“La economía de Estados Unidos se sostiene a costa de los recursos naturales y los ahorros del resto del mundo”

No debiera constituir un secreto para nadie, aunque Marx lo validara con sólidos argumentos científicos hace casi 150 años, que la economía constituye el fundamento de toda sociedad, sin incurrir en la óptica limitada del economicismo, sin dejar de percibir la descomunal importancia de la espiritualidad humana y de la influencia de los elementos supraestructurales sobre esa misma economía. La crisis actual en que se encuentra sumido el sistema capitalista, que arrastra tras de sí por su carácter aun dominante a nivel mundial al resto de las naciones, constituía como la conocida obra de Gabriel García Márquez, la “Crónica de una muerte anunciada”. Durante buena parte de la década de los 90 del pasado siglo y aún en los inicios del presente, Fidel Castro alertó en incontables oportunidades acerca del peligro inminente de la misma, tanto a nivel nacional como en diversos foros internacionales.

Son múltiples los ejemplos. En aras de la brevedad solo expondremos su categórica afirmación, basada en hechos incontrastables ya presentes a nivel mundial, el 18 de octubre de 1998 cuando afirmó que…“…decir que no hay crisis y que no hay una situación muy seria o sumamente grave, como lo expresó Cardoso (presidente de Brasil en aquel entonces. N. del A.) sería ignorar la dura realidad; afirmar que ya hay una crisis económica globalizada puede parecer exagerada, y puede incluso serlo”. (61)

En su reflexión “Los superrevolucionarios” escrita el 3 de septiembre del 2007, afirma como…”…el cuadro es cada vez más incierto ante el temor de una recesión prolongada como la de los años que siguieron a 1930. El gobierno de Estados Unidos recibió el 22 de julio de 1944 los privilegios otorgados en Bretton Woods a la potencia militar más poderosa, emitir el dólar como moneda internacional de cambio. La economía de ese país estaba intacta después de la guerra de 1945, y disponía de casi el 70% de las reservas en oro del mundo. Nixon decidió unilateralmente, el 15 de agosto de 1971, suspender la garantía en oro por cada dólar emitido”. (62)

Para posteriormente fundamentar como…”….la teoría del crecimiento continuo de la inversión y el consumo, aplicada por los más desarrollados a los países donde la inmensa mayoría es pobre, rodeada por lujos y derroches de una exigua minoría de ricos, no solo es humillante sino también destructiva. Ese saqueo y sus desastrosas consecuencias es la causa de la rebeldía creciente de los pueblos, aunque muy pocos conozcan la historia de los hechos”. (63)

En tan compleja situación no faltan los consejeros, mal o bien intencionados, que sugieren fórmulas a la dirigencia de la Revolución Cubana, muy cercanas a las posiciones neoliberales, que han conducido a muchos países al desastre económico, solo evitada por oportunas rectificaciones.

El dirigente cubano se plantea…”…. ¿qué ocurre con los superrevolucionarios de la llamada extrema izquierda? Algunos lo son por falta de realismo y el agradable placer de soñar con cosas dulces. Otros no tienen nada de soñadores., son expertos en la materia, saben lo que dicen y para que lo dicen. Es una trampa bien armada en la que no debe caerse. Reconocen nuestros avances como quienes conceden limosnas. ¿Carecen realmente de información? No es así. Les puedo asegurar que están absolutamente informados…. ¿Qué aconsejan a la Revolución? Veneno puro. Las fórmulas más típicas del neoliberalismo…”. (64)

La propia práctica histórica social ha corroborado plenamente ambas aseveraciones. El mundo está en plena crisis económica capitalista, con consecuencias desastrosas para la economía mundial de todos los países tanto ricos como pobres y, por otra parte, el neoliberalismo ha demostrado su inviabilidad para garantizar el desarrollo. Ejemplos sobran, particularmente en América Latina, dando nacimiento a una nueva etapa signada por el ALBA.