tienen una prolongada utilización, etc. que requieren ser incorporadas al costo a través de la depreciación establecida.
    2. Los costos de preparación de la tierra para el cultivo específico que se realizará.

Esta diferenciación en los tipos de costos es muy necesaria para no incrementar los precios de los productos con datos erróneos.

Una restricción significativa por producto puede ser la posibilidad de realizar un laboreo mínimo de las tierras, para lo cual a la ficha de costos no es necesario trasladar gastos superiores a los que lleva este servicio.

Reflejar los costos de los servicios agropecuarios en la actualidad constituye uno de los asuntos más polémicos para determinar la ficha del precio del producto. La causa de esta situación radica en que este servicio puede ser realizado por entidades estatales que oficialmente pueden tener tarifas relativamente razonables, pero al margen o fuera de esta relación se imponen otros tipos de pagos que no se identifican, pero son imprescindibles para que en las condiciones actuales se realicen.

III.4 El costo de la semilla y las cepas.

Cada producto agrícola tiene su costo específico de semilla, unos relativamente muy baratos y otras más caros. La complejidad de este concepto se aprecia cuando es un cultivo que con una adecuada siembra se pueden realizar varias cosechas, como por ejemplo la caña de azúcar, el plátano y una amplia variedad de frutas.

En los casos en que se obtienen varias cosechas de una siembra se requiere determinar a la siembra como una inversión y trasladar su costo al producto a través de una cuota de depreciación.

Otro asunto curioso desde el punto de vista del precio es que a la semilla se le reconoce por el productor para el destino de la siembra un precio superior, a partir de las cualidades genéticas y de germinación que poseen y los gastos de almacenamiento, transporte y custodia requeridos, pero este producto en el mercado minorista no rebasaría el precio de la primera calidad.

III.5 Los costos por los fertilizantes y plaguicidas.

Los costos de los fertilizantes y plaguicidas en la producción agrícola cada vez se encarecen más, sobre todos los que tienen un origen químico y biológico.  Su utilización se decide por el incremento que provoca de los rendimientos agrícolas.

Existen especificaciones técnicas, normadas en las cartas tecnológicas, sobre la utilización por tipo de fertilizante y para cada cultivo que pueden considerarse en la determinación de los costos de estos insumos, aunque no siempre sea el único criterio a evaluar.

III.6 El abasto de agua y portadores energéticos.

Aunque en determinados productos agrícolas los gastos de agua y portadores energéticos no sean relevantes el incremento de los precios de estos insumos y la necesidad de su uso racional por la sociedad imponen una adecuada identificación en los costos agrícolas.

La complejidad de la medición del consumo del agua y los portadores energéticos, así como lo racional o no de establecer metros contadores es un asunto de evaluación en cada tipo de cultivo por los productores y las entidades que proporcionan estos servicios, lo que no se puede dejar de reflejar en cada producto los gastos racionales de estos insumos.

III.7 La depreciación de equipos, instalaciones e implementos agrícolas que se utilizan en varios ciclos productivos.

A diferencia de los procesos industriales las normas aceleradas de depreciación de los equipos agrícolas están más justificadas por el desgaste físico que por la depreciación moral de los mismos.

La depreciación no constituye un concepto de gastos significativo en la mayor parte de las producciones, sobre en la condiciones de la economía agrícola cubana, no obstante su apertura y reconocimiento estimula la utilización de equipos e instalaciones agrícolas.  

III.8 El pago a la fuerza de trabajo, incluida la de la siembra y la cosecha.

Si se miden los gastos de salario por el esfuerzo realizado y el desgaste físico del productor agrícola nunca será adecuadamente retribuido. La fuerza de trabajo agrícola generalmente es la de menos ingresos porque requiere menos gastos para su reproducción social, por necesitar de menos instrucción o capacitación, entre otros.

Una particularidad en la identificación de estos costos consiste en que el productor agrícola puede ser a la vez trabajador y propietario del producto. En esta circunstancia es preferible no incluir como costo el salario como productor e incrementar la utilidad, lo que le favorecerá al no tener que pagar el impuesto por la utilización de la fuerza de trabajo que es superior al impuesto por ingresos personales.

Otro aspecto a destacar es que la participación de la fuerza de trabajo no tiene un comportamiento lineal en el ciclo productivo. Aunque haya productos en que requieran una sistemática y capacitada atención en los momentos de siembra y cosecha el productor recurre a incorporar nuevas fuerzas de trabajo de manera tal que estos periodo sean lo mas breve posible y pueda lograr sus objetivos en el mas breve plazo. También en determinas situaciones como pueden ser plagas o afectaciones climáticas pueden ocurrir picos en la utilización de la mano de obrar, pero estos casos son excepcionales.

III.9 Los gastos de administración y dirección.

Para un productor independiente los gastos de dirección pueden resultar innecesarios, pero la mayor parte está cooperativizado en formas productivas más o menos socializadas y deben asumir, como parte de los costos las contribuciones que requieren realizar a la dirección de su colectivo.

Como norma general se ha identificado un aporte porcentual de las ventas que debe realizar cada productor a la dirección de la cooperativa, en el caso de las que son de crédito y servicio. También para otras formas productivas se determinan normas que en todos los casos deben evaluarse, comparándolas con la de otras actividades para validar si son racionales.

III.10 Los gastos financieros, incluyendo comisiones bancarias, intereses, primas de seguro e impuestos.

Similar al proceso industrial los gastos financieros deben ser reconocidos en los precios. Un tratamiento específico tienen las primas de seguro, las que deben forma parte en la planificación del precio aunque hayan productores que no prevean la administración de sus riesgos productivos.

Los tributos que constituyen gastos previstos por los productores como son, por la utilización de la fuerza de trabajo, contribución a la seguridad social, el uso de la tierra, u otro deben planificarse en el costo del producto y su precio de acopio.

Resumiendo, resulta necesario una correcta identificación de los costos de la producción agrícola para la planificación de los precios, por lo que se impone no solo conocer los procedimientos contables establecidos, también las particularidades de los procesos productivos en la agricultura, de manera tal que se garantice una mayor aproximación a los gastos socialmente que se requieren para la formación del precio.

La determinación del costo de la producción agrícola es el paso inicial y básico en la planificación de los precios, se requiere posteriormente evaluar un conjunto de aspectos imprescindibles para la determinación del precio de acopio de cada producto, asunto que se abordará a continuación.

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