BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DIAGNÓSTICO DE LA ACTIVIDAD GANADERA EN EL MUNICIPIO DE CIUDAD VALLES, SAN LUIS POTOSÍ 2000-2005

Coordinadoras: Blanca Torres Espinosa y Xochitl Tamez Martínez




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4.2 Enfoque Macroeconómico

4.2.1 Productividad Local

La productividad de los bovinos de carne en Cd. Valles, se evaluó considerando como principales indicadores la tasa de procreo y el rendimiento en canal.

La tasa de procreo, que es uno de los índices más representativos del nivel de eficiencia productiva, se obtuvo restando al porcentaje de pariciones el de mortalidad en crías. Para el Distrito de Desarrollo Rural No. 131 de la SAGARPA con cabecera en Cd. Valles, es de 66%, en tanto que el promedio para la zona norte del país es del 65%, mientras que en el trópico es de 45% . Esto ubica a la zona por encima de la media regional.

El rendimiento en canal (Kilogramos de carne/animal sacrificado) para el mismo Distrito de Desarrollo Rural No. 131 es de 205 Kg., mientras que según datos aportados por CAVALLOTTI VÁSQUEZ B. (1999), el promedio nacional se ubica alrededor de los 216 Kg. En contraste, el rendimiento medio (peso en pie/peso en canal), se sostiene en un 57.4% contra el nacional de 54%.

Si bien, con respecto a los estándares nacionales, los indicadores apuntan a una buena productividad en la zona, fundamentalmente determinada por la tasa de procreo y el alto rendimiento en canal, no lo es así respecto a los estándares internacionales

4.2.2 Los Precios de la Producción de carne

A partir de 1988 se da una abrupta apertura al comercio exterior, y con ella se incrementan notablemente las importaciones de bovinos para el abasto, pero particularmente de carne en canal y de cortes frescos y congelados, que de 1988 a 1992 aumenta su importación en un 380%. A su vez, la importación de carne impactó los precios del producto, en virtud de que éste llegaba con subsidios que el productor mexicano no tenía. En 1992, cuando un número importante de cabezas de ganado nacional no hallaba salida en el mercado, el gobierno mexicano se vio obligado a tomar medidas de emergencia para proteger al sector ganadero, imponiendo aranceles del 15, 20 y el 25% a las importaciones .

Sin embargo, en todo el país, el precio de los productos pecuarios nacionales se ha visto seriamente afectado, principalmente, por la masiva introducción en el mercado de productos procedentes de Estados Unidos, ya que con la firma del TLCAN los aranceles quedaron nuevamente en ceros y se reinició el flujo de cárnicos importados. Tenemos así que, como consecuencia de dicho tratado, el volumen de carne fresca, refrigerada y congelada importada al país se ha visto incrementado en un 76%, pasando de 118,595 toneladas en 1994 a 208,591 toneladas en 2004. Sin embargo, el impacto económico ha sido proporcionalmente mayor, ya que al incremento en el volumen de las importaciones, se agrega la devaluación provocada principalmente por el “error de diciembre”, obteniéndose así un incremento del 113% en el monto de las importaciones, pasando de 335,2 millones de dólares en 1994 a 715.1 millones de dólares en 2004.

Como era de esperarse ante la relativa abundancia de carne fresca, los precios de la producción nacional se han estancado o incluso disminuido en términos reales provocando grandes pérdidas para los ganaderos locales; los cuales al no contar con la tecnología necesaria que les permitan reducir los costos de producción y así poder competir con los productores de América del Norte, han ido abandonando paulatinamente esta actividad para destinar sus recursos a otras actividades económicas más redituables.

En cuanto a la industria de la carne en el estado podemos decir que si bien su producción ha ido en aumento, esta no se ve reflejada en el ámbito local. En el año 2000 se sacrificaron 58,127 cabezas de ganado en el estado en rastros TIF (Tipo Inspección Federal) y 90,681 cabezas en rastros municipales, mientras que en 2004 aumentaron a 74,942 cabezas en rastros TIF y 83,115 en rastros municipales. Es decir, mientras el sacrificio total se incrementó en un 6.2%, el realizado en rastros TIF se incrementó en un 28.9% y en rastros municipal decreció en un 8.3%. Esto nos muestra los esfuerzos que se han realizado por cumplir con las normas de calidad impuestas por el gobierno federal. Sin embargo, hasta la fecha, en el municipio en estudio no se cuenta con ningún rastro TIF, los sacrificios continúan realizándose bajo escasas medidas de salubridad e inclusive en muchas de las ocasiones en rastros clandestinos, con los consecuentes riesgos para la población consumidora que esto implica.


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