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FIDEL CASTRO Y LA PRENSA ESCRITA: LEGADO Y CONTEMPORANEIDAD

Raúl Quintana Suárez




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3,1.- Surge un líder. Etapa que comprende de octubre de 1947 al 10 de marzo de 1952

En la Sección en Cuba de la revista “Bohemia” del 19 de octubre de 1947 bajo el título “Homenaje con sangre”, se reseña el trágico saldo tras el enfrentamiento entre estudiantes y los grupos gangsteriles que apoyaban al tristemente célebre personero auténtico y creador del BAGA, José Manuel Alemán (2), frente al entonces Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana, con motivo de la concentración que se efectuaría en horas de la noche, en apoyo a la candidatura de éste en las futuras elecciones generales del próximo año. En la confrontación fue asesinado el estudiante Carlos Martínez Junco, de 24 años, por Orlando Simón Casas, uno de los incondicionales del politiquero Auténtico. Al siguiente día, el cortejo fúnebre del joven estudiante es desviado de su ruta prevista para que pasase frente al Palacio Presidencial, por iniciativa de un casi desconocido dirigente estudiantil: Fidel Castro Ruz.

En horas de la noche se efectúa, en la escalinata universitaria, un acto de condena al gobierno por el hecho, donde hicieron uso de la palabra Rine Leal, en representación de los estudiantes del Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana y posteriormente Fidel Castro, por la FEU. En su discurso éste último expresó que…”…no hay otro culpable de estas lágrimas y de este dolor que el presidente Grau…El ha celebrado en un convite con los criminales de este gobierno el 10 de Octubre como una fiesta de júbilo, con luces y champaña, mientras los estudiantes no podemos conmemorar esa efemérides, porque tenemos que traer aquí, a enterrarlo, el cadáver de un estudiante asesinado por los nuevos esbirros, de la nueva porra…” (3).

En su alocución semanal por la emisora radial CMQ, el senador y líder ortodoxo Eduardo Chibás rindió…”…un homenaje de desagravio a Máximo Gómez, cuya memoria sagrada para los cubanos, ha sido profanada de modo inicuo por los botelleros de la Renta de Lotería y las pandillas de pistoleros del inciso K, que se congregaron ante su estatua a rendirle mercenaria pleitesía al Ministro de Educación, José Manuel Alemán” (4).

Apenas unas semanas antes la propia revista “Bohemia” se hacía eco del rejuego político del gobierno auténtico alrededor de la organización de una expedición anti-trujillista con base en Cayo Confites, promocionada por las autoridades oficiales por intermedio del Ministro José Manuel Alemán, con fines demagógicos y politiqueros y luego traicionada por éste. Entre los enrolados existía una gran heterogeneidad ideológica y de intereses clasistas, que incluían cubanos y dominicanos de ideas revolucionarias, entre ellos al líder estudiantil Fidel Castro, quien entonces presidía en la Universidad de La Habana el Comité pro Democracia Dominicana (5).

Otro hecho trascendente de la época en que se ve involucrado el joven estudiante Fidel Castro, está vinculado a la tentativo de los personeros auténticos, particularmente de su Ministro de Gobernación, Alejo Cossío del Pino, de trasladar a la capital la histórica Campana de La Demajagua, con fines politiqueros. Por iniciativa de la FEU, a propuesta de Fidel Castro, se envió a la ciudad de Manzanillo una comisión estudiantil, de la que éste formaría parte junto con Leonel Soto y representativos manzanilleros de la Asociación de Veteranos y Patriotas para transportar a La Habana la reliquia histórica. Velada en el recinto universitario y robada posteriormente por grupos gangsteriles, recuperada por la presión popular fue finalmente entregada al presidente Grau, en el propio Palacio Presidencia, con gran despliegue de la prensa. Como había pronosticado el dirigente Ortodoxo Eduardo Chibás en su programa radial dominical como….”….la Campana de La Demajagua aparecería en el cualquier momento en el Palacio Presidencial”, rememorando irónicamente el farandulesco robo del brillante del Capitolio (6).

El 27 de noviembre del mismo año, a instancias de las organizaciones ortodoxas y estudiantiles de Artemisa, se conmemora el 76 aniversario del fusilamiento de los estudiantes de Medicina, donde pronuncia el discurso central, el joven Fidel Castro, que impresiona por la emotividad patriótica contenida en sus palabras (7).

En abril de 1948 se efectúa en Bogotá Colombia un acontecimiento de resonancia continental: el Congreso de Estudiantes Latinoamericanos, que tiene como a uno de sus promotores a Fidel Castro, como integrante de la delegación de los estudiantes cubanos al mismo. El asesinato del líder político liberal, Eliécer Gaytán, provocó una verdadera insurrección popular, conocida como “El Bogotazo”, donde éste se ve involucrado, casi sin proponérselo (8).

Un hecho insólito conmociona a la sociedad cubana el 11 de marzo de 1949. Un grupo de marines, miembros de la tripulación del barreminas “Rodman”, integrante de una flotilla de barcos de guerra norteamericana surta en el puerto habanero, entre los que se destacan el sargento Herbert Dave White y el marino George Jacobo Wargner, en estado de embriaguez alcohólica, después de su periplo por varios prostíbulos capitalinos, profanaron la estatua del Apóstol ubicada en el Parque Central. El hecho, captado casualmente por la cámara de un fotógrafo ambulante, Fernando Chaviano, publicado posteriormente en primera plana en el periódico “Älerta” despertó una ola de indignación popular, en la que los estudiantes universitarios desempeñaron un rol principal (9).

Para el periodista Jorge García Luís, en testimonio ofrecido décadas más tarde, con motivo de cumplirse un nuevo aniversario del bochornoso suceso…“….muchos órganos de la titulada prensa seria no decían siquiera una palabra de lo ocurrido y otros reducían descaradamente el alcance de los hechos, adoptando un tono ambiguo y apaciguador” (10).

En las protestas populares ocurridas en las horas inmediatas al hecho, desempeñó un papel destacado el joven estudiante Fidel Castro. Según relatase el conocido abogado revolucionario, Baudilio Castellanos, el también estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana…“…entonces cogimos por (la calle N. del A.) Obispo hasta el mar, frente a la Plaza de Armas, donde estaba la embajada (norteamericana N. del A.), un edificio que se llama Horter, en Obispo y Oficios. Allí se acumularon cientos de personas espontáneamente, estudiantes, obreros, gente de pueblo. Empezamos a buscar piedras. Fue el único ataque a la embajada en la República neocolonial, que yo tenga noticias, el que hizo nuestra generación. En eso baja el embajador Buttler, rodeado de su escolta, empieza a dar disculpas y el pueblo insultándolo, nadie quería oírlo; y la gente trayendo más piedras. Y por el fondo de la calle empezaron a llegar las perseguidoras y el primero que se deja ver es el teniente Salas Cañizares, quien ordena a los policías a dar fustazos con el bicho de buey a la multitud….Traté de proteger a Alfredo Guevara, aún convaleciente de una enfermedad y me entraron a chuchazos por la espalda. Fidel que está al lado mío, reportando, me llevó hasta una Casa de Socorros y exigió un certificado médico de lesiones. Al levantarme la camisa, un fotógrafo de Bohemia captó la imagen y la publicó en la revista después” (11).

Sólo unos meses después, el 30 de septiembre del mismo año, Fidel Castro ocupa los micrófonos de la emisora radial “Cadena Habana”, para evocar un aniversario más del asesinato del estudiante Rafael Trejo.

En noviembre de 1950 se producen grandes protestas de estudiantes de la enseñanza media, por disposiciones antipopulares del entonces Ministro de Educación, Aureliano Sánchez Arango, de lo que se derivaron enfrentamientos callejeros. Los mismos tienen repercusión en todos los institutos de segunda enseñanza del país, pero con particular relieve en Cienfuegos. Vinculado a estos hechos, el capitán Manuel Pérez Borrero acusa al Presidente de la Asociación de Estudiantes de la Escuela de Ciencias Sociales y al dirigente de la FEU por la Escuela de Derecho, de la Universidad de La Habana, Fidel Castro, que se trasladaron de la capital para apoyar al movimiento estudiantil, como instigadores de los “disturbios”.

El juicio se fija para el 14 de noviembre de 1950 en la Audiencia Provincial de Las Villas, en el que Fidel asume su autodefensa, ante el escepticismo de su compañero que opta por un abogado de mayor experiencia. El alegato de Fidel, se convierte en un demoledor cuestionamiento contra las autoridades educacionales y el propio gobierno auténtico y se convierte en un anticipo, poco conocido y más modesto por su trascendencia, del que se efectuará algo menos de tres años después en el pequeño local de la sala de enfermeras del Hospital Saturnino Lora, en Santiago de Cuba, el 16 de octubre de 1953. El propio 14 de noviembre de 1950, el diario cienfueguero “La Correspondencia” publica un escrito de Fidel donde esclarece la realidad de los hechos y la arbitrariedad de las acusaciones (12).

La muerte de Eduardo Chibás, ocurrida el 16 de agosto de 1951, resultó una pérdida irreparable para las aspiraciones populares y del Partido Ortodoxo de alcanzar la victoria, casi incuestionable, en las elecciones a celebrarse en junio de 1952. La organización política, ahora en manos de políticos tradicionales, carentes de carisma y sin arraigo popular, como Millo Ochoa y Roberto Agramonte, complejiza aún más la situación política del país, que se debate en el enfrentamiento particularmente entre el sector estudiantil y el gobierno priista y sus funcionarios corruptos, sólo hábiles en trapacerías y chanchullos politiqueros.

En este clima de incertidumbre y permanente zozobra, se produce la protesta popular, con un protagonismo estudiantil, debido al aumento arbitrario del aumento del pasaje en los ómnibus urbanos, que determina la convocatoria por la FEU a una concentración frente a la escalinata universitaria donde figuran como oradores principales el periodista Guido García Inclán, conocido por sus sistemáticas críticas al régimen, desde los micrófonos de la emisora radial de su propiedad, la C.O.C.O. denominada “El Periódico del Aire” y el ya destacado representante de la Juventud Ortodoxa, el Dr. Fidel Castro. Terminado el acto, en la esquina de San Lázaro y Belascoaín, un grupo de los asistentes a la concentración son golpeados salvajamente por la fuerza policíaca, al mando del teniente Rafael Salas Cañizares, en la que pierde la vida, dada la gravedad de las heridas, el joven obrero de militancia ortodoxa, Carlos Rodríguez. Indignado por el crimen, el recién graduado abogado Fidel Castro presenta una denuncia ante el Juzgado de Instrucción de la Sección Cuarta de La Habana, contra el comandante de la Policía Nacional, Rafael Casals y el teniente Salas Cañizares, como sus principales ejecutores. Unos meses más tarde, el 11 de septiembre de 1951, aparece publicado en el periódico “Alerta” un escrito bajo la firma de Fidel Castro titulado “Más vale morir de pie”, reiterando su condena a los autores del cobarde crimen y contra los abusos policiales(13).

El año 1952 se inicia con serios indicios de que Batista y su camarilla traman un golpe de estado, ante la inercia del gobierno de Carlos Prío, desgastado política y moralmente, para asumir una reacción adecuada, ante tales posibilidades. La ingenuidad política de la nueva dirigencia del PPC (O), como Roberto Agramonte, al que acudió Fidel Castro, advertido por dos miembros del Partido Acción Unitaria, integrante de la coalición Batistiana, acerca de tales propósitos, desestimó la propuesta de éste, de denunciar el plan públicamente en el programa radial “La Hora Ortodoxa”, limitándose a verificar los rumores con civiles que formaban parte del claustro de la Escuela Superior de Guerra, quienes los desmintieron.

Por otra parte, Fidel Castro se propone reivindicar las denuncias de Eduardo Chibás sobre la corrupción gubernamental y que al no poder éste documentar, lo condujeron al suicidio, utilizando para ello la prensa escrita. Existe un testimonio de Julio Trigo, de gran valor, recogido por investigadores del Centro de Estudios de Historia Militar de las FAR, quien relata como…“…conocimos al Dr. Fidel Castro en un acto cívico en Santiago de las Vegas, a fines de noviembre de 1951. En dicho acto un compañero se había referido a la falsa incineración de billetes por el gobierno de Carlos Prío, a lo que yo respondí que no teníamos que ir muy lejos, ya que un ejemplo de la corrupción de dicho gobierno lo teníamos en nuestro territorio”.

En el mismo, Trigo relata como Prío a partir de una finca de 2,5 caballerías, que le regalara un ricachón de Apellido Mendigutía, ubicada en El Globo, entre Calabazar y Managua, en agradecimiento por engavetar la causa que se le seguía a éste por violación de una menor, comenzó su afán de apropiarse, por los medios más tortuosos, nuevas tierras aledañas, hasta extender la propiedad original hasta 54 caballerías y que denominó como finca “El Rocío”.

Agrega Julio Trigo en su testimonio como…“…al terminar su exposición se me acercó un joven alto y corpulento, que me preguntó si todo lo que yo acababa de decir era cierto, lo que sostuve. Entonces se me presentó como el Dr. Fidel Castro y me planteó que qué me parecía darnos a la tarea de buscar pruebas fundamentales contra el priato y así reivindicar la memoria del líder desaparecido Eddy Chibás ya que a éste le exigieron pruebas que el Partido Ortodoxo no había llegado a presentar y que si nos dedicábamos a esto, ya con las pruebas en las manos, se podía denunciar ante los tribunales y la opinión pública a los gobernantes……Al otro día por la mañana temprano, ya estaba en mi casa Fidel acompañado por los compañeros José Luís Tassende y Gildo Fleitas, que cayeron después en el Moncada. Después de conversar los llevé a la finca “Rocío”. Trazamos nuestros planes y nos empeñamos con estos compañeros en la labor de buscar datos y pruebas sobre esta finca” (14).

A partir de las investigaciones realizadas se demostró que el hecho era mucho más grave que el inicialmente supuesto e implicaba sumas millonarias, acaparamiento de tierras en otras provincias, la utilización de testaferros para ocultar la identidad de los culpables más notorios y otra serie de ilegalidades.

Como estas indagaciones y sus resultados se divulgaron a través de los conocidos artículos publicados en el periódico “Alerta”, es revelado por el periodista Raúl Quintana Pérez en su obra ya citada “Recuerdos no olvidados” (aún inédita), en su capítulo “Dónde y cómo conocí a Fidel”:

“Como jefe de redacción del diario Alerta en la etapa en que se liberó en parte de su pasado lastre reaccionario de tantos años, como apéndice del Diario de la Marina, viví episodios muy interesantes en mi trayectoria periodística. Era la etapa en que el gangsterismo oficial y la corrupción administrativa, creados por Ramón Grau San Martín durante su mandato presidencial (1944-1948) y mantenidos y aventajados por su discípulo Carlos Prío Socarrás (1948-1952), se hallaban en su nivel más alto…..La prensa burguesa, subvencionada abundantemente por el régimen, se limitaba a narrar algún que otro hecho de violencia o sangre que se producía, pero sin enfrentarse a esa situación nauseabunda que provocaba la indignación popular ante indiferencia y aún más, la complicidad de las autoridades….”.

Y agrega:

“El diario Alerta adquirido por Ramón Vasconcelos logró cierta independencia de criterios y de posición política. (Vasconcelos N. del A.) era Ministro de Educación en el gobierno de Carlos Prío Socarrás, se disgustó con éste y renunció al cargo. Comenzaba la campaña de las elecciones presidenciales (señaladas para junio de 1952. N. del A.), ya que el mandato de Prío finalizaba en 1952….El PPC(O) había enraizado profundamente en las masas con el lema de Eddy Chibás de Vergüenza contra dinero. Lo mejor y lo más sano de la juventud cubana y los que no eran tan jóvenes, que aspiraban a cambios sustanciales en los rumbos de la nación, sumida en una crisis política y social,, ya al borde del caos, se agruparon junto a la Ortodoxia y empezaron a luchar por el poder a través de las elecciones……Alerta, que publicaba semanalmente los alegatos y denuncias que transmitía Eddy Chibás por las ondas de la CMQ fue derivando también hacia la Ortodoxia. Vasconcelos, con buen olfato, se dio cuenta de que de celebrarse las elecciones, el triunfo del Partido Ortodoxo sería arrollador”.

Para añadir:

“Y este diario del mediodía, ya independizado de la sentina de Prado y Teniente Rey (donde radicaba el Diario de la Marina. N. del A.) y en su nuevo edificio de la Avenida de Carlos III y Oquendo, se convirtió en el órgano semioficial del partido chibasista. Noche a noche los líderes de la organización política ya pujante, coincidían en la redacción de Alerta….Entre los que frecuentaban el diario el diario de Carlos III estaba el joven Fidel Castro, que ya apuntaba como un indiscutible líder, conversador y amable con todos, presto a la sonrisa y el chiste….y gran tomador de café. Con el transcurso de los días y de las noches, llegó a ser uno más y habitual en la redacción. Un día se apareció con un montón de cuartillas y varias fotografías:

---Aquí traigo algo sensacional---nos dijo.

---Es una denuncia de los desmanes de Prío y de las obras de reconstrucción de su finca La Chata, utilizando a presos comunes y con fondos del gobierno.

Luego de revisar el impresionante reportaje con fotografías tomadas por él mismo desde un helicóptero, acudí a Vasconcelos. De primera intención también lo estudió y analizó con cierto recelo. Políticamente le servía para combatir al régimen del cual se había convertido en opositor, pero…¿se podía confiar en aquel joven que comenzaba a ser reconocido en el país por sus gallardas actitudes, valentía personal y honestidad revolucionaria?.....Al fin logramos convencer a Vasconcelos: salió aquel reportaje con gran destaque en primera plana y el cual causó gran sensación al recibir amplio respaldo de las masas populares. Después siguieron otros con revelaciones y denuncias espectaculares de Fidel…” (15).

El primero de esos artículos aparece en la edición de “Alerta” del lunes 28 de enero de 1952, símbolo o casualidad, en el día del natalicio del Apóstol, bajo un titular: “Prío rebaja la función de nuestras fuerzas armadas”.

En el mismo, Fidel Castro escribe como…“…cuando Chibás lo acusó de estar emprendiendo grandes negocios de compras de edificios de apartamentos en Estados Unidos, el presidente (se refiere a Prío. N. del A.) se cubrió el rostro ruborizado como una virgen vestal limpia de pecado y pedía la excomunión del indecente fiscal. Era verdad y un informe de la Comisión Económica que delataba el torrente de millones que salía del país….La naturaleza de los hechos denunciados en cada una de esas ocasiones imposibilitó la presentación inmediata de las pruebas reclamadas. Se trataba de voceros de opinión y no de abogados… pues bien vengo hoy a denunciar en todos sus aspectos una de las más grandes inmoralidades del Dr. Prío Socarrás, que por sí sola es capaz de invalidarlo del respeto y la consideración de la ciudadanía tan grave como construir edificios de apartamentos en New York o fomentar repartos residenciales en Guatemala….” (16).

El lunes 11 de febrero de 1952 aparece el segundo artículo-denuncia bajo el titular “34 fincas compradas en una sola provincia”. En este se expresa:

“Con la mente fija en el recuerdo de los últimos días de Eduardo Chibás en que una banda de malversadores impúdicos, amparados en la distancia y en las sociedades anónimas, ultrajaban en su lecho de muerte al más valeroso y digno de los cubanos, y cuando todavía permanece mudo el Presidente de la República ante la denuncia irrebatible que le hiciera hace dos semanas desde este mismo periódico Alerta, vengo hoy, sin detenerme un instante, y con las pruebas también en la mano, a denunciar concretamente nuevas y mayores inmoralidades del régimen que encabeza Carlos Prío Socarrás” (17).

El escrito termina emplazando, a través de un demoledor YO ACUSO:

“Carlos prío y sus colaboradores, ¿de dónde han sacado el dinero para comprar esas fincas? Emplazo a Carlos Prío ante la opinión pública a que diga si es así como piensa hacer la reforma agraria, abolir el desempleo y redimir del hambre y la miseria a la gran masa campesina de Cuba. Si todo cuanto he dicho no es rigurosamente cierto, guardaré silencio el resto de mi vida” (18).

El martes 4 de marzo de 1952 aparece publicado el tercer artículo, bajo el titular: “$18000 dan a las pandillas en Palacio”. Este inicia su escrito invocando la figura de Eddy Chibás:

“Dije que iba a vengar los oprobios que le hicieron a Eduardo Chibás, que haría muchas veces morder el fango a este régimen envilecido de gobierno y lo hemos venido cumpliendo semana tras semana. Hoy es algo más que un ataque, es la defensa de la sociedad amenazada...” (19).

“…..Cuando esta edición de Alerta corra por las calles, ya los señores magistrados estarán considerando nuestro alegato al Tribunal de Cuentas, que en su parte más esencial expresa:

<<Al Tribunal de Cuentas acudo en patriótica llamada. Cuba convertida en tierra de caínes feroces, camino del suicidio, hecha garito y antro de unos cuantos desenfrenados, vuelve desesperada sus ojos para pedir de Vds. El milagro que pueda salvarla del derrumbe constitucional y moral que la amenaza>>” (20).

Adecuada previsión del golpe de estado que ya se fraguaba en los cuarteles. Sólo este hecho impidió esta tarea sistemática de denuncias y en reivindicación de la personalidad de Eduardo Chibás.

Según el historiador Mario Mencía…“…ya Fidel tenía completo el protocolo en que demostraría los tortuosos manejos del Presidente (se refiere a Prío. N. del A.) para el desalojo a la fuerza de los infelices que habitaban en los barrios de indigentes ubicados en el área capitalina desde el Castillo del Príncipe y el Cementerio de Colón, hasta la Calzada del Cerro….”(21).

Evidentemente, ya ese pensamiento socialista utópico que el propio Fidel Castro manifestaba poseer en la fecha de su ingreso en la Universidad de La Habana, a inicios de septiembre de 1945, se había ido transformando a partir del estudio y de la propia práctica revolucionaria, en un pensamiento marxista-leninista, en pleno desarrollo, sustentado en su fidelidad al ideario martiano, ya en vísperas del alevoso golpe de estado de Fulgencio Batista, el 10 de marzo de 1952.


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