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HISTORIA NATURAL DEL HOMO SCIENTIPHICUS O CARTA DE UN PRIMATE A LOS ANTROPÓLOGOS

Alfonso Galindo Lucas




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8.9. Parábola del historiador

Para llegar a explicar a la gente normal cómo la universidad se ha ido convirtiendo en un manicomio, he preferido omitir muchos de los detalles que ya he publicado en otros trabajos y sustituir las explicaciones por una parábola, que es como enseñaba el Maestro, hace unos dos mil años. Hay que aclarar que es un caso ficticio. Aunque está inspirado en las situaciones vividas y observadas por el autor, no pretende señalar a nadie, ni referir una conversación real que se pueda considerar parecida. Se trata de un pronóstico de cómo puede ser el futuro del sistema educativo.

Cueva de Altamira (Europa), año 320 después de Bolonia.

 Pase, profesor, quería comentarle un asunto relacionado con la asignatura Historia Anterior, que usted imparte. Usted tuvo un examen el viernes pasado, ¿no es verdad?

 Así es, Señor propietario.

 Se han recibido quejas de varios alumnos, en relación con la pregunta seis de ese examen.

 Tengo copias del examen, Aquí tiene una, Señor.

 Por lo que veo, en dicha pregunta se pide "comparar la primera república española con la segunda".

 Así es, Señor. Es sobre el tema de España, ese país que existía aquí y más al sur...

 Vale, vale, no me dé una clase. La pregunta, tal y como está formulada ―y usted debería saberlo― ...esa pregunta, ¿eh?, contraviene claramente las normas elementales de la evaluación.

 No entiendo por qué, Señor.

 ¿Por qué? Es que siempre es el mismo problema. El alumno en cuestión me dijo que con el profesor del trimestre pasado habían hecho un examen donde ya se preguntaba eso, porque era sobre la materia del siglo... a ver, aquí lo tengo apuntado: Eso, dieciocho y diecinueve ¿Lo sabía usted? Ya se examinaron de los siglos 18 y 19 y él lo tiene aprobado.

 ¿El alumno?¿Entonces era uno sólo?

 ¿Qué más le da? Estamos aclarando los hechos. Eso es lo que importa. El caso es que usted no puede hacer esa pregunta.

 Efectivamente, el profesor Rocapiedra les examinó acerca de los siglos XVIII y XIX, pero...

 Pues eso: el alumno que se quejó había superado esa materia, al igual que otros compañeros suyos.

 ¿Y por qué no puedo incluir esa pregunta? No les estoy preguntando lo mismo. Se supone que el conocimiento se acumula...

 ¿Cómo que se acumula?

 Claro, porque lo que ocurre en el siglo XX depende directamente de lo que había sucedido en el XIX. Esto es algo básico, ¿Por qué no los puedo pedir que relacionen dos repúblicas consecutivas?

 ¡Cállese, que no he terminado! Este alumno me ha dicho que la primera república española fue en el siglo 19, uno - nueve. ¿Entiende?

 Efectivamente, fue en el XIX.

 Y la segunda en el veinte: uno... este... dos-cero; veinte.

 Así es, Señor.

 Entonces, arréglelo, le ha preguntado otra vez una materia que ya había eliminado en el examen de 'Historia Anterior Uno'.

 Entonces es mejor para él, ¿No?

 Le parece que es mejor tenerse que estudiar dos veces lo mismo.

 Él ya lo ha aprendido, luego se lo sabe. En realidad, le hago un favor preguntando materia que él seguro que conoce.

 Señor profesor, no sea usted obtuso, el alumno es muy libre de olvidar la materia una vez que la ha aprobado; nosotros no tenemos que meternos en eso.

 Pero las materias están relacionadas, si no comprenden la relación, no deberían haber aprobado.

 ¿Cómo se atreve a poner en duda los conocimientos de alguien que ha aprobado?

 No pretendía, Señor, es sólo que...

 Olvídese, ¿qué más le da?¿Por qué quiere complicarse la vida? La única solución es que usted considere esa pregunta como correctamente contestada por todos los alumnos, puesto que ya superaron esa materia.

 Bueno, en parte sólo, porque la Segunda República es materia del siglo XX (dos-cero).

 Señor profesor, su actitud está pasando por encima de las normas y está dejando de ser respetuosa, no me extraña que los alumnos se quejen tanto de usted. Además, ¿a qué venía una pregunta tan complicada?¿Es que quiere que no aprueben?

 Si no saben, no deben aprobar ¿No?

 ⅰNo señor! A ver si se entera, DEBEN APROBAR, AUNQUE NO SEPAN, ¿cómo quiere que se lo diga? Como propietario de esta cueva, tengo que atraer clientes y ellos pagan su sueldo, no lo olvide.

 Yo lo decía porque en los estatutos de esta cueva dice...

 ⅰY dale! No me replique ¿No le ha quedado suficientemente claro? Se lo diré de otra forma: Tienen que aprobar como sea, no vaya a suceder que al final alguno termine aprendiendo cosas. Es mejor que no aprendan; es al revés de como usted lo ve ¿Entiende? Si no saben, aprueban y si alguno por casualidad usted observa que aprende cosas, a ese sí puede colocarle un suspenso, pues a buen seguro que es un sujeto peligroso. ¿Ha quedado claro? No diga nada, tan sólo quiero que usted tenga por garantizada una cosa: Como yo me entere de que usted enseña algo a los alumnos, se verá mendigando en menos que canta un gallo y yo me encargaré de que no lo admitan en ninguna otra cueva. Los alumnos han pedido su cabeza, así como lo oye. Por desgracia, el apagón del año 263 impide que puedan examinarse ellos solos en un cacharro de esos que tenemos en el museo, un Orreñador Personal.

 No se preocupe, lo he entendido todo perfectamente. Una cosa más, sólo una propuesta. Verá: Teniendo en cuenta lo que acaba de explicarme amablemente, he pensado que se podrían vender más caros los puntos del notable que los del aprobado, le ruego que piense en ello. Y si la fórmula tiene éxito, los sobresalientes podrían cobrarse bastante caros; eso le vendría bien a esta cueva; es sólo una sugerencia. Me retiro respetuosamente, señor propietario.

 Me alegra que atienda a razones. No olvide que ha costado mucho llegar a un sistema educativo como el actual. Andes de que salga, le diré una cosa: Usted es experto en el siglo veinte de la Era Anterior y en historia de España; no olvide que a los estudiantes de Barcelona les pegaron y los detuvieron, a principios de ese siglo; me he documentado bien, ¿sabe?. Todos sabemos que fueron los mártires de nuestro sistema participativo, transparente, ágil y de calidad. ¿No fue en ese siglo? Corríjame si me equivoco.

 Precisamente estoy investigando sobre aquella época, Señor; al parecer, se manifestaban en contra del proceso de Bolonia.

 ¿En contra? Bobadas, si sigue por ese camino, usted solo se desacreditará; yo conozco el gremio de la docencia y la investigación; por algo soy propietario. Por cierto, esta semana usted está castigado sin cobrar.


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