BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

PAZ Y CIUDADANÍA EN EL PROCESO DE FORMACIÓN BÁSICA DE LOS JÓVENES DE SECUNDARIA

Irma Isabel Salazar Mastache




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2.2.1 Aprender a convivir

La convivencia es fundamental para el hombre, dentro de las instituciones educativas la convivencia se lleva a cabo cuando conversamos o interactuamos con los demás. Aprender a convivir es fundamental en el ámbito escolar, es cierto que la comunidad escolar no tiene todas las respuestas, pero si tiene algunas y parte de otras, que son compartidas con los agentes sociales, especialmente aquellos que se consideran involucrados tanto en el ámbito social como en el educativo: la violencia, la salud, la justicia, la organización civil, por nombrar algunos.

El sistema educativo tiene entre sus objetivos fomentar en el alumnado la adquisición de hábitos de convivencia democrática, de respeto mutuo y de participación responsable en las distintas instancias sociales y culturales. Pero de poco sirve considerar que se tiene todo si se carece del compañerismo de las personas que se tienen al lado. No resulta nada fácil adaptarse unos a otros y aquí es donde encaja las distintas filosofías para la paz que se presentaron en el capítulo IV en las que Galtung, Martínez, Muñoz y Sandoval han aportado para tratar de explicar, enriquecer y/o fortalecer la convivencia humana que nos lleve a convivir pacíficamente.

Como lo indica Sandoval, 2009:14), la inquietud de invitar al sector educativo, social y político a erradicar la comparación y trabajar para lograr la concientización de los niños, con el interés de fomentar un pensamiento crítico que permita exterminar las prácticas discriminativas y, al mismo tiempo, formar en las aulas, desde temprana edad, la tolerancia, la aceptación y el respeto a los otros… (Sandoval, 2009:14).

Convivir implica a docentes, directivos, alumnos y padres, que realizan los objetivos de la escuela, convivir implica compartir y crecer junto con otros, pero también someterse a los límites que imponen sus derechos. La convivencia es posibilidad y encuentro pero también malestar y conflicto. Por ello la comunicación y la participación son indispensables para el aprendizaje y la apropiación del conocimiento.

Sumado a esto, la sensibilidad de las personas es esencial e indispensable, si uno de los que convive no aporta nada y espera que todo lo aporten los demás pronto será excluido del grupo social. La felicidad debe ser solidaria y el que convive ha de tener muy en cuenta a los que le acompañan.

3 La transformación pacífica de los conflictos

La educación para la paz plantea la transformación de los conflictos. Por su parte la escuela secundaria es un sitio en el que conviven personas de distintas clases sociales, económicas, religiosas, culturales y políticas, esto la convierte en uno de los espacios ideales para construir una formación integral, que en verdad integre y deje de inculcar en los educandos diferentes culturas, conductas, actitudes y valores que desintegran a la sociedad.

Considero que no es suficiente dejar el estudio de la diversidad solo como discurso político, como parte de la justificación de un plan de estudio, por el contrario debe ser una obligación en la que autoridades educativas, profesores y sociedad en general trabajemos para integrar de manera consiente a las generaciones que hoy se forman al interior de la escuela secundaria.

Ocho son las competencias que se expusieron anteriormente, sin embargo la diversidad es una de las que considero de mayor importancia y con solo desarrollar esta competencia en los alumnos avanzaríamos en el estudio y la práctica de las otras competencias que se encuentran implícitas en el respeto a la diversidad como se muestra en el siguiente cuadro. A partir del cual se podrá construir la educación para la paz.

Educación para la paz

Imagen: www.conadepi.gob.mx/mapas/mapa_diversidad_cul

Imagen: www.juntadeandalucia.es/.../img/diversidad02.jpg

Fecha de consulta 19 de julio de 2009.

Cuadro 26. De mi autoría para contextualizar lo escrito en páginas anteriores.

Desde mi punto de vista si los alumnos en clase conocen los motivos por los cuales el hombre es diferente, actúa diferente, piensa diferente, y toma decisiones distintas a nuestra forma de pensar. Si el alumno es consciente que sus compañeros como el resto de la sociedad reaccionan de manera distinta y la concepción que tiene del mundo va de acuerdo a su formación individual producto de los distintos entornos en los que se relaciona, entonces podremos hacer entender al alumno que a partir de esas diferencias que nos caracterizan a los humanos se puede generar una integración y un respeto a la diversidad.

Ya lo dice Elliott (2008), Como educadores creamos una atmósfera característica en la que los niños se sientan orgullosos de sí mismos, logren dominar sus propias vidas y adquieran las habilidades que necesitan para la adultez. Es nuestro deber proporcionales el refugio donde sea posible practicar estas habilidades, especialmente cuando la casa y la comunidad carecen de calidez y compasión (Elliott, 2008:262).

Considero fundamental que se forme esa visión en los jóvenes desde las aulas de clase y a temprana edad; por ello es que me atrevo a proponer la inclusión del conocimiento, respeto y reconocimiento de la diversidad dentro de los tópicos que conforman la asignatura de formación ciudadana, con el interés de que los chicos se enteren que existen otras formas de ver el mundo, de pensar, de sentir y de expresarse en sociedad. Al mismo tiempo de construir en ellos una alternativa que les ayude a resolver y enfrentar los conflictos de forma noviolenta.

Para lograr lo anterior considero que se requiere:

• Reestructurar el Bloque I de la signatura Formación Ciudadana para dar cabida y buen tiempo a la inclusión del respeto a la diversidad

• El conocimiento y aceptación del “yo” o del “uno” que considero es esencial al momento de estar frente al “otro” para reconocer en él las diferencias y derechos.

• El conocimiento de las bondades y conveniencias que incluye la educación para la paz.

En resumen la educación constituye sin lugar a dudas el instrumento más valioso para construir una Cultura de Paz, pero a su vez, los valores que esta inspira deben constituir los fines y los contenidos básicos de tal educación. Si la construcción de la cultura de paz a través de ese "conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida" constituye la clave del potencial creador de la ciudadanía mundial, la educación es la herramienta que puede configurar y guiar el desarrollo de ese potencial, y al mismo tiempo orientarlo adecuadamente para alcanzar las aspiraciones pacíficas de la comunidad internacional.


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