BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

INTEGRACIÓN. TEORÍA Y PROCESOS. BOLIVIA Y LA INTEGRACIÓN

Alberto Solares Gaite




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8. PARTICIPACIÓN EN EL ALBA/TCP

8.1. Antecedetes

Uno de los primeros actos del Gobierno boliviano instalado en 2006, fue proclamar su adhesión al ALBA, concretando así la identificación ideológica impulsada hasta ese momento por Cuba y Venezuela y que derivaba de una Declaración Conjunta emitida en 2004. Como ya se dijó el ALBA constituye una propuesta alternativa al ALCA, proyecto propuesto por los Estados Unidos y que fue descartado ya en 2005 y, en realidad, sustituido con los TLCs que a nivel bilateral se fueron suscribiendo con Chile, los países centroamericanos y República Dominicana, Perú y Colombia.

En el caso de la Comunidad Andina, la suscripción de TLCs por parte de Colombia y Perú, motivó el retiro de Venezuela y la oposición frontal a dichos acuerdos por parte de Bolivia y Ecuador, determinando la actual y profunda crisis en la que se debate el proceso andino. En consecuencia, si bien Bolivia permanece en la Comunidad Andina, tiene una política actual que privilegia una orientación hacía el ALBA y una oposición radical al imperialismo americano.

Ese, el marco de la adhesión de Bolivia al ALBA – que curiosamente no se halla reflejada en algún instrumento que haya sido considerado ni ratificado por el Parlamento boliviano – sin duda que fue un aporte importante a este proceso porque lo fortaleció con la imagen de un primer gobierno indígena que había despertado interés y espectativas en el ámbito internacional, marcando también el inicio de la adscripción de otros países como Nicaragua, Honduras y Dominica, así como la proximidad política y posteriormente por el Ecuador.

Otro aporte al proceso del ALBA, fue la iniciativa de Bolivia con el denominado Tratado de Comercio entre los Pueblos (TCP), adherido por el ALBA y que se plantea como un modelo sustitutivo a los TLCs impulsados por Estados Unidos.

8.2. Participación

El ingreso de Bolivia al ALBA, que consistió en adherirse a la Declaración Conjunta que habían suscrito Cuba y Venezuela en 2004, despúes del intento fallido de derrocamiento del gobierno de Chavéz en Venezuela, trajo aparejado en forma inmediata un programa de acciones de apoyo por parte de Cuba y de Venezuela a Bolivia.

Por parte de Cuba se replicó exactámente en Bolivia los programas que desarrolló este país en Venezuela, como la masiva presencia de médicos cubanos para acciones de asistencia médica popular (barrios adentro) y un programa destinado a erradicar el analfabetismo. En forma similar, a partir del 2006 se concretó en Bolivia el ingreso de cientos de médicos y personal paramédico que fueron repartidos por todo el territorio nacional (ante la resistencia de los colegios médicos nacionales que impugnaban la falta de condición profesional de gran parte de los cooperantes), así como de numerosas brigadas de alfabetizadores que iniciaron sus programas de alfabetización y adoctrinamiento en las áreas rurales del territorio.

Por parte de Venezuela, se inició un proceso de transferencia de recursos monetarios nunca antes visto en el país, por sus cuantías pero más que todo por las formas de hacerlo, entregas directas, sin registro ni inscripción en el presupuesto nacional, a personeros del gobierno nacional para su ejecución y distribución también directa a autoridades de municipios rurales y provinciales, cuya ejecución o impacto no se halla al parecer registrada ni documentada. Pero lo grave, es que se aprovechó uno de los frecuentes cercos y bloqueos al Parlamento por parte de los llamados sectores sociales (grupos de choque) para aprobar, entre otras medidas, un tratado de cooperación militar que faculta a Venezuela no sólo a realizar acciones de dotación y financiamiento para las Fuerzas Armadas bolivianas, sino que le permite intervenir directamente en casos de conflicto interno en el país, así como la presencia permanente de militares que actúan en proyectos de toda índole y tienen a su cargo el transporte y la seguridad presidencial.

A cambio Bolivia, se ha convertido en una especie de portavóz duro contra todo lo que pueda ser o aparentar estar vinculado a los Estados Unidos, campo éste en el que toma la iniciativa, pero digitada siempre por Venezuela, la que aparece después respaldando y siguiendo la misma. En lo interno, el modelo “bolivariano” se ha expresado particularmente en el asesoramiento directo para la intervención a las empresas petroleras extranjeras, la supuesta nacionalización de los hidrocarburos, medida que nadie dudaba era necesaria pero que fue desvirtuada en sus alcances y que estuvo operativizada con la ayuda y asesoría venezolana. El antiimperialismo manifiesto se espresó en Bolivia con la amenaza de agresión a la Embajada norteamericana por sectores sociales manipulados, la posterior expulsión del Embajador de los Estados Unidos acusado de injerencia política – replicada inmediatamente por Venezuela – así como por la expulsión de la DEA, agencia norteamericana de represión del narcotráfico.

En lo comercial, los efectos reales del ALBA/TCP no tienen un impacto visible, al contrario, el mercado venezolano, importante para la soya boliviana en su momento, ahora, paradójicamente es altamente competitivo por la presencia de soya americana y soya paraguaya, ésta última desgravada al amparo del ACE 59. Al excluirse a Bolivia del ATPDEA, programa de Estados Unidos para apoyar la erradicación de la hoja de coca y que significaba la apertura del mercado americano para manufacturas textiles, de madera, goma y joyas principalmente, Venezuela se ofreció para compensar esta pérdida de mercado y abrir el suyo para estas exportaciones, pero como demuestran recientes constataciones el mercado venozolano, fuera de ser complejo en cuanto a las formalidades de pago, es indublamente insuficiente y primario en comparación a las oportunidades del mercado estadounidense desgravado.

Con Cuba, pese a la existencia de un ACE con Bolivia en el marco de la ALADI, éste no ha tenido ninguna ejecutoria y el comercio bilateral es prácticamente nulo. En forma similar, con los otros países del ALBA, Nicaragua, Dominica y el resto de las islas caribeñas que lo conforman, no existen relaciones comerciales.

En lo que sí se evidencia un fuerte flujo es en materia financiera por parte de Venezuela, ya que aparte de sus generosos donativos para la gestión, propaganda del gobierno y apoyo complementario a sueldos de la alta jerarquía militar y administrativa, inversiones de este país se hallan en un proceso vertiginoso de copamiento de instituciones financieras, de medios de comunicación bolivianos y de establecimiento de redes radiales en todo el territorio nacional.

Todo este panorama es preocupante y desde el punto de vista de una concepción genuina de la integración, lo que se hace es desvirtuar los más elementales principios de la misma. Se ha sustituido los principios de igualdad, independencia y dignidad nacional – tan proclamados cuando se habla del imperialismo americano – por una situación de sumisión, injerencia y hegemonía ejercitada por el país nuevo rico de la región, que se refleja en la política exterior actual de Bolivia, orientada a fortalecer sus vínculos con los países del socialismo del siglo XXI y a inteferir en el proceso andino, particularmente en la posibilidad de relaciones comerciales con otros países y esquemas de integración.

La Sexta Cumbre de los países del ALBA, realizada en abril del 2009, en la ciudad de Cumaná, Venezuela, convocada con el objetivo de asumir una posición conjunta en la Cumbre de las Américas que reunió a los Presidentes americanos en Puerto España, Trinidad y Tobago, puso de manifiesto los intereses prioritarios de este esquema político de países, que es lograr el levantamiento del bloqueo americano a Cuba. En la reunión de Cumaná, uno de los países que más radicales se mostró en este objetivo fue Bolivia, cuyo Presidente, además, se declaró formalmente socialista, marxista-leninista y comunista.

En esta Cumbre se procedió al cambio de la designación del proceso, ante la desaparición del proyecto del ALCA que fue su motivación, el grupo pasó a denominarse como Alianza Bolivariana para los Países de Nuestra América.

En la VII Cumbre del ALBA, realizada en el mes de octubre del mismo año en la ciudad de Cochabamba, Bolivia, se lanzaron importantes medidas como la creación de un Sistema Unificado de Compensaciones Regionales (Sucre) que apunta a la eliminación de la dependencia del dólar en el comercio regional.

Igualmente se procedió a la creación de empresas de propiedad estatal llamadas “grannacionales”, y de empresas binacionales para los textiles (Bolivia-Cuba); Aluminio y vidrio plano (Venezuela-Cuba); y la Empresa Socialista de Capital Mixto (Bolivia-Venezuela).

En materia política, Bolivia se ha convertido en el más duro vocero del grupo, bajo las directivas de Venezuela. Son notorias sus críticas al Gobierno de Colombia en relación a la autorización a los Estados Unidos para la instalación de bases militares en su territorio, lo que se halla motivando una situación inédita de tensión y actitudes belicistas en la región de las cuales, siguiendo a Venezuela, Bolivia se halla convertida en protagonista principal al convocar recientemente a la organización militar del ALBA a fin de enfrentar una supuesta invasión militar de los Estados Unidos a la región. Estas posturas, totalmente irreflexivas e irresponsables, además de un total sometimiento a los dictados del gobernante venezolano, desvirtúan la tradicional posición pacifista e integradora de Bolivia.


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