BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

FUNDAMENTOS DEL SERVICIO COMUNITARIO PRIVADO

Nelson de Vida Martincorena




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El ideal leonístico

Lo que antecede, que ha pretendido ser una descripción a grandes rasgos de los propósitos de la actuación leonística, debe complementarse para una apreciación global del movimiento, con el intento de dilucidar el ideal que alienta en su seno.

¿Corresponde entender que existe un «ideal» leonístico?.

El término es susceptible de varias acepciones: «1) como la proyección de una idea; 2) como el modelo, jamás alcanzado, de una realidad; 3) como lo perfecto en su género; 4) como una exigencia moral; 5) como una exigencia de la razón pura; 6) como la forma de ser de ciertas entidades...». (15)

Es fácil excluir del ámbito de nuestro interés, los dos últimos significados, de clara resonancia filosófica pura.

Los otros sentidos, con preeminencia de la exigencia moral, resultan en extremo fértiles para explorar su concordancia con el numen inspirador del Leonismo.

Es así posible considerar al ideal leonístico como una especie dentro del género más vasto que abarca los ideales éticos, aquellos conceptos cargados de connotaciones de valor, que aspiran a regular el obrar humano, orientándolo en la búsqueda de su más plena realización moral.

Son, como lo ha dicho Ingenieros, «...hipótesis de perfeccionamiento»,dado que es propio del ideal, establecer una tensión permanente entre el ser y el deber ser y justamente, su fuerza emana de la casi imposibilidad de que el modelo propuesto alcance su realización plena.

¿Pueden encontrarse en nuestro credo leonístico, rasgos distintivos que, participando de las características del género, muestren una existencia autónoma?

Creemos que sí.

Existe un concepto matriz que impulsa la acción y el pensamiento leonístico: está presente en el Código de Etica, pero no se agota en él; determina los Objetivos de la Asociación, pero los trasciende y supera; vibra en el obrar de cada León y en la tarea fructífera de los Clubes, pero en ninguno de ellos entrega su definitiva sustancia.

Intentemos entonces una aproximación a ese común denominador, a esa estrella polar que guía los actos leonísticos.

Tentado está uno en el marco de un trabajo como el presente, de asignar al precepto del servicio comunitario, tan alto sitial.

Si bien hemos encarecido entendemos que con plena razón la importancia de la acción comunitaria en general, y lo haremos con la leonística, no por ello debemos desconocer que se trata de un medio para la obtención de un logro.

Es inocultable que el servicio no es un fin en sí, está subordinado a una idea superior que a nuestro entender puede sintetizarse así:

La inspiración central del Leonismo radica en una profesión de fe humanística, en un profundo respeto por el hombre y por todas las posibilidades de su condición.

Encarna un reconocimiento pleno de una esfera intransferible donde cada uno debe cumplir su tránsito, desarrollando todas sus potencialidades, sin otras limitaciones que las imprescindibles al derecho de los demás.

Para que ello sea posible, para que no permanezca en el limbo de las aspiraciones, el Leonismo postula la obligación que tiene cada hombre de actuar en permanente apoyo de sus semejantes, como forma de realización personal y por imperio de su condición eminentemente social, que exige sumar fuerzas en esa alianza que es la comunidad humana, para librar la renovada batalla de la vida.

Es en suma, la certidumbre de que sólo brindándose, en una tarea concertada a favor de sus iguales, el hombre se realiza plenamente.

Ha dicho Fromm: «...el hombre, cuanto más gana en libertad, en el sentido de su emergencia de la primitiva unidad indistinta con los demás y la naturaleza, y cuanto más se transforma en ‘individuo’, tanto más se ve en la disyuntiva de unirse al mundo en la espontaneidad del amor y del trabajo creador o bien de buscar alguna forma de seguridad que acuda a vínculos tales que destruirán su libertad y la integridad de su yo individual». (16)

El Leonismo con su inspiración fraterna viene abriendo sendas e impulsando actitudes solidarias, prácticamente desde el inicio de la pasada centuria, dando cumplida respuesta a tan acertada prevención.

La propuesta que plantea el Leonismo, no permite considerarla como un punto de partida, fijo y consolidado; por el contrario, en virtud de su esencia dinámica, constituye una meta en constante desarrollo y progreso, que convoca siempre a los Leones, a un avance tan amplio como sea posible.

Puede con seguridad argüirse que los rasgos del ideal leonístico son similares a los que han inspirado a otros grupos humanos en la búsqueda del bien común.

Contestamos que sí, que reconocemos su parentesco con otras fuerzas igualmente nobles y que somos deudores -como lo fue sin duda nuestro fundadordel pensamiento y del ejemplo de los grandes líderes morales de la humanidad.

No obstante, distingue al Leonismo un rasgo fundamental: la irrenunciable exigencia de poner en obra, permanentemente, sus convicciones, la acción sigue al deber moral, integrándose en un todo indisoluble, que sólo así justifica sus bondades.

De nada sirve tensar el arco de nuestro sentimiento, si la mano vacila y la flecha no parte.

La idea capital del Leonismo consagra la imperativa vivencia del bagaje moral que reconoce como válido, posibilitando renovadas vías institucionales para que su inspiración se virtualice, demostrando así su fecundidad.

Lo destacaba Durkheim: «Un ideal no es más elevado porque sea más trascendente sino porque nos propicia más vastas perspectivas. Lo que importa no es que se cierna muy por encima de nosotros, hasta el extremo de resultarnos extraño, sino que abra a nuestra actividad un campo bastante amplio y es preciso que éste se encuentre en vísperas de poder realizarse». (17)

Se ha dicho acertadamente que el Leonismo se define en sus obras; creemos del caso agregar: al intentar la obra ya ingresamos en el ámbito de su ideal, porque lo fundamental que él nos exige, es una decidida acción de acuerdo a sus dictados.

Obviamente, debe aspirarse al éxito de la empresa, porque de el emanarán sin duda beneficios concretos para nuestros semejantes, pero las obras leonísticas son crisálidas donde se oculta una belleza superior: si importante es el servicio, lo verdaderamente relevante es la disposición solidaria que él implica.


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