BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

LAS REFLEXIONES DE FIDEL CASTRO: EXPRESIÓN DE UNA ÉTICA REVOLUCIONARIA

Raúl O. Quintana Suárez




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“Martí era un pensador profundo y antiimperialista vertical"

La propia historia de las relaciones entre Cuba, incluso aun colonia española, y la naciente nación norteamericana, está preñada de afanes expansionistas, acciones injerencistas, agresiones terroristas y permanentes atentados contra nuestra soberanía.

El legado ético y patriótico, forjado en más de dos siglos de lucha permanente de los cubanos más virtuosos, contra los intentos tortuosos de nuestro poderoso vecino, constituye componente esencial de nuestras raíces históricas como nación, forjado en la lucha del pueblo cubano. El antiimperialismo, componente esencial en la Ideología de la Revolución Cubana, no surge de la improvisación caprichosa o del odio infecundo contra el pueblo norteamericano, depositario de incontables virtudes, a partir del triunfo del 1ro de enero sino que es resultado de la política torpe, soberbia y expansionistas del coloso del Norte. José Martí, depositario de lo más avanzado del pensamiento progresista cubano y que nos trasciende en su plena vigencia, avizoró el peligro de las aviesas intenciones del naciente imperio, desde fines del siglo XIX.

Las nuevas generaciones surgidas en el combate contra los vicios y limitaciones de la República neocolonial, continuaron la lucha y alcanzaron en personalidades como Carlos Baliño, Julio A. Mella y Rubén Martínez Villena, sus más altas cumbres. La autoría martiana del asalto al Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953 es resultado de la fusión del ideario martiano y marxista, que sentó raíces en el pensamiento de sus principales dirigentes.

En su reflexión “Las ideas inmortales de Martí” escrita el 22 de mayo del 2008, éste expone como…“…el 19 de mayo se cumplió el 113 aniversario de su muerte, que tuvo lugar en Dos Ríos el año 1895. Como todo el mundo conoce, la intervención militar de Estados Unidos frustro la independencia de nuestra patria. Incontables patriotas habían muerto en la lucha a lo largo de casi 30 años.

La poderosa potencia del Norte fue siempre hostil a nuestra lucha, pues desde había mucho tiempo le había asignado el destino manifiesto de formar parte de su territorio en plena expansión.

Llegado el momento, la decadencia del imperio español, donde nunca se ponía el sol, le facilito el zarpazo a la nueva potencia imperial para arrebatarle Cuba, Puerto Rico, las Filipinas y Guam. Busco los pretextos, utilizo el engaño y la mentira, reconoció que de hecho y de derecho el pueblo cubano era libre e independiente, con lo cual buscaba el apoyo de sus aguerridos combatientes para apoyar la guerra de los interventores.

En aquella lucha final los españoles hicieron gala de la habitual valentía de sus soldados y de la estupidez de su gobierno. La escuadra de Cervera fue aniquilada barco a barco a la salida de la Bahía de Santiago de Cuba, por los acorazados norteamericanos, como hemos explicado otras veces, casi sin poder disparar un cañonazo. El gran fraude vino después cuando ya, desarmado el pueblo, impusieron a Cuba la Enmienda Platt y acuerdos económicos leoninos; el país, destruido y desangrado, paso a ser inexorablemente una propiedad de Estados Unidos. Esta es la historia real….Martí era un pensador profundo y antiimperialista vertical. Nadie como él en su época reconocía con tanta precisión las funestas consecuencias de los acuerdos monetarios que Estados Unidos trataba de imponer a los países latinoamericanos, que fueron la matriz de los de libre comercio, que hoy, en condiciones más desiguales que nunca, han resucitado”. (99)

No falta sin embargo la minoría de anexionistas del siglo XXI, que por conveniencia personal, le sirven de aliados internos a la potencia hegemónica, que bloquea a su pueblo, victima principal, esperando sembrar descontentos internos que faciliten sus propósitos, aunque ello cueste vidas de inocentes y penurias materiales. Son los llamados disidentes.

A ellos se les aplica como escribía el Apóstol en “Nuestra América”:

“…Cree el soberbio que la tierra fue hecha para servirle de pedestal, porque tiene la pluma fácil o la palabra de colores, y acusa de incapaz e irremediable a su república nativa, porque no le dan sus selvas nuevas modo continuo de ir por el mundo de gamonal famoso, guiando jacas de Persia y derramando champaña. La incapacidad no está en el país naciente, que pide formas que se le acomoden y grandeza útil, sino en los que quieren regir pueblos originales, de composición singular y violenta, con leyes heredadas de cuatro siglos de práctica libre en los Estados Unidos, de diecinueve siglos de monarquía en Francia. Con un decreto de Hamilton no se le para al potro del llanero. Con una frase de Sieyes no se desestanca la sangre cuajada de la raza india. A lo que es, allí donde se gobierna, hay que atender para gobernar bien; y el buen gobernante en América no es el que sabe cómo se gobierna el alemán o el francés, sino el que sabe con qué elementos esta hecho un país…..El gobierno ha de nacer del país. El espíritu del gobierno ha de ser el del país”. (100)


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