“Chávez es un verdadero revolucionario, pensador profundo, sincero, valiente e incansable trabajador”

No pocas reflexiones escribió el Comandante en Jefe sobre diversas problemáticas vinculadas a la República Bolivariana de Venezuela y su Presidente Hugo Chávez Frías desde el 2007 al 2009. En los meses finales de ese último año aparecen publicadas tres reflexiones que abordan esta temática. Estas son:“La Revolución Bolivariana y la paz”, escrita el 18 de noviembre; “¿Existe margen para la hipocresía y la mentira?, fechada el 29 de noviembre y “Mensaje al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela”, redactada el 14 de diciembre del propio año 2009.

Los lazos fraternales que unen a los dirigentes de la Revolución Bolivariana y la Revolución Cubana, lejos de ser causa, son realmente consecuencia de los estrechos vínculos, respetando peculiaridades nacionales y modelos socio-políticos y económicos, entre dos procesos raigalmente revolucionarios, que tienen como objetivos profundas transformaciones estructurales e ideo-culturales.

No es de extrañar que la campaña orquestada contra el pueblo y gobierno venezolanos, a la que Cuba está ya acostumbrada en carne propia, que tienen entre sus múltiples aristas, enfrentar a los pueblos hermanos de Colombia y Venezuela, mediante la provocación de instalar en la patria de García Márquez, siete bases militares norteamericanas; acusar al dirigente bolivariano de instigar la subversión en ese país e incluso favorecer el terrorismo y el narcotráfico, concita al dirigente cubano a expresar como….“….conozco bien a Chávez; nadie como él sería más renuente a derramar la sangre entre venezolanos y colombianos, dos pueblos tan hermanos como los cubanos que viven en el este, el centro y el extremo oeste de nuestro país. No tengo otra forma de expresar el grado de hermandad que existe entre venezolanos y colombianos….Chávez es un verdadero revolucionario, pensador profundo, sincero, valiente e incansable trabajador. No llegó al poder mediante un golpe de estado. Se sublevó contra la represión y el genocidio de los gobiernos neoliberales, que entregaron los enormes recursos naturales de su país a Estados Unidos. Sufrió prisión, maduró y desarrolló sus ideas. No llegó al poder a través de las armas a pesar de su origen militar” (252).

Apenas llegado a Cuba, donde fue recibido por el propio Comandante en jefe en el aeropuerto habanero, ante la sorpresa del joven oficial, éste tuvo la oportunidad de pronunciar un emotivo discurso en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, el 14 de diciembre de 1994, apenas salido de la cárcel, tras su intento audaz de la toma del poder en su patria en febrero de 1992, entonces aparentemente fracasado, como lo constituyó la gesta del Moncada el 26 de julio de 1953.. Sus virtudes como dirigente revolucionario fueron tempranamente aquilatadas por el líder cubano.

En aquella ocasión Hugo Chávez expresó:

“Cuando recibí la inmensa y agradable sorpresa de ser esperado en el aeropuerto internacional José Martí por él mismo en persona (se refiere a Fidel Castro. N. del A.) le dije: <<Yo no merezco este honor, aspiro a merecerlo algún día en los meses y en los años por venir>>, Lo mismo les digo a todos ustedes queridos compatriotas cubano-latinoamericanos. Algún día esperamos venir a Cuba en condiciones de extender los brazos y en condiciones de mutuamente alimentarnos en un proyecto en un proyecto revolucionario latinoamericano, imbuidos como estamos, desde siglos hace, en la idea de un continente hispanoamericano, latinoamericano y caribeño, integrado como una sola nación que somos “ (253).

Con ese mismo propósito bajo el patrocinio de Cuba y Venezuela nace el ALBA, en el propio año 2004, incrementada hoy con nuevos países hermanos.

Recordando esa fecha, Fidel Castro escribe su reflexión “Mensaje al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela” (escrita el 14 de diciembre del 2009), como…“…hoy se cumplen 15 años de nuestro encuentro en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, el 14 de diciembre de 1994. La noche antes te había esperado en la escalerilla del avión que te trajo a Cuba.

Conocía de tu levantamiento en armas contra el gobierno pro yanqui de Venezuela. A Cuba habían llegado noticias de tus ideas cuando guardabas prisión, y al igual que nosotros, te consagrabas a la profundización del pensamiento revolucionario que te llevó al levantamiento del 4 de febrero de 1992.

En el Aula Magna, de forma espontánea y transparente, vertiste las ideas bolivarianas que llevabas dentro y te condujeron, en las condiciones específicas de tu país y de nuestra época, a la lucha por la independencia de Venezuela contra la tiranía del imperio…Ningún minuto de la historia es igual a otro; ninguna idea o acontecimiento humano puede ser juzgado fuera de su propia época. Tanto tu tú como yo, partimos de concepciones que fueron evolucionando a lo largo me milenios, pero tienen mucho de común con la historia lejana o reciente en la que la división de la sociedad en amos y esclavos, explotadores y explotados, opresores y oprimidos fue siempre antipática y odiosa. En la época actual constituye la mayor vergüenza y la principal causa de infelicidad y el sufrimiento de los seres humanos (254).

La Revolución Bolivariana, por ser verdadera, concita el odio de los sectores reaccionarios y oligárquicos más extremistas, tanto en el interior del país, como fuera de él. Cuba y Venezuela y sus líderes más representativos, Fidel Castro y Hugo Chávez, reciben las más bajas diatribas. Ese es el precio de la dignidad sostenida y los principios insubastables.

Cómo valora el propio Fidel Castro en su Reflexión…“….el imperio moviliza tras sí a las fuerzas derechistas de América Latina para golpear a Venezuela, y con ella, a los estados del ALBA. Si de nuevo se apodera de los cuantiosos recursos petroleros y gasíferos de la Patria de Bolívar, los países del Caribe anglófono y otros de Centroamérica perderán las generosas condiciones de suministro que hoy le ofrece la Venezuela revolucionaria” (255).