“Era un predestinado pero él no lo sabía”

Hablar del Che y de lo que él representa, a lo largo de su trayectoria revolucionaria, pensamiento multidimensional y profunda eticidad, que rebasa nuestros tiempos, ha sido tarea de periodistas, escritores, investigadores y diversas personalidades. Pero la perennidad de su ejemplo tiene a su más celoso guardián en los pueblos de todo el mundo, particularmente en América Latina. Sus restos y el de la mayoría de sus compañeros guerrilleros, reposan hoy en la obra monumentaria erigida en la ciudad de Santa Clara y que es visitada por miles de personas todos los años, con admirable respeto y veneración.

Fidel Castro, hombre que lo conoció íntimamente como compañero de lucha y amigo fraterno, lo recuerda en el 40 aniversario de su caída en combate el 8 de octubre de 1967 que conllevó a su posterior y vil asesinato en la Higuera, un día más tarde, en su reflexión “El Che”, escrita el 7 de octubre, en la cual expresa como…“…hago un alto en el combate diario para inclinar mi frente, con respeto y gratitud, ante el combatiente excepcional que cayó un 8 de octubre hace 40 años. Por el ejemplo que nos lego con su Columna Invasora, que atravesó los terrenos pantanosos al sur de las antiguas provincias de Oriente y Camagüey perseguido por fuerzas enemigas, libertador de la ciudad de Santa Clara, creador del trabajo voluntario, cumplidor de honrosas misiones políticas en el exterior, mensajero del internacionalismo militante en el este del Congo y en Bolivia, sembrador de conciencias en nuestra América y en el mundo.

Le doy las gracias por lo que trato de hacer y no pudo en su país de nacimiento, porque fue como una flor arrancada prematuramente de su tallo.

Nos dejó su estilo inconfundible de escribir, con elegancia, brevedad y veracidad, cada detalle de lo que pasaba por su mente. Era un predestinado, pero él no lo sabía. Combate con nosotros y por nosotros”. (70)

“Sin cultura no hay libertad ni salvación posible”

Su larga trayectoria revolucionaria, su prestigio internacional, el respeto admiración que despierta en los pueblos, le han permitido a Fidel Castro contar entre sus amistades, a personalidades de singular relieve durante la segunda mitad del siglo XX e inicios del XXI. Entre ellas se cuenta el genial arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, que cuenta entre sus inmemorables obras, la monumental ciudad de Brasilia, erigida en el entorno de la Amazonia.

En ocasión de arribar éste a sus cien años de fructífera vida, el dirigente cubano en su escrito “Carta a Niemeyer”, fechada el 10 de octubre del 2007 reconoce sus méritos extraordinarios y le felicita por…“…tu ardua batalla por estimular el hábito de leer”.

Para agregar posteriormente que…“…leer es una coraza contra todo tipo de manipulación. Moviliza las conciencias, nuestro principal instrumento de lucha frente al poder devastador de las armas modernas que posee el imperio; desarrolla la mente y fortalece la inteligencia, del mismo modo que caminar fortalece los músculos de las piernas; estimula el sentido crítico y es un antídoto contra los instintos egoístas del ser humano.

Nuestra lucha contra el analfabetismo fue apenas el punto de partida para que no se perdiera ningún talento y para que no existieran seres humanos excluidos de la posibilidad de conquistar por si mismos la mas plena libertad.

No le hemos dicho nunca al pueblo <<cree sino lee>>. Sin cultura no hay libertad ni salvación posible Como te he escrito antes, solo una mayor conciencia nos mantendrá firmes en nuestra voluntad de luchar por las ideas más justas y por la supervivencia de la especie humana”. (71)