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EVOLUCIÓN DE LOS VÍNCULOS COMERCIALES EN AMÉRICA DEL NORTE Y EL ESTE ASIÁTICO 1994-2004

Alfredo Sánchez Ortiz




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4.3. Inversión Intra-Asiática

El vínculo relacionado al movimiento de productos/servicios con los flujos de capital entre los países, fue referido al principio de este capítulo. Ambos tráficos contribuyen a incrementar la eficiencia económica permitiendo que los productos se elaboren a bajo costo y de acuerdo con la teoría de la ventaja comparativa, al moverse a lo largo de fronteras nacionales o facilitando la producción en diferentes países a través de la transferencia de IED.

La liberalización simultanea en el comercio de productos básicos y capital, el crecimiento simultáneo en el comercio intra-asiático, la IED, el patrón triangular de comercio de productos de primera necesidad, y un decline en las intensidades comerciales dentro de la región, indican que el flujo del comercio de productos y la IED están estrechamente ligados.

Además de impulsar al comercio intra-regional y global, la IED es un canal importante para la integración económica. De hecho, uno de los componentes más atractivos en la integración de la economía mundial ha sido el incremento en la IED. Además, es importante notar que las Corporaciones Transnacionales (CTN) con presencia global y regional, están influenciando el grado y tipo de integración regional a través de sus decisiones concentrando mayores flujos de IED influenciar de organización. El comercio y la inversión son a menudo complementarios, sus interacciones son reforzadas por las firmas que establecen complejas redes internacionales organizando sus transacciones a través de las fronteras internacionales.

Se corrobora lo ya dicho al principio de este capitulo; los intercambios comerciales en el Este Asiático son cada vez más interregionales, y desde la instauración del TLCAN el peso de Asia Pacífico como destino de sus propias exportaciones ha aumentado del 42% al 49%. En contraste disminuyeron las exportaciones destinadas hacia América del Norte (del 28% a 26%) y la UE (del 19% al 16%).

Después del TLCAN, las IED y el comercio han llegado a ser cada vez más regionales tanto en Asia como en Norteamérica. La IED japonesa cubrió prácticamente la región Asia pacífico al combinarse con la IED de Taiwán, Singapur y Corea del Sur para sostener el crecimiento de redes de producción e integrar a la región.

4.3.1. Flujos de IED.

El Este Asiático muestra un gran flujo de IED proveniente de Japón desde los años ochentas, debido a la apreciación del Yen tras el Acuerdo Plaza y la desregulación de flujos financieros por el gobierno japonés. A finales de los ochentas y durante los noventas, los PARI fueron también fuente importante de flujos de IED en el Este Asiático complementando las IED de Japón.

La afluencia mundial de IED en Asia Pacifico se elevó rápidamente porque el flujo mundial de IED está dominado por los tres grupos principales de países industriales: La Unión Europea, los países TLCAN (con excepción de México), y Japón. Los países receptores más importantes en el Este Asiático han sido los PARI seguidos de ANSEA, pues el Este de Asia es menos importante para el mercado de IED que para el mercado de productos.

Después del TLCAN, se incrementaron la IED, las inversiones de EE.UU. y Canadá en México crecieron en una tasa anual del 12%. La inversión directa de Japón en el Este de Asia fue de un 20% de su total, mientras que sus inversiones directas en EE.UU. y la UE rebasaron el 40% y el 20%, respectivamente. Esto muestra que Japón toma a la UE como mercado objetivo y trata de evitar las barreras comerciales a través de la inversión directa. Cuando el yen japonés estaba apreciado, en 1985 y 1995, la inversión empresarial japonesa aprovechó la producción de bajo costo en el Este de Asia, como meta principal para sus exportaciones, jugando un papel importante como inversionistas directos en la región antes del estallido de la crisis financiera asiática. Más del 50% de la inversión directa acumulada en la región de 1986 a 1992 fue originada por los países recientemente industrializados, pues con la pérdida de la ventaja comparativa transfirieron su producción de exportación a los países en desarrollo en el Este de Asia, donde la mano de obra es barata. Orientar hacia la región las exportaciones de inversión jugó un papel muy limitado en la expansión de la escala de mercado y la división horizontal de mano de obra entre varias economías.

Después del TLCAN el flujo de IED para el Este Asiático ha estado disminuyendo, afectando de diferente manera e intensidad a los distintos países, subregiones e industrias. Si bien en el 2001 se redujeron las corrientes de inversión hacia 31 de las 57 economías de la región, Asia fue, a nivel mundial, la región menos afectada por la caída y liberalizó IED con mayor rapidez. En el 2002 se introdujeron nuevas medidas en los ámbitos nacionales para concertar más tratados bilaterales de inversión y tratados de doble tributación para facilitar las corrientes de IED.

En este concentrado por subregión se observa que la región Noreste fue más sensible a la entrada del TLCAN, en cuanto a la reducción de la IED.

Haciendo un análisis comparativo de los flujos de IED en los países de Asia Pacífico, el Noreste Asiático es la subregión que más IED ha captado. Atrajo en los ochentas un total de 9.08 (cifras en miles de millones de USD), y para 1995 fueron 42.60, lo que indica que los flujos de IED en ese periodo crecieron un 350%; para el 2000 alcanzó el 86.40% duplicándose en solo cinco años (en comparación con 1995).

El Sudeste asiático atrajo 12.91 en los ochentas, 19.40 en 1995, y en el 2000 un total de 10.82 (miles de millones de USD), para esta subregión sucede lo contrario; en cinco años los flujos de IED cayeron casi un 50%. Estos resultados reflejan que la mayor cantidad de IED se concentra en el Noreste de Asia proviniendo de la misma región y de EE.UU., lo que coincide con lo observado en el impacto comercial del TLCAN.

Los patrones a establecerse como vínculos del TLCAN en los flujos de IED en Asia Pacífico son de dos tipos. Uno es negativo y aisló de los flujos de IED al sudeste asiático, que fue la subregión reaccionaria para aceptar el TLCAN y a la participación de EE.UU. en APEC. El otro es positivo al incrementar los flujos de IED interregionales.

China ha sido el país que más IED ha recibido en la región del Noreste asiático. La fuerza de China, luego de su ingreso a la OMC, reside en su estructura de costos incompatible con la de cualquier otro país industrializado del mundo. La aceleración económica de China tiende a atraer la IED industrial en la escala productiva por su ventaja comparativa de fuerza de trabajo abundante, barata y crecientemente educada.

Desde el primer año del ingreso a la OMC, China atrajo más del doble de IED que el resto del Asia-Pacifico sin Japón. La IED que se dirige a China no sólo proviene de Asia-Pacífico, sino de todas partes del mundo. Por ejemplo, un 20% aproximadamente de la maquila mexicana ahora está en China. Pues tras el ingreso de México al TLCAN se aumentaron los niveles salariales mexicanos, sobre todo en los Estados del Norte. Como resultado de la mayor productividad por su integración con EE.UU.. Los costos salariales mexicanos no pueden competir con los de China (Yolanda Fernández, 2003).

La inversión interregional en Asia Pacífico representa un importante porcentaje (40%) de las entradas totales, tendencia que se ha mantenido por la reorientación de las inversiones, la ampliación de las redes regionales de producción y los continuos esfuerzos de integración regional, entre otros factores.

En términos generales, existe un vinculo directo del TLCAN con los países del Este Asiático manifestado en su comportamiento con la IED, que no ha sido positivo en los flujos provenientes de EE.UU.. De acuerdo con Asian Development Outlook (2004; 218) el porcentaje mundial de IED hacia esta región ha disminuido en un 9% (hasta 1993 la IED hacia los países en desarrollo ubicados en Asia Pacifico representaba el 19.3% del total mundial, en el 2000 disminuyó al 10.6%), con mayor afectación para el Sudeste Asiático.

Observando que la intensidad de IED está condicionada por la proximidad geográfica, el volúmen de la IED intra-asiática fluye paralelo al crecimiento del comercio de productos intra-asiáticos. La intensidad de IED puede ser medida con el mismo criterio de análisis para el flujo comercial de productos.

Desafortunadamente, no es posible medir el cambio en la intensidad comercial de estos países a través del tiempo porque no hay estadísticas diacrónicas comparativas de los flujos de IED y distribución comercial de los años recientes. Son hechos irrefutables: el crecimiento de IED intra-asiático, su aceleración, y la estrategia de recolocación de actividades de producción intensa entre los países de la región.

Tampoco hay información de la distribución sectorial de flujos de IED para ubicar el uso de las inversiones. Es probable que la IED haya fluido cada vez más a servicios financieros y de manufactura. Puede ser inferido que mucha de la IED en los PAD’S asiáticos está en la producción intermedia de productos.


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