BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

FUNDAMENTOS DEL SERVICIO COMUNITARIO PRIVADO

Nelson de Vida Martincorena




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D) La Organización

En cuanto a los rasgos organizativos de las entidades de servicio, es pertinente destacar como esencial su naturaleza abierta, que las hace estar en directa interacción con el grupo comunitario que toman como objetivo de su trabajo.

En dicho texto, aparece un artículo titulado: «Asociación Mutual El Colmenar: la oreja de la comunidad», donde se describe muy gráficamente una situación que se puede extrapolar a muchas otras realidades.

La Asociación trabaja «...en la localidad de Cuartel Quinto, un paraje de 19 barrios y 45.000 habitantes distante 18 kilómetros del centro del municipio... (Partido de Moreno, Rpca. Argentina), Cuartel Quinto es un lugar desatendido por las autoridades del distrito... Había un claro desarraigo y una clara falta de comunicación...».

«En 1985 se creó en la zona el Consejo de la Comunidad; interesaba recoger la opinión más genuina de la gente de los barrios... andando de barrio en barrio y visitando las escuelas... los miembros del Consejo se propusieron recoger de entre la gente toda la información que se pudiera. Su finalidad era constituirse en una oreja muy grande que escuchara lo que le pasaba a los vecinos del barrio, qué opinaban ellos y qué tenían para decir... A través de esta acción conjunta fueron generando un espíritu colectivo (ellos dicen «el de nosotros»...»).

«...el Consejo logró muchas cosas que aparecían como imposibles... la comisaría, la Delegación Municipal, el Registro Civil, la Radio FM, mejoras en las calles...una ambulancia...».

¿Estamos tan lejos de Cuartel Quinto?.

La entidad es y debe ser permeable, estableciendo un contacto comunitario fluido en todos los aspectos de su actividad.

Así la integración del cuerpo social, la administración y gobierno, la provisión de fondos, la problemática a abordar, son todas facetas que deben trasuntar un ámbito vivo y renovable, donde los aportes e intercambios se propicien como algo natural y deseable.

Esas características facilitan la adaptación de las organizaciones a variadas circunstancias, constituyéndolas en vértices de coincidencia y multiplicación de los esfuerzos.

A su vez las pautas organizativas de la actividad la dotan de rasgos propios, puesto que los procedimientos de intervención, si bien son formales resultan fundamentales para que la entidad pueda cumplir sus objetivos.

No se deberá pretender encontrar en todos los casos, la aplicación de un ritual operativo, dado que cada institución se ajustará según sus necesidades, a algunos de los mecanismos que hemos detallado en el capítulo anterior.

No obstante, al menos una parte del elenco de formas de actuación, estará casi siempre involucrado de alguna manera en las realizaciones más afectivas.

En todo caso, cabe reconocer que nos encontramos en el ámbito del elemento quizás más cambiante y maleable, de los que integran el fenómeno denominado servicio comunitario privado.

Es innegable que tanto en orden a los agentes, como a los receptores, incluso en cuanto al contenido, hay ciertos elementos que si bien pueden variar enormemente (de una institución a otra, con el paso del tiempo, según cada comunidad), mantendrán siempre ciertos caracteres esenciales invariables; si ellos traspasan ciertos límites el servicio cambia su naturaleza y pasa a ser por ejemplo, una prestación comercial o profesional remunerada.

En tanto la organización es un elemento formal e instrumental, no existe por sí, existe «para» lograr, «para» hacer posible tal propósito; al ser adjetivo a la sustancia que se pretende plasmar, ha admitido y admite variaciones, formas importadas de la actividad lucrativa, del quehacer gubernamental y todas las innovaciones tecnológicas que se produzcan.

En fin, es un terreno vivo y muy receptivo, que admite la puesta en práctica de mil y una formas de trabajo, estrategias y tácticas , para alcanzar las metas propuestas.

Si hemos venido detectando en cada uno de los elementos que componen el servicio, una línea evolutiva de cada vez mayor ajuste ,en procura del cumplimiento más efectivo de los objetivos, deberíamos encontrar que en el rubro «organización», una manifestación más intensa de esa progresión...

¿Y esto se da realmente?

Si recordamos que ya hemos expuesto como «formas operativas del servicio», la preparación de la acción, los instrumentos para su ejecución y la apreciación crítica, corresponde enfrentar la actitud de estas instituciones ante esos conceptos y allí encontraremos la respuesta.

En general, parecen existir pocas organizaciones que estén encerradas en sí mismas, apegadas a viejos procedimientos, resistentes a las innovaciones.

Por el contrario, una mirada al universo de las ONGs, revela que se multiplican los ejemplos de vivo interés en aumentar los conocimientos, de planificar y programar adecuadamente las acciones; la capacitación de los recursos humanos (generalmente los muy valiosos voluntarios...) goza de total predicamento, por más que a veces, no hay recursos para financiar la concurrencia a cursos y foros.

La incorporación de principios organizativos de la actividad privada, que en su momento planteó ciertas resistencias (el propio Drucker, recuerda como se resistía a hablar de «estrategia» por su referencia al campo militar...) hoy en día se admite naturalmente, con las modificaciones inherentes al área no lucrativa.

Es decir que las entidades se muestran cada vez más receptivas «en mirar para adentro», para evaluar su comportamiento, su rendimiento, en fin apreciar su eficiencia: cómo utiliza su tiempo y recursos.

Pero no sólo la entidad atiende a esos aspectos internos sino que en procura de alcanzar su objetivo, incorpora como parte de su hacer, la vinculación con instituciones similares, en la seguridad de poder recoger de esos contactos, fértiles experiencias para aplicar en su tarea.

Así, las asociaciones y alianzas, que ya veíamos al estudiar los agentes, también tocan los aspectos organizativos, dado que la entidad se vincula en forma permanente, con «federaciones»,»redes» o denominaciones similares; gana terreno la conciencia que la pertenencia a esos agrupamientos, más allá que demanden tiempo y algunos recursos, son siempre redituables: si estamos atentos a los ejemplos que se exponen, siempre podemos aprender a evitar errores que no duelan en carne propia. Y lo que es más positivo: aprendemos humildemente a «hacer mejor lo que se hace bien»...

Aunque es prácticamente imposible, por tratarse de un campo de extensión enorme, hacer un somero inventario de los ejemplos que marcan esa orientación receptiva, de formas e instrumentos de diferente naturaleza, en tanto permitan mejorar las acciones, procede ilustrar puntualmente ese obrar evolutivo, que juzgamos muy constructivo.

En relación con la agrupación de las instituciones de finalidades similares, en redes nacionales e internacionales, podemos citar, a nivel nacional, la Red de ONGs de Infancia y Adolescencia de sectores populares, integrada por alrededor de 150 organizaciones y cuyos orígenes de remontan a 1983. (*)

A nivel internacional, y en otro extremo de la escala etaria, se puede citar la Red Latinoamericana y del Caribe de Líderes de Organizaciones de Adultos Mayores (participan nueve países que no incluyen a Uruguay por el momento), que con el auspicio de HelpAge Intemational, ha realizado varios Encuentros y ha establecido un Comité Coordinador con el objetivo «...de impulsar acciones que puedan convertir en hechos las conquistas mundiales en materia de derechos y aportar con estrategias claras el fortalecimientos de las organizaciones nacionales miembros de la Red». «Consideramos que nuestra misión es ejercer vigilancia y monitorear el proceso que implica conquistar un mundo más justo para que todas las personas mayores se hagan visibles y sean considerados equitativamente en los planes de desarrollo y eliminación de la pobreza». (2)

Recordando que la planificación y los programas de autoevaluación, integran el elenco de elementos organizativos propios de las entidades de servicio, (ese mirar interior al que nos referíamos) es interesante referir el programa que sobre ese tema, tiene en Argentina, la Fundación Compromiso con el apoyo de la entidad AVINA:

«El programa promueve la incorporación de conocimientos de gestión y su puesta en práctica mediante un trabajo articulado con los miembros de la organización, para el desarrollo de un plan de acción a medida de cada institución, que favorezca una mejor administración de los recursos con que cuenta».

Como herramienta principal del programa figura: «...el Manual de Autoevaluación de la Fundación Drucker, que plantea cinco preguntas básicas que van directamente al corazón de una organización...» «1. ¿Cuál es nuestra misión?, 2. ¿Quién es nuestro cliente?, 3.

¿Qué valora nuestro cliente? 4. ¿Cuáles son nuestros resultados? 5. ¿Cuál es nuestro plan?».

Como un ejemplo de la benéfica influencia de estas inquietudes, citamos esta opinión: «Creo que nos ha cambiado la manera de ver nuestra organización, nos ha ordenado, sabemos con seguridad qué cosas vamos a hacer, por qué y para qué. Nos ha abierto otro mundo». (3)

Todas estas ricas experiencias (gotas en un océano...) ilustran una positiva evolución de las entidades no lucrativas, que no rehuyen la autocrítica y que son sensibles a capacitarse para actuar en la realidad social donde pretenden influir. A ello se agrega desde la larga data, un saludable espíritu de agrupación con sus similares, conscientes que «juntos, podemos más».

Nadie podrá discutir que ese es el camino adecuado, para llevar el auxilio a quienes lo necesitan... pero creemos que este procedimiento por más que se mejore en el futuro, para muchos casos graves corre el riesgo cierto de llegar tarde.

(*) Dentro de sus finalidades aparecen: «...contribuir al relacionamiento y coordinación entre ONGs... creando ámbitos de discusión y capacitación permanentes... para lograr una mayor eficacia en la tarea que desempeñan...»; «...intercambiar y coordinar experiencias a nivel nacional o internacional, creando estrategias de trabajo con objetivos comunes...»; «...gestionar ante entidades públicas o privadas con la finalidad de beneficiar a los niños y jóvenes de sectores populares». Se propende también a la capacitación, «...a través de talleres y seminarios a nivel político, económico, educativo, social, etc».

(Tomado del libro «Niñez y adolescencia en situación de calle». Proyecto «Pasacalle» (Iname-Gurises Unidos) 1996, Exposición del Sr. Oscar Oudri, Pág. 25 y ss.).

Será necesario encontrar rápidamente atajos y arbitrios para que los que esperan, no desesperen...


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