BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

INTEGRACIÓN. TEORÍA Y PROCESOS. BOLIVIA Y LA INTEGRACIÓN

Alberto Solares Gaite




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2.9. Situación Actual

El proceso de integración centroamericana ha ido avanzando gradualmente en su desarrollo, con avances pero también con problemas que desaceleraron la dinámica integracionista. Muchos esfuerzos han girado en torno a una aplicación efectiva del Convenio Marco de la Unión Aduanera perfeccionada, mediante la cual se podrá avanzar hacia la Unión Económica Centroamericana, objetivo final que se comprometieron alcanzar los países participantes en forma voluntaria, gradual y progresiva.

Para que el proceso sea mas fluido se considera que debe haber una mayor divulgación de los beneficios que traerá este nuevo estadio de integración, lo cual implicará un esfuerzo que los gobiernos y entes regionales deben realizar para involucrar al sector privado, la sociedad civil y al mundo académico de la región para trabajar en una forma sistemática y coordinada. El resultado de una verdadera política de sensibilización y participación – se cree - sería poder contar con un aval que luego se manifieste en la ratificación, a través de los congresos respectivos, de las políticas comunitarias. Esto facilitaría la formación de un sistema multidimensional en donde la parte económica sea uno de varios elementos, pues lo que se persigue como región es el desarrollo económico, social y democrático.

El reto del proceso de integración centroamericano es avanzar hacia etapas de mayor profundidad tanto en la evolución institucional como en decisiones que busquen hacer un proceso más operativo, innovador y más participativo de la sociedad centroamericana. Los crecientes retos que genera la globalización demuestran la importancia del proceso de integración económica de la región. Es importante dejar atrás ideologías importadas que han persistido en los países centroamericanos como factor de división y quizá como una de las causas que más han obstaculizado el desarrollo del proceso de integración.

Centroamérica es una región privilegiada, integrada por siete países, más de medio millón de Km2 de superficie y una población en crecimiento, Todo esto la convierte en un puente, en un lugar de encuentro entre las grandes regiones del norte y del sur americano.

En todo caso, con aciertos y desaciertos, la integración centroamericana sigue su marcha al futuro tratando de hacer realidad el sueño de casi dos siglos, lograr la unidad de la antigua Patria Grande.

Sin embargo y al parecer nuevos nubarrones se ciernen sobre este proceso, esta vez por causa de la ola de populismo desatada por el denominado “socialismo del siglo XXI” y la revolución bolivariana impulsada desde Venezuela, que pretende ir coptando y polarizando a los países más pobres y pequeños de Latinoamérica y el Caribe para afiliarlos a un nuevo proceso de integración ideológica, utilizando para ello su poder financiero derivado de sus ingentes ingresos petroleros que provienen, ironicamente, de las ventas que realiza al mercado norteamericano. En la región centroamericana dos países, Nicaragua y Honduras fueron afiliados al ALBA, en el caso de Nicaragua por una indiscutible afinidad política, pero en Honduras con una gran resistencia que polarizó al país y suscitó el rechazo a la ya clásica estrategia del ALBA de alentar reformas constitucionales que permitan la reelección indefinida de sus gobernantes aliados, al más puro estilo de la actual Venezuela.

En ese marco, en junio de 2009 se produjol la expulsión del país del Presidente hondureño decidida por el Congreso, Corte Suprema y Fuerzas Armadas. Si bien en la forma se equivocó el camino y se mostró ante la opinión internacional como un burdo golpe de estado, provocando el rechazo internacional unánime ante la interrupción democrática en dicho país, sin embargo el hecho es demostrativo de la resistencia y de la polarización que provoca en muchos países el intento hegemónico bolivariano que, en realidad, es el verdadero desestabilizador de la democracia en la región. Ojalá que el problema actual de Honduras – felizmente ya resuelto por la vía democrática de la nuevas elecciones - no sea motivo para distanciamientos entre los países y un nuevo estancamiento o frustración del proceso integrador de Centroamérica.


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