BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

ECONOMÍA Y TERRITORIO EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE. DESIGUALDADES Y POLÍTICAS

ILPES-CEPAL




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F. La política de desarrollo económico territorial

La profunda heterogeneidad del universo de lo local y lo territorial destaca la existencia de grandes desigualdades demográficas, económicas y de capacidad institucional que hacen ver la necesidad de que los esfuerzos por dotar a dichos universos de autonomía política y fiscal se acompañen de políticas compensatorias orientadas a nivelar el acceso a las oportunidades ofrecidas por el mundo económico contemporáneo.

En primer lugar, conviene examinar el papel de los sistemas de transferencias fiscales territoriales, precisar su ámbito compensatorio y analizar las alternativas para reorientarlos. En segundo término, las responsabilidades regionales deben incluir dimensiones clave de la política económica, hasta ahora soslayadas y generalmente en manos de las autoridades nacionales: la producción de infraestructura económica, como transportes y comunicaciones, investigación y desarrollo tecnológico.

En cada sector se debe promover la reflexión acerca de su lógica específica de operación, los distintos componentes y dimensiones y la distribución más deseable de competencias y responsabilidades territoriales. El proceso de descentralización/federalismo ha dejado inmensas enseñanzas en este sentido. En muchos casos, la decisión de descentralización de algunos sectores (transporte, telecomunicaciones, saneamiento y electricidad) contó con el análisis de su funcionamiento técnico, económico e institucional, identificándose las alternativas de redistribución de competencias y responsabilidades territoriales de acuerdo con las distintas fases y segmentos (planeación, regulación, financiamiento, operación, escalas, etc.).

Pese a los avances del proceso de descentralización/federalismo y de la indiscutible presencia nacional en la promoción del desarrollo económico local, no ha existido una institucionalidad ni un universo de políticas públicas favorables al desarrollo económico local. Abundan la descoordinación intersectorial, la diversidad de estrategias de regionalización y las restricciones fiscales para la intervención local en los procesos de desarrollo.

Aparte de las posibles políticas mencionadas, es necesario considerar el papel que algunas instituciones y políticas económicas nacionales desempeñan en la creación de un contexto adecuado al desarrollo económico local. por una parte, la profusión de sectores, actividades e instituciones nacionales interesadas en contribuir a la solución de los problemas del desarrollo económico local es una oportunidad que está siendo parcialmente desaprovechada por la ausencia de una visión de conjunto. Esto pone de manifiesto tanto la necesidad de mejorar la coordinación intersectorial desde lo nacional para compaginar esfuerzos, evitar duplicidades, anular posibles contradicciones y generar sinergias, como de articular y armonizar los procesos de regionalización para limitar la dispersión y converger hacia alternativas más eficaces.

De este modo, se vuelve necesario que las políticas de desarrollo económico territorial se construyan con un nuevo criterio orientador que integre los elementos referidos y proponga alternativas de solución, de modo que constituyan un punto de encuentro entre los esfuerzos de promoción del desarrollo regional-local desde arriba y desde abajo y un lugar de conocimiento, coordinación y articulación de políticas sectoriales especializadas y políticas transversales tradicionalmente separadas.

Las políticas de desarrollo económico territorial deben lograr situarse como tema relevante entre las políticas públicas y que se reconozca su valor. El discurso actual y la práctica de una política pública de desarrollo económico territorial aún distan mucho de este referente. Abocarse a la generación y consideración de distintas propuestas permitirá identificar los nodos estratégicos en los que habría que trabajar, reconociendo siempre la necesidad de salidas particulares y específicas para cada realidad.

La búsqueda de cada país en forma aislada tardará mucho tiempo y en el transcurso se perderá la oportunidad de aprender de las soluciones que hayan aparecido en otros lugares y que sean útiles para inspirar las propias. Las políticas de desarrollo económico territorial comprenden esta conjugación de búsquedas coordinadas y sistemáticas pero con arquitecturas y soluciones específicas. Más que ofrecer una receta o fórmula universal, el iLpES llama a un trabajo conjunto de reflexión nacional, y también comparativa (aprendizaje práctico de experiencias e iniciativas en marcha), que busque una salida específica a cada uno de los interrogantes más globales.

La participación más eficaz y eficiente de los actores e intereses locales y territoriales en la promoción del desarrollo económico también requiere poner atención en nuevas áreas de acción relativamente olvidadas por la teoría y por las recomendaciones de política. Una de estas áreas es el impulso a la diplomacia territorial, que tiene como finalidad crear un ambiente de colaboración política, económica y financiera con otros ámbitos y niveles de gobierno y de colaboración con entes del mismo nivel (territorios, localidades), en la construcción de regiones o mancomunidades que faciliten la solución de problemas comunes y de instancias con niveles de gobierno territorial de diferente condición (local-intermedio, nacionalintermedio o nacional-local). Estas dinámicas exigen la visión y la voluntad necesarias, así como el examen del contexto institucional y político propicio para la operación estable de este tipo de asociaciones y colaboraciones.


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