BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

FUNDAMENTOS DEL SERVICIO COMUNITARIO PRIVADO

Nelson de Vida Martincorena




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Nueva forma de gestión de los problemas sociales importantes

Quien contemplara desde cierta distancia, el múltiple accionar de las instituciones del tercer sector, el variado trabajo de los organismos oficiales e incluso las contribuciones desde el sector empresarial, todo ello confluyendo en el ámbito social, reconocería de inmediato un gran esfuerzo, la generosa entrega de recursos materiales y humanos.

Pero lamentablemente percibiría también un gran desorden, la duplicación de trabajos y acciones, como si cada uno quisiera atrapar las soluciones a empujones, por su cuenta, «haciendo la suya...».

Es cierto que en una gran obra de arquitectura o ingeniería, es dable apreciar cientos de hombres trabajando de una manera que parece caótica, inexplicable a primera vista. Pero allí sabemos que existe un proyecto elaborado técnicamente, un director de obra, una serie de operarios expertos que están armando un gran rompecabezas, cuyo final es claramente previsible, sólo se trata de dar tiempo al laborar humano.

En los problemas que nos ocupan, no hay un gran proyecto, no hay un director de obra y los operarios si bien en ocasiones son expertos, trabajan por su cuenta, a su ritmo, muchos creen tener (y no tienen...) una visión general de lo que hacen.

Como a pesar de todos los esfuerzos, las enfermedades sociales siguen avanzando, ha llegado la hora de cuestionar en determinados casos, las armas que se usan, la estrategia que guía la guerra y las tácticas que se siguen en cada combate.

Si las políticas sociales funcionaran mejor, si las entidades de fines sociales tuvieran más recursos y consiguieran más resultados, sería posible ir dilatando -como hasta ahoraencarar la raíz de ciertos problemas.

Pero como ello no es así, estamos obligados a buscar innovadoras formas de trabajo social y una mucho mejor utilización de las existentes; en suma una sustancial mejora del método, para que el fruto final sea muy diferente del que obtenemos actualmente.

Pero...¿cómo lograr tal innovación?

Nos parece que para tener un instrumento solidario a la altura de las necesidades de estos tiempos, no será preciso un «descubrimiento», similar a los que nos acostumbra brindar la ciencia moderna, por más que detrás de cada uno lo único certero es que nuestra ignorancia es mayor de lo que pensábamos.

No será necesario que algún investigador inspirado, pueda reiterar el venerado «Eureka!» atribuido a Arquímedes...

Sobre la mesa de trabajo social, ya están actuando intensamente los elementos que pueden producir una sensible mejora, un efecto nuevo, sí, sin miedo lo afirmamos: que puedan producir un cambio cualitativo de gran impacto social.

Es forzoso reordenar los factores actuales, creando una nueva forma combinatoria, una especie de «reingeniería social», donde cada elemento alcance su mayor potencial, transmitiéndolo al siguiente, logrando así una intensa vibración positiva, capaz de doblegar problemas que lucen como indomables.

¿Será posible crear en lo social, una especie de reacción atómica, tan familiar en la física?

Contestamos que sí, que es posible.

Y ello ocurre casi diariamente, ante nuestros ojos...

Habitualmente asistimos a «relámpagos solidarios», cuando los medios de comunicación difunden un grave problema personal o colectivo. (*)

En breve lapso se mueve mucha gente, llueven las donaciones, aparecen aportes y se cumplen gestiones muy nobles.

Evacuados por inundaciones, incendios de viviendas, familias en la calle, por citar algunos casos son «noticia» y por serlo se difunden y golpean la sensibilidad colectiva.

Y entonces, la solidaridad que no es tan escasa como parece, fluye intensa operando soluciones casi «milagrosas», tranquilizando así la conciencia social.

Pero todo sabemos que el fenómeno dura un breve tiempo; rápidamente cae el telón y se vuelve a cerrar la noche sobre miles de situaciones iguales o peores, que las que se han remediado.

Se trata, lo que no es nada simple, de dar permanencia, de mantener activo «el tono solidario», no sobre un problema ocasional y pasajero, sino sobre un asunto endémico e intolerable.

¿Cómo «atrapar» esa fuerza tan poderosa que se manifiesta tan intensa como brevemente?

(*) El conocido y valioso fenómeno de apoyo general y público periódico a determinadas instituciones de gran mérito social, a través de campañas recaudatorias de fondos, televisivas y de otra índole, si bien tiene en cada caso sus particularidades, participa del rasgo general de manifestar la gran fuerza solidaria, latente en la sociedad, a la espera de ser debidamente convocada.

¿Cómo sostenerla en el tiempo y aplicarla a la solución de un grave problema social? Si observamos cómo se desarrolla, podemos discernir elementos que son decisivos para que aparezca:

a) El «problema» toma estado público y se conoce envuelto en su nota emocional de «desgracia imprevista»; ello permite la rápida focalización natural de las acciones .

b) Múltiples agentes solidarios individuales o colectivos, se sienten convocados y se asocian espontáneamente, cada cual con sus posibilidades y actúan simultáneamente.

c) Se trata de un «problema accidental» (que no viene de mucho tiempo) que es de dimensiones manejables o de mediano porte. Ello instala en los actores la convicción que se puede solucionar, que es factible influir para que esa situación de carencia desaparezca o se aminore realmente.

Parece evidente entonces, que el juego combinado de cuatro factores fundamentales, es imprescindible:

El factor asociativo que tiende a la conjunción y coordinación de esfuerzos de actores, en el más amplio espectro posible generando la participación de las fuerzas vivas de la sociedad.

Este factor implica que la suma de acciones, incluso la multiplicación, no es suficiente; la innovación debe alcanzar a manifestarse como un cambio cualitativo de la forma de asociarse, que asegure primordialmente la intensidad del esfuerzo.

La focalización de las acciones, en un punto concreto del panorama de los problemas sociales, luce como totalmente prioritaria.

El asunto deberá ser seleccionado cuidadosamente por los actores participantes, tras todos los debates que consideren necesarios, pero una vez determinado, habrá que cerrar filas con una determinación de romanos, para trabajar en su solución.

La simultaneidad de las acciones, es el tercer factor que aparece como determinante para lograr la creación una verdadera fuerza decisiva.

La inteligente y práctica coordinación de los tres factores expuestos tiene que realizarse de forma que produzca en todos los participantes una razonable expectativa de éxito posible, el cual actuará como foco de atracción convocante.

Si bien lo expuesto significa una simplificación, pues los que hemos definido como «factores» son complejos y no admiten límites tajantes, en definitiva la fórmula puede resumirse:

Asociación + Focalización + Acción simultánea = intensidad que da alta posibilidad de solución.

En definitiva se trata de una gran determinación colectiva a formular una «profecía» de solución social y trabajar sin desmayos para cumplirla...


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