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LAS REFLEXIONES DE FIDEL CASTRO: EXPRESIÓN DE UNA ÉTICA REVOLUCIONARIA

Raúl O. Quintana Suárez




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“El presidente bolivariano Hugo Chávez fue realmente original cuando habló del enigma de los dos Obamas”

Al comentar la intervención del Presidente Barak Obama en la Reunión de Alto Nivel sobre el Cambio Climático organizado por la ONU y debatido en su Asamblea General, el líder cubano Fidel Castro le dedica la reflexión “El Obama serio”, escrita el 22 de septiembre del 2009. No es la única si seguramente será la última cuando se trata de una figura tan controvertida y que además rige el gobierno, o aparentemente lo debe realizar, de la potencia política, militar y económica más poderosa de nuestro planeta. Sabemos perfectamente las circunstancias que no permiten a un presidente norteamericano gobernar con criterio propio, al margen de las grandes corporaciones y los poderosos intereses de la oligarquía nacional e internacional. Pero ello no disminuye determinadas prerrogativas ejecutivas que éste posee y que puede utilizar hasta ciertos límites y con determinada prudencia.

En cualquier caso Obama ha roto las reglas no escritas, pero meticulosamente cumplidas desde la propia fundación como nación de los Estados Unidos: no es admisible elegir un presidente que no sea de la raza blanca, preferiblemente anglosajona. Esto le otorga un alto grado de audacia al contravenir los cánones de la extrema derecha, de carácter francamente fascista. Pero Obama promete cosas en su campaña que luego no cumple y en no pocos aspectos su línea de gobierno es una continuidad de la política tortuosa de los Teddy Roosvelt, Nixon, Reagan y George W. Bush y de otros tantos.

No obstante no se le deben negar determinadas virtudes, muy por debajo de las expectativas creadas tras su elección, gracias al apoyo de las minorías étnicas, inmigrantes, importantes sectores de la clase media, etc…, pero virtudes al fin, que se expresan al menos, en sus discursos, declaraciones y sonrisas.

Al dirigente cubano Fidel Castro, no se le puede achacar el ser uno de sus críticos implacables. Por el contrario éste le ha reconocido sus méritos así como criticado sus posiciones políticas, siempre que en su criterio lo merece.

En su reflexión “El Obama serio” éste afirma como…“…el presidente bolivariano Hugo Chávez fue realmente original cuando habló del enigma de los dos Obamas.

Hoy habló el Obama serio. Hace poco reconocí dos aspectos positivos de su conducta: el intento de llevar la salud a 47 millones de norteamericanos que carecen de ella y su preocupación por el cambio climático…El problema ahora es que todo lo que afirma está en contradicción con lo que Estados Unidos viene haciendo desde hace 150 años, particularmente desde que al finalizar la Segunda Guerra Mundial, impuso al mundo el acuerdo de Bretton Woods y se convirtió en amo de la economía mundial…No sería justo culpar al Obama serio del mencionado enigma por lo ocurrido hoy (se refiere a los problemas vinculados a la contaminación ambiental y el cambio climático que aborda previamente. N. del A.) pero es menos justo todavía que el otro Obama nos hiciera creer que la humanidad puede preservarse bajo las normas que hoy prevalecen en la economía mundial” (249).

Los discursos de Obama el 1ro de diciembre del 2009 en la Academia Militar de West Point y el pronunciado apenas unos días después al serle entregado el Premio Nobel de la Paz, en Estocolmo, Suecia, confirman lo anterior, respecto a las profundas contradicciones entre lo que el Presidente norteamericano declara y lo que hace, o al menos permite hacer.

En su reflexión “Obama no estaba obligado a un acto cínico”, fechada el 9 de diciembre, Fidel Castro hace referencia a la primera de esas intervenciones y para ello recuerda su escrito “Las campanas están doblando por el dólar” redactada el 9 de octubre del 2009), donde afirmase que…“….en horas de la mañana de hoy viernes 9, el mundo se despertó con la noticia de que el Obama Bueno del enigma, explicado por el Presidente Bolivariano Hugo Chávez en las Naciones Unidas, recibió el Premio Nobel de la Paz. No siempre comparto las posiciones de esa institución, pero me veo obligado a reconocer que en estos instantes fue, a mi juicio, una medida positiva. Compensa el revés que sufrió Obama en Copenhague al ser designada Río de Janeiro y no Chicago, como la sede de las Olimpiadas del 2016, lo cual provocó airados ataques de sus adversarios de derecha.

Muchos opinarán que no se ha ganado todavía el derecho a recibir tal distinción. Deseamos ver en la distinción más que un premio al Presidente de Estados Unidos, una crítica a la política genocida que han seguido no pocos presidentes de ese país, los cuales condujeron al mundo a la encrucijada donde hoy se encuentro; una exhortación a la paz y a la búsqueda de soluciones que conduzcan a la supervivencia de la especie…” (250)-

Tal como si lo previera y que realmente así ocurrió, escribe en su reflexión:

“ ¿ Por qué Obama aceptó el Premio Nobel de la Paz cuando ya tenía decidido llevar la guerra en Afganistán hasta las últimas consecuencias?. No estaba obligado a un acto cínico. Anunció luego que recibiría el Premio el día 11 en la capital de Noruega y viajaría a la Cumbre de Copenhague el 18.

Ahora hay que esperar otro discurso teatral en Oslo, un nuevo compendio de frases que ocultan la existencia real de una superpotencia imperial con cientos de bases militares desplegadas por el mundo, doscientos años de intervenciones militares en nuestro hemisferio, y más de un siglo de acciones genocidas en países como Vietnam, Laos u otros de Asia, África, el Medio Oriente, los Balcanes y en cualquier parte del mundo” (251).


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