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LAS REFLEXIONES DE FIDEL CASTRO: EXPRESIÓN DE UNA ÉTICA REVOLUCIONARIA

Raúl O. Quintana Suárez




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“Tal vez Carter fuera el único Presidente de ese país con el que podía alcanzarse un acuerdo honorable sin derramar una gota de sangre”

Desde Eisenhower hasta Obama, con diferentes matices y desde posiciones más liberales, las menos, hasta las más agresivas, las más, se han sucedido, durante 50 años, diversos presidentes en Estados Unidos, que han mantenido el criminal bloqueo contra Cuba, sin fundamento político, legal o moral alguno y el crear, organizar y apoyar a grupos contrarrevolucionarios terroristas, asentados principalmente en la Florida. Las diferentes administraciones, unas por herencia de las anteriores u otras por iniciativa propia, como las de Eisenhower, Nixon, Reagan o el clan de los Bush, representantes más notorios de la extrema derecha asentada en el gobierno en ese país y de los representantes del poder real, los intereses económicos de los monopolios.

No obstante, en las valoraciones de Fidel Castro, en no escasas ocasiones, se han expresado determinadas consideraciones de respeto, hacia algunos de ellos, como Kennedy y el propio Obama, que apenas inicia su periodo presidencial, pero en particular sobre el Presidente James Carter (1976-1980).

Al respecto este afirma como…“…lo conocí, o más bien lo adiviné como un hombre de ética religiosa, a partir de una larga entrevista en la que le plantearon difíciles temas, que abordó con sinceridad y modestia. Existían en ese tiempo fuertes tensiones entre Panamá y Estados Unidos. Omar Torrijos, líder de ese país, era un militar honesto, nacionalista y patriótico. Pudo ser persuadido por Cuba de no adoptar posiciones extremas en su lucha por la devolución del Canal que, como un cuchillo afilado, dividía en dos a su patria. Tal vez por eso pudo evitarse un baño de sangre a la pequeña nación, que sería después presentada al pueblo de Estados Unidos y al mundo como agresora.

Más tarde, y sin hablar con nadie en Estados Unidos, pude vaticinarle que tal vez fuera el único Presidente de ese país con el que podía alcanzarse un acuerdo honorable sin derramar una gota de sangre….Cuando Carter ascendió a la presidencia de su país habían transcurrido muchos años de agresiones, terrorismo y bloqueo contra el pueblo de Cuba. Nuestra solidaridad con los pueblos de África y otras muchas naciones pobres y subdesarrolladas del mundo no podrían ser objeto de negociaciones con el gobierno de Estados Unidos. Ni nos marcharíamos de Angola, ni suspenderíamos la ayuda ya comprometida con los países de África. Carter nunca llegó a solicitarlo, pero es evidente que muchos en Estados Unidos pensaban de esa forma…

…Cuando éste visitó a Cuba del 12 al 17 de mayo del 2002, sabía que aquí sería bien recibido; asistí a su conferencia en la Universidad de La Habana; lo invité a un importante partido de pelota-el deporte nacional de Cuba-, un juego entre las selecciones Occidentales y Orientales en el Estadio Latinoamericano. Estuvimos los dos en el lanzamiento de la primera bola a la que fue invitado, sin escolta alguna, rodeados de un público en las gradas de más de 50 mil personas, blancos perfectos para cualquier tirador contratado por la CIA... Ya Bush hijo gobernaba en Estados Unidos. Deseaba sólo mostrarle a Carter cuáles eran las relaciones de los dirigentes del país con el pueblo. Aceptó con dignidad la invitación que le hice cuando llegamos al estadio, de que persuadiera al jefe de su seguridad para que lo dejara solo, y así lo hizo”. (204)

Finalmente se reproducen declaraciones formuladas por Carter durante su visita a Brasil, donde se entrevistó con el Presidente Lula da Silva donde expresó como…“…a mi gustaría que (el embargo) se acabara hoy mismo. No hay razón para que el pueblo cubano siga sufriendo…..Creo que las iniciativas de Obama no fueron tan buenas como las de las dos Cámaras del Congreso norteamericano, que hoy está un paso adelante del presidente en lo que a Cuba se refiere…El próximo paso debería ser la remoción inmediata de todas las restricciones de viaje a la isla, no sólo para ciudadanos cubano-estadounidenses. Fue lo que hice yo cuando era presidente, hace 30 años. El fin del embargo vendrá enseguida”. (205)

Se reitera la importancia de los principios éticos en el ejercicio de la política, no obstante las diferencias ideológicas existentes.


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