BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

INTEGRACIÓN. TEORÍA Y PROCESOS. BOLIVIA Y LA INTEGRACIÓN

Alberto Solares Gaite




Esta página muestra parte del texto pero sin formato.

Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (344 páginas, 955 kb) pulsando aquí

 


9. SITUACIÓN ACTUAL Y PROYECCIONES

La Unión Europea, en un ya largo proceso de evolución y pese a sus dificultades de origen interno y externo, actualmente se ha convertido en una de las primeras potencias económicas mundiales. Agrupa al mayor número de países participantes en un proceso de integración regional, que en conjunto representan indicadores significativos a escala mundial, con una superficie que supera los 4 millones de Km2, excluyendo territorios de ultramar, con una población de aproximadamente 470 millones de personas que sustentan el mercado interior, donde los intercambios recíprocos alcanzan el 60% de su comercio total, así como con un PIB superior al de los EE. UU.

La Unión Económica y Monetaria representa actualmente una zona con un mercado único y con una zona de una moneda única, donde las las personas, las mercancías, los servicios y los capitales circulan sin restricciones. Consolidan este marco de estabilidad económica un Banco Central independiente, el sistema de normas jurídicas obligatorias a los Estados miembros y políticas comunes sólidas y coordinadas estrechamente.

En el aspecto político, el proceso europeo es sin duda el que ha alcanzado los mayores niveles de integración, traducidos en una política única de defensa y de relaciones exteriores, en el otorgamiento de una ciudadanía única a sus ciudadanos, en la creación de fuertes instituciones comunitarias y en el objetivo – aún no alcanzado – de un marco constitucional uniforme. La U.E. ha alcanzado también otro de sus más ansiados objetivos, constituirse en un referente importante de la política internacional, constituyendo uno de los factores principales en la toma de decisiones a nivel mundial.

Indudablemente el proceso europeo de integración representa la más avanzada experiencia de desarrollo y aplicación de los principios, normas e instituciones de la integración. Inicialmente, los tratados de París (1951) y Roma (1957) y, después, el Acta Única, los Tratados de Masstrich, Ámsterdam, Niza y Atenas, hasta el proyecto de Constitución europea, que dieron el marco jurídico a la evolución del proceso, dan cuenta de avances espectaculares, en una marcha que no estuvo exenta, sin embargo, de períodos de crisis y de estancamiento, muchas veces de periodos muy complejos en los que el consenso fue alcanzado difícilmente. Si se considera solamente los problemas derivados del crecimiento y expansión del proceso, con la incorporación de tantos países, muchos de ellos con situaciones difíciles y en proceso de transición de economías centralmente planificadas a economías de libre mercado, se puede entender el costo de esta incorporación en la dinámica del proceso. La apertura del proceso a los países del este de Europa le ha significado resignar un avance más homogéneo y acelerado y seguramente le significará el afrontar todavía serios problemas para superar problemas que se originan en el menor nivel de desarrollo de la mayor parte de los países recién incorporados. Al presente preocupa, por ejemplo, la profunda crisis generada en Grecia por su enorme deuda pública que ha desestabilizado su economía y que, indudablemente se ha reflejado en la zona del euro exponiendo a la moneda comunitaria a sensibles riesgos en el mercado monetario internacional. La crisis griega, además, como toda crisis financiera tiene un alcance global que amenaza expandirse vía contagio a otros países europeos como España y Portugal e, incluso, reflejar sus efectos a las economías latinoamericanas.

Esta situación representa un nuevo desafío que pondrá a prueba la capacidad de concertación y de búsqueda de equilibrios que solo la conciencia y el esfuerzo paradigmático de integración europea podrán superar.

Pero lo importante para nuestro análisis, es el hecho que se desarrolló un orden jurídico autónomo, que descansa sobre un sistema coordinado de normas e instituciones comunes, que encarnan un nuevo concepto de la soberanía nacional dentro de un orden supranacional, marco dentro del cual el proceso de integración ha podido evolucionar hasta las formas superiores de unión económica y monetaria y se apresta a ingresar en un franco proceso de integración política, bajo una Constitución común.

Todas estas características apoyan una visión de integración económica, social y política, que no es nueva, sino que fue avisorada ya desde el inicio del proceso por sus precursores, cuando se arrancó con una idea muy clara en sentido de que el proceso europeo debía proyectarse, haciendo un simil, como “un pacífico proyectil consignado en tres fases: Unión Aduanera, Unión Económica y Unión Política”.


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles