BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

INTEGRACIÓN. TEORÍA Y PROCESOS. BOLIVIA Y LA INTEGRACIÓN

Alberto Solares Gaite




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6. COMUNIDAD DE ESTADOS LATINOAMERICANOS Y DEL CARIBE

En el marco de la XXII Reunión del Grupo de Rio, denominada también como la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe, reunida el 22 y 23 de febrero de 2010 en la ciudad de Cancún, México, 25 Presidentes de países de Latinoamérica y el Caribe, aprobaron por aclamación crear un nuevo bloque regional sin Estados Unidos ni Canadá.

Según la Declaración emitida y hecha conocer por el Presidente de México, el nuevo grupo – que carece aún de denominación oficial y cuyos estatutos serán definidos en la cumbre a ser realizada en Venezuela el año 2011 – “deberá prioritariamente impulsar la integración regional con miras a la promoción de de nuestro desarrollo sostenible, impulsar la agenda regional en foros globales y tener un mejor posicionamiento ante acontecimientos relevantes mundiales”. “La región requiere de una instancia de concertación política fortalecida que afiance su posición internacional y se traduzca en acciones rápidas y eficaces que promuevan los intereses latinoamericanos y caribeños frente a los nuevos temas de la agenda internacional” establece otro párrafo de la Declaración.

Entre otras de las principales decisiones adoptadas en la Cumbre, destacan la declaración de solidaridad con Haití, la que pide poner fin al bloqueo de Estados Unidos sobre Cuba y la que defiende los derechos de Argentina sobre las Islas Malvinas frente al Reino Unido.

En realidad, la intención formal de los países participantes es que esta nueva entidad regional asumaq el “patrimonio” del Grupo de Rio y de la Cumbre de América Latina y el Caribe (CALC), mecanismos que en tanto no culmine el proceso de constitución de la Comunidad de Estados Latinoamericanos se mantendrán de forma unificada con sus respectivos métodos de trabajo, prácticas y procedimientos a fin de asegurar el cumplimiento de sus mandatos.

La creación de esta nueva instancia regional de consulta y coordinación política, concebida como “ un espacio regional propio que una a todos los Estados”, levantó entusiastas reacciones como las de Cubra y Brasil que coincidieron en el carácter “histórico” del acuerdo que permitirá conquistar una “personalidad propia como región”. No faltaron, sin embargo, posiciones críticas como la del Presidente saliente de Costa Rica, quien lamentó que los países latinoamericanos sean “escleróticos e hipertrofiados” censurando que Honduras no fuera invitada a la Cumbre por seguir fuera de la OEA, así como que se reunan invocando la unidad “países que se arman los unos contra los otros” denunciando la existencia de una “guerra armamentista” en el Continente.

Lo sintomático de la “Cumbre de la Unidad”, fue que este importante evento arrancara con un episodio de enfrentamiento verbal que llegó a la diatriba y al insulto personal entre los Presidentes de Venezuela y Colombia.

En todo caso, ojalá que este nuevo bloque regional, que como es público se motiva en el afán de algunos países de desplazar a los Estados Unidos de los foros regionales y de reincorporar plenamente a Cuba al sistema interamericano, responda a los verdaderos interes de América Latina y el Caribe, asuma su representación legítima ante un sistema internacional cada vez más excluyente y no se agote en un estusiamo ideologizado circunstancial o solo sirva para duplicar o sustituir funciones de otras instancias regionales existentes (OEA, SELA y el mismo Grupo de Rio), limitándose a seguir multiplicando la constelación de organismos regionales sin trascendencia real para nuestros países.

7. URUPABOL

Durante la visita oficial del nuevo Presidente del Uruguay a Bolivia, 13 de marzo de 2010, ambos presidentes, mediante una declaración conjunta suscrita en la ciudad de Cochabamba, ratificaron su decisión de concretar mayores mayores lazos de integración entre ambos países y Paraguay, mediante la restauración y consolidación del mecanismo trilateral URUPABOL. Este mecanismo estuvo vigente en las décadas de los años 60 y 70 y constituía un acuerdo de coordinación y acción conjunta de los tres países en el Directorio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), pero sin mayor trascedencia en otras dimensiones de integración.

La idea de reestablecer URUPABOL, según la declaración conjunta, responde al interés de iniciar un proceso de integración física, energética, de transportes y servicios logísticos entre los tres países. En el marco de la reunión, asimismo, el Uruguay manifestó su interés por gás boliviano y ratificó su oferta de conceder a Bolivia una conexión atlántica a través de la Hidrovía Paraguay-Paraná y puertos uruguayos. Esta oferta uruguaya data igualmente de la década de los años 70, cuando se concedió una zona franca y el uso del puerto de Nueva Palmira sobre el Rio de la Plata para el comercio boliviano.

En todo caso, resulta interesante que los dos países más chicos del MERCOSUR y el país más chico de la CAN retomen un impulso de aproximación y de restauración de antiguos proyectos conjuntos sin realización, que en su momento estuvieron contemplados en el proceso de la Cuenca del Plata del cual participan, como también Bolivia y Paraguay comparten el tratamiento de PMDERs en el marco de la ALADI.


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