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BAHÍAS, DEVENIRES Y HORIZONTES. LOS PERFILES DE MARX, Tomo II

Edgardo Adrián López




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NOTAS

(1) Aunque lo repetimos en otros topoi, es impostergable enunciar que ni el comunismo incipiente o socialismo, ni el comunismo desarrollado serán la clausura, el fin o el cierre de nada, sino quizá el principio de otros flujos*, de otros devenires. Pero también cabe la triste posibilidad de que una cultura altamente “refinada” pueda ser, tal cual lo adelantara el conservador, reaccionario y viejo Freud**, la extinción de la especie (2008 bxlii: 1717).

* Determinados significantes tales como “derrames”, “flujos”, “chorros” son una erótica de la lengua (Certau, 1985: 372), que correlativamente, implican un banquete de la escritura, un placer del texto (Barthes, 1986).

** Alguna de las cuestiones que habría que desmantelar en torno a ese incalificable descubrimiento que fue el Inconsciente, es que el vienés no dice que lo sexual sea central y lo único sustancial en la vida de los agentes, sino que aun cuando somos indudablemente, seres libidinales y más o menos, lujuriosos (Lacan***, 2008 b: 23; Lacan, 2008 a: 104), al lado de lo sexual es necesario ponderar lo social, dado que únicamente para la neurosis, lo sexual adquiere preponderancia respecto al resto de lo humano. Por ende, la intelección que hace un fuerte hincapié en la libido no es sólo una asimilación incorrecta y de sentido común sobre el Psicoanálisis, sino que es una reducción neurótica de sus conclusiones. En efecto, delinea Freud que

“... el predominio de las tendencias sexuales (respecto de) las tendencias sociales constituye un rasgo característico de la neurosis ...” Por ende, de lo que se trataría en lo que se denomina muy problemáticamente, “salud” y no menos dificultosamente, “normalidad” es de una suerte de posibleimposible “equilibrio” entre las tendencias egoístas, eróticas, sociales y culturales (2008 bxlix: 1794) Incluso, podríamos añadir que a causa de que los neuróticos son algo místicos, la sexualización del Psicoanálisis es una intelección mística, mistizante, mítica y mitologizante de ese atacado conocimiento.

*** El suegro de Miller, hacia 1970 y acaso por las objeciones de Foucault, Deleuze, Guattari, desmarcó su concepción**** del estructuralismo. Uno de los indicios se ubica cuando dice que el significante no es una “... cosita domesticada por el estructuralismo ...” (Lacan, 2009 a: 14).

**** En simultáneo, al dar a entender que él no es un idealista pernicioso***** (2009 a: 26), podría creerse que es un materialista malicioso; de allí, sería dable abocetar que nosotros militamos a favor de un materialismo “pernicioso” y por un comunismo “malicioso”, en la escala en que no aceptaríamos ninguna moral o ética.

***** Lo que Lacan es sin duda, es un terrible machista que en una etapa como 1962 fue capaz de afirmar el prejuicio zonzo de que el clítoris es un “pene” femenino (2008 b: 82) y que la vagina es una cavidad sin ninguna sensibilidad (Lacan, 2008 b: 83), cuando se demostró que el clítoris (que no es un pene “atrofiado” sino otro órgano), es la punta de una terminal nerviosa muy densa que se ramifica por toda la vagina, gestando obviamente la posibilidad de un orgasmo vaginal, con sus famosos y enigmáticos “puntos” G y A, próximos entre sí.

Pero las estupideces****** de Lacan pueden deconstruirse en beneficio de sus intelecciones más productivas.

****** Tales yerros no se limitan únicamente a considerar que los católicos son no analizables (2009 b: 123), que los homosexuales son incurables******* y que las mujeres se definen por la carencia, sino en alucinar que es el primer gran fundador de una Filosofía que “... parece sostenerse” (Lacan, 2009 b: 143).

******* Por semejantes expresiones es que un Foucault sopesará que el Psicoanálisis se ubica en la genealogía de las tecnologías de individuación por las que se deben distribuir formas de poder que accionen sobre las múltiples y “viscosas” figuras de lo “anormal” (el “monstruo”, el hermafrodita, el alienado, el indisciplinado, el joven onanista, etc.), y estructuras de saber que ayuden en la empresa de aplanamiento de eso “anormal” (2000).

(2) Uno de ellos es Derrida (2004 b12) por quien, descontando las necesarias críticas que nos obliga a remitirle (sin que conteste nunca, ahora que murió el día 08 de octubre de 2004, mientras se cumplía un aniversario del asesinato de Guevara), hemos arriesgado la palabra en escenarios donde se lo evalúa un mero diletante.

V. g., Toni Negri (un curioso ex-marxista que se asemeja a los posmodernos) siente la necesidad de distanciarse de Derrida* en determinados items (2002 b), no sin dejar de apuntar lo que él mismo estableció en calidad de novedoso para “superar” al padre de Eleanor (2001). [hojaldre de las confesiones políticas]

En otro hojaldre de cuestiones y aunque lo hemos reiterado en el transcurso de la Tesis, no intentamos con esta exposición de un Marx posible hacer de su pensamiento una especie de epistemología obligada para las Ciencias Sociales, aunque más no sea porque desconfiamos de lo autoritario y prescriptivo que habita en cualquier epistemología (ir, entre otras referencias, a la Sección I, Introducción, nota 3 de p. 47).

* En el programa Grandes pensadores del siglo XX (Forster, 2010), el que se auto pondera filósofo y que esfue argelino, judío magrebí, africano y francés, delineó que todavía nohaynohabránopuedehaber futuro sin Marx. Y que la palabra “emancipación” y que la palabra hermosa, hermosa de “revolución” sonyserán horizontes factibles para pensar un mundo de justicia, en la que lo “justo” se acode en aceptar al otro en su alteridad radical e inapropiable.

(3) No empleamos el lexema para reemplazar el significante “revolución” que a un antimarxista como Alain Badiou (2001 c: 15/17), lo alivia de tener que asumir la posibilidad de la insurgencia. Posmoderno en su confianza en las liberaciones “moleculares”, desecha por obsoleto (2001 c: 12, 16) el ideario revolucionario. Ello no le quita la ambición de parecer “contestatario” (2004 c8), al estilo de Agamben (2004 a8). [espacio de los juicios de valor]

Empero, en esa “defensa” del proyecto revolucionario no asumimos ninguna “ética”, sea la emparentada con la que “encontraríamos” en las fulgurantes “Tesis sobre Feuerbach” (Marx, 1984 b), o sea la enlazada con una “fuente” desigual a la que citamos. De paso, negamos también que en dichas Tesis respire “ética” alguna o que acabe factible hallarla en los resquicios de los palimpsestos fragmentarios de Marx. En general y aun cuando no seamos nietzscheanos, desconfiamos de cualquier moral tal como lo reseñamos al comentar, en nota 20 de la Introducción, el pensamiento de Nietzsche o según lo que pincelamos en López, 2010 a, ítem III.4.2., nota 31.

(4) Si nos orientásemos con la mala fe camuflada de espíritu científico, podríamos objetar que in fact ninguna de las imágenes aludidas fueron articuladas por el que padeció en el Soho y que, por ende, el modelo del “edificio” reinaría soberano, lo cual delataría el mecanicismo de la teoría crítica [afirmaciones con pretensiones de cientificidad]. Empero, Engels sugirió el paralelogramo de fuerzas casi infinitas (3), y la “imagen” de los casos y acaeceres (3 a); ambas representan una alternativa genuina a la metáfora del “edificio”, eidolas que serían la signada por los números respectivos si mantenemos en la cuenta a las otras dos.

Sin embargo, aun cuando no hubiésemos encontrado ni siquiera el paradigma aludido estaríamos autorizados a pensar otras imágenes para graficar la naturaleza de la dialéctica entre base y superestructura.

(5) Causacionismo, mecanicismo, determinismo recio, etc.; a todos los encontramos diseminados por doquier, incluso, en una historia de la mafia siciliana (Falzone, 1975: 13).

(6) La oportuna observación de la doctoranda Prof. Amalia Rosa Carrique Ibáñez, docente de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Salta, nos hizo apreciar que la basis se volatiliza en sobreestructura y ésta se concretiza en “infraestructura”. [universo de las apuestas científicas]

En simultáneo, la base se desmaterializa para re/materializarse y la superestructura se materializa para poder desmaterializarse, dado que si no tuviera “anclaje” material acaso terminaría “desapareciendo”.


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