BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

REFORMAS CONSTITUCIONALES Y REVOLUCIÓN BOLIVIANA

Ricardo Tito Atahuichi Salvatierra




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EL PROYECTO DE CONSTITUCIÓN Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES

Las organizaciones políticas y la población en general, en forma casi común, sostienen que los movimientos sociales con sus movilizaciones y presión social definieron la caída de los gobiernos de Gonzalo Sánchez de Lozada y de Carlos Mesa, en los hechos producidos en Octubre (2003) y Junio (2005), ignorando, casi por completo, la permanente resistencia y participación de los sindicatos, la COB, campesinos, mineros, estudiantes y población en general que fueron acumulando fuerzas políticas y sociales - durante 20 años combatiendo y resistiendo a los gobiernos y partidos que aplicaron la política neoliberal - que desembocaron en los sucesos insurgentes señalados, cuya finalidad fue recuperar las empresas capitalizadas, industrializar el gas, nacionalizar los hidrocarburos y abrogar el DS 21060 (vigente y aplicado sin modificaciones trascendentales). Procesos que objetiva e incuestionablemente expresaron la conciencia social nacionalista revolucionaria, de carácter antiimperialista y anticapitalista, alcanzada por los movimientos sociales y la población a través de las experiencias acumuladas en el curso de la revolución nacional.

Los masista, al considerarse el gobierno de los movimientos sociales, magnifican e idealizan la función e importancia de esos movimientos, al igual que lo hacen los indigenistas radicales, los intelectuales conservadores, post-modernistas, neo y post marxistas; las ONGs, fundaciones y otras instituciones ligadas a los intereses de las transnacionales y el imperialismo que niegan la existencia de las clases sociales o minimizan la función que desempeñan en la sociedad, la producción y la historia, unos, y otros que no aceptan la lucha de clases que es el motor de todo cambio estructural y superestructural producido en la sociedad porque consideran que ese problema ya fue superado en la época moderna.

El MAS se atribuye la conducción y dirección de los movimientos sociales que culminaron con los hechos producidos en los acontecimientos insurrecciónales de Octubre y Junio sin considerar que fue la fuerza política que condujo, junto a la oligarquía y los partidos neoliberales, a la salida electoral que frenó e interrumpió el proceso de radicalización insurgente del movimiento obrero y los sectores populares de la población que manifestaban su decisión de avanzar en su lucha por el poder, derrotando a los partidos neoliberales y a la oligarquía ligada al capital financiero. Ni comprender que el pueblo al no contar con una dirección ni el partido necesario que canalice y dirija ese proceso de radicalización no tuvo otra alternativa política que impulsar al masismo, para avanzar hacia el poder, dotándole de un programa mínimo contenido en la agenda de Octubre que fue desvirtuada.

El MAS – IPSP - una vez en el gobierno aplica una política general predominantemente neoliberal, mantiene vigente el DS 21060, evita la nacionalización de los hidrocarburos, respeta la estructura económica y la superestructura política y jurídica neoliberal. Y permite la acumulación de fuerzas, el fortalecimiento y la reorganización de la oligarquía que está resuelta a dividir Bolivia, bajo el manto de la denominada “Autonomía”, potenciada por los errores del gobierno relativos a su política general y a la Asamblea Constituyente que produjo, a través de la maniobra política y la presión social, un “Proyecto de Constitución” que trata de ser impuesto por la fuerza, situación que es aprovechada por la oligarquía y los partidos neoliberales para desautorizar, desacreditar y cuestionar al gobierno a fin de potenciarse política y socialmente con la finalidad de dividir Bolivia, bajo el argumento de la defensa de la Constitución y de que el centralismo del Estado es la causa para el atraso y la pobreza de la población nacional.

Mientras los movimientos sociales buscan la aplicación de una política nacionalista revolucionaria (agenda de Octubre) con el objeto de consolidar el Estado revolucionario emergente de la revolución de 1952 el masismo aplica una política predominantemente neoliberal, parcialmente nacionalista revolucionaria y profundamente indigenista, tratando de imponer un Proyecto de Constitución que le es útil a la oligarquía y al imperialismo para dividir el Estado y el territorio nacional (nación camba) bajo el rótulo de “autonomías”.


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