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REFORMAS CONSTITUCIONALES Y REVOLUCIÓN BOLIVIANA

Ricardo Tito Atahuichi Salvatierra




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LAS REFORMAS CONSTITUCIONALES Y EL NACIONALISMO

Como un efecto y reacción a la política colonialista imperial surgió la ideología nacionalista, derivada del liberalismo, que destaca a la Nación dotada de una conciencia social que estimule la industrialización y el desarrollo económico dirigido a consolidar el Estado democrático soberano, independiente y capaz de rechazar el dominio del imperialismo.

El desarrollo del capitalismo, particularmente, en los gobiernos liberales (I. Montes y J. M. Pando y otros), produjo la penetración del capital financiero y las transnacionales que originaron el nacionalismo como reacción contraria a la acción del imperialismo, inglés (Shell Oil), primero y estadounidense (Standart Oil) luego, que depredó nuestros recursos naturales, hasta agotarlos, (estaño y otros) en beneficio de su economía e industria.

El antecedente histórico de los orígenes del nacionalismo lo constituye el Partido de la Unión Nacional (PUN), fundado por Hernando Siles (Enero – 1927), que planteo: respeto a la soberanía nacional; la protección y fomento a la industria, agricultura y cooperativas; creación de la banca estatal; nacionalización de los ferrocarriles; y restricciones a los monopolios internacionales etc. Aspectos tomados y enriquecidos, posteriormente.

Mostró sus contradicciones en la conformación de dos tendencias opuestas expresadas en el nacionalismo burgués, representado por el MNR que desarrolló una política pro-imperialista aplicada y sostenida por Víctor Paz Estensoro, Hernán Siles S. y su fracción movimientista que organizó y dirigió un golpe de Estado que fracasó, y cuya dirección se asiló en las embajadas y la nunciatura de la Iglesia en 1952, y luego usufructuó el poder conquistado por el movimiento obrero, en favor de los intereses de la burguesía interrumpiendo el ascenso del proceso antiimperialista insurgente; desvirtúan do la nacionalización de las minas, reforma agraria; controlando y corrompiendo direcciones sindicales y controles obreros de las empresas nacionalizadas; desmovilizando y desarmando las milicias armadas; reorganizando el ejército y manipulando el voto universal.

Y el nacionalismo revolucionario sostenido, históricamente, por los sindicatos mineros y campesinos; intelectuales como Tristán Marof que planteó “Tierras para el indio y minas al Estado” (1926) y otros; el partido (PUN) de Hernando Siles R., la tesis de Pulacayo (1946) aprobada por los mineros; la logia RADEPA y la FSTMB. Y efectivizado por el gobierno de David Toro (1937) que nacionalizó el petróleo y fundó YPFB, Germán Busch (1939) que estableció la entrega, en favor del Estado del 100 % de las divisas obtenidas por las exportaciones del estaño y otras fuerzas políticas que prepararon las condiciones para el triunfo de la revolución de Abril que impuso la aplicación de la política nacionalista revolucionaria propugnada y defendida por los sindicatos mineros, campesinos, estudiantes, la COB y la insurgencia del pueblo que impuso la nacionalización de las minas, la reforma agraria y la constitución del Estado Revolucionario sustentado en la propiedad estatizada y fundado en la fuerza social que aglutinó la revolución de Abril.

Ni las dictaduras militares, gobiernos y fuerzas neoliberales (partidos, ONGs, indigenistas, etc.) pudieron destruir las conquistas históricas de Abril que influyen y se encuentran inmersas en la conciencia antiimperialista del pueblo que constantemente se manifiesta en hechos históricos como la nacionalización del petróleo, en el gobierno Alfredo Ovando C., y hoy en las fuerzas sociales progresistas y antiimperialistas que propugnan la aplicación de la política nacionalista revolucionaria contenida en la Agenda de Octubre emergente de la insurgencia de la población nacional que derrocó a los gobiernos neoliberales de G. Sánchez de Lozada y C. Mesa.

El gobierno evita y elude su aplicación desarrollando una política indigenista neoliberal con la intención de sustituir el Estado Revolucionario por el “Plurinacional” por medio de las reformas constitucionales contenidas en la “nueva Constitución” resultante de la concertación de las fuerzas de oposición y del gobierno (MAS – IPSP) que modificaron, en el Congreso Nacional, la “Constitución” de la fracasada Asamblea Constituyente.


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