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REFORMAS CONSTITUCIONALES Y REVOLUCIÓN BOLIVIANA

Ricardo Tito Atahuichi Salvatierra




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LAS REFORMAS CONSTITUCIONALES Y LAS NECESIDADES VITALES

El Movimiento Al Socialismo (MAS-IPSP) es una dirección circunstancial impulsada transitoriamente por sectores populares y empobrecidos del pueblo boliviano a falta de una dirección política revolucionaria propia que es el déficit histórico de la revolución nacional.

El proceso heroico de veinte años de resistencia contra la aplicación: de la ley de capitalización que estableció la privatización de las empresas estatales que constituían el sostén de la economía nacional (COMIBOL,YPFB, ENAF, ENFE, y otras) y por defecto el debilitamiento de las organizaciones sindicales; de la ley INRA que estableció una nueva redistribución de tierras a favor de la oligarquía agraria y ganadera; del código minero y la firma de contratos ilegales con empresas extranjeras que favorecieron la entrega de nuestros recursos naturales (minerales, petróleo, gas, etc.) a las transnacionales ligadas al capital financiero (FMI, BM, BID). Y contra el conjunto de normas jurídicas, aun en vigencia, (ley de pensiones, ley tributaria, ley de bancos, reforma educativa, etc.) fundadas en el DS 21060, que contiene la política neoliberal, aplicada como política general de gobierno, en la sociedad y el Estado nacional a partir de 1985 por Víctor Paz Estenssoro y otros, tuvo como consecuencia las movilizaciones insurgentes del año 2003 y 2005.

Las organizaciones laborales, estudiantiles y el pueblo radicalizado, gracias a su elevada conciencia política alcanzada con la experiencia de la revolución de 1952, impulsaron la insurgencia nacional que culminó con la caída del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada (2003) y la aprobación de un programa de lucha inmediata contenido en la Agenda de Octubre que establece la abrogación del DS 21060; la recuperación de las empresas capitalizadas y los recursos naturales; la defensa de la soberanía del Estado y la nacionalización e industrialización del gas; ratificado por las movilizaciones que determinaron la caída de Carlos Mesa.

Interrumpido el proceso insurreccional, a consecuencia de la salida electoral del año 2005, la población empobrecida, los movimientos sociales, etc., con el fin de avanzar en su lucha antiimperialista, concentraron sus fuerzas alrededor del MAS-IPSP que se comprometió a cumplir con la Agenda de Octubre. Pero una vez en el gobierno, procedió a la adecuación de su política general aplicada a la neoliberal y al indigenismo - que prioriza la “refundación del Estado” y la “protección” del planeta por encima de las necesidades vitales del hombre boliviano - buscando controlar las direcciones nacionales (COB, CSUTCB, CIDOB, etc.) departamentales y regionales (CODs, comités cívicos, etc. por medio de pactos y cuotas de poder a objeto de encubrir la aplicación de su política general sustentada en el DS 21060 y la cosmovisión andina.

Por ejemplo presentó la compra de acciones de las empresas transnacionales de hidrocarburos, energía eléctrica, comunicaciones, etc. como “nacionalizaciones”. Constituyendo en los hechos empresas mixtas o corporativas (YPFB) en las que el Estado es propietaria del 51% o más de las acciones (títulos valores) de las empresas “nacionalizadas” a consecuencia de la ley de capitalización (el pueblo propietario del 50% de acciones) y la compra de acciones – vendidas obligadamente – efectuadas por el gobierno.

¿No hubiera sido mejor presentar honestamente, a la opinión pública nacional e internacional, la compra de acciones de las empresas capitalizadas como una estrategia dirigida a constituir empresas mixtas con capital estatal accionario del 51% o más con el fin de ejercer soberanía sobre los recursos naturales explotados y el funcionamiento de las empresas transnacionales?

La política de control de “aparatos” y direcciones tuvo éxito en una primera etapa del gobierno, en la actualidad fue superada producto de la crisis económica mundial cuyas consecuencias se manifiestan en la elevación del costo de vida; pérdida del valor adquisitivo de los salarios etc. que impulsan a sectores laborales y la población empobrecida a movilizarse acuciados por la imposibilidad de cubrir sus necesidades vitales mínimas y agudizadas por la pobreza del Estado que no posee recursos económicos suficientes para cubrir las necesidades públicas (caminos, ítems para salud, educación, etc.).

LAS REFORMAS CONSTITUCIONALES Y LA DESCOLONIZACIÓN ORIGINARIA

Estamos asistiendo “Al entierro del viejo Estado colonial y racista” sostuvo, en una intervención fogosa, el Vicepresidente de Bolivia (23 de Enero 2010 – periódico Cambio) reafirmando la posición indigenista y el “proceso de cambio”, como prioridad nacional, que conduce el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS-IPSP) a efectos de resolver los problemas relativos a la dependencia del imperialismo, la soberanía, el atraso, la pobreza, la liberación del indio y el trato especial que se le debe dar en compensación a los siglos de discriminación y abuso en la sociedad y el Estado.

Cabe preguntar ¿Existen las razas y los Estados racistas? Es decir ¿la sociedad está conformada por razas que definen la existencia del Estado?

Para la cosmovisión indianista e indigenista las respuestas son afirmativas a pesar de las diferencias que ellas tienen. Pero para la ciencia son negativas porque no existen “las razas” menos el “Estado racista”.

El concepto “raza” fue superado por el conocimiento científico resultante del estudio de la evolución del hombre considerando: a los “Homínidos” que se originaron en los mamíferos hace 20.000.000 (a d C – Cenozoico, era cuaternaria); al “Australopitecos homo”, como antecedente del hombre moderno (“Homo Sapiens”) que tuvo su origen, 6.000.000 (a d C), en África (Etiopía- Kenia). Y a las migraciones que hizo por todos los continentes - iniciados a partir del África hace 70.000 años (a d C) - favorecido por el movimiento de las placas tectónicas del planeta hasta llegar a América hace 40.000 años a de C.; época de las glaciaciones donde Europa y América formaban un mega continente (PANGEA). Conocimientos que fueron avalados y demostrados por el genoma humano (ADN), el carbono 14, la genografía de las poblaciones, el registro fósil, etc.

El indigenismo y el indianismo son corrientes culturales, políticas, antropológicas y desarrollistas que tienen por objeto: el estudio y valoración de las culturas indígenas u originarias; las formas de discriminación, explotación, violación de los derechos humanos, pobreza, desnutrición, etc.; y el abuso de los originarios efectuado por una determinada raza (blanca, mestiza, etc.). Ganaron importancia a fines del siglo XX a consecuencia de la acción realizada, en defensa de los derechos de los pueblos originarios y sus culturas, el “Primer Congreso Indigenista Interamericano” (1940) realizado por organizaciones sociales, políticas y no gubernamentales influyentes de América Latina. Su precursor fue el iroqués Arthur C. Parquer que organizo el Congreso Nacional de Indios Americanos (CNIA) en 1943 y la trascendencia de la revolución mexicana (1910 – 1920) y la boliviana actualmente.

Los tratadistas de los pueblos originarios consideran que el origen y solución de los problemas económicos, políticos, etc. (atraso, pobreza, discriminación, dependencia y otros) son problemas de razas. Niegan la existencia del Estado, clases sociales, relaciones de producción, etc. Para ellos la sociedad se encuentra constituida por razas en constante enfrentamiento. Se apoyan en la “Declaración del derecho de los pueblos indígenas” - Convenio 160 de la OIT - y otros. Establecen también que una vez descubierta América (1492) y realizada su conquista (1535) España organizó, estructuró y estableció el funcionamiento de la sociedad colonial dentro el molde feudal desarrollando exclusivamente, la cultura occidental (monocultura) que fue superpuesta a las culturas originarias con el fin de acabar con ellas e integrar a sus habitantes y tierras originarias a los dominios de España.

Sostienen que en Bolivia, solo fueron los blancos los que constituyeron y gobernaron el Estado, escribiendo su historia a partir del año 1825, al grado que los originarios o indígenas siempre fueron relegados a planos inferiores y de subordinación razón por la que es necesaria la descolonización por medio del Estado “Plurinacional” sustentado en una política neoliberal y una “revolución cultural” que tenga como meta el “socialismo comunitario” (¿incario?) considerar la experiencia antiimperialista del pueblo, con la revolución de Abril, que retomará su curso ascendente al no ser satisfechas sus necesidades vitales y regionales contenidas en la Agenda de Octubre.


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