PRIMERA PARTE: MARCO TEÓRICO Y EMPÍRICO

CAPÍTULO I: INTRODUCCIÓN

I.1. ANTECEDENTES

Este documento se correspondió con un Trabajo de Fin de Master (TFM) perteneciente al Master Oficial en Desarrollo Rural de la Universidad de Córdoba.

En este se tratará de evaluar un proyecto denominado MONTEmediterráneo.

Como proyecto incluido dentro del PROGRAMA DE EMPRENDEDORES EN EL MEDIO NATURAL estuvo incluido dentro de las acciones desarrolladas por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía (CICE), a través de la Fundación Red Andalucía Emprende (FRAE). A su vez, fue ejecutado por el Grupo de Desarrollo Rural (GDR) de Los Alcornocales, ubicado en la provincia de Cádiz.

MONTEmediterráneo se centró en el análisis de la viabilidad y desarrollo de modelos de gestión en las diferentes actividades productivas derivadas de la ubicación de fincas en el ecosistema de Monte Mediterráneo.

MONTEmediterráneo planteó como dos grandes líneas de actuación:

I. Convertir el bosque Mediterráneo y la dehesa en referencia cultural para los ciudadanos.

II. Que las actividades productivas realizadas en él sean rentables.

El proyecto ofreció un interesante modelo de promoción de la creación de actividades productivas sostenibles. Con este se trataba de encontrar, de forma directa y simultánea:

La conservación del territorio.

La preservación del patrimonio natural y cultural.

El fomento del desarrollo sostenible en los espacios naturales andaluces.

La rentabilidad de actividades productivas en estos territorios.

Mi interés por el proyecto se haya en haber participado en su gestión como técnico de desarrollo durante el periodo de agosto a noviembre de 2008. No obstante, su periodo de ejecución abarca desde noviembre de 2007 hasta abril de 2009.

De todo lo cual se tratará de informar, aportando conclusiones propias sobre sus oportunidades, desarrollo, resultados y alternativas de mejora para su ejecución.

La comunidad autónoma de Andalucía cuenta con 150 espacios protegidos bajo distintas figuras legales. Esto supone una aportación al conjunto del territorio protegido en España del 32,75 por 100 (Pulido, 2007: 111).

Andalucía posee una superficie terrestre total de 1.693.347,28 hectáreas (el 19,40 por 100 del territorio andaluz) declaradas como Parques Naturales (P.N.). La magnitud de la red andaluza de espacios naturales protegidos se explica, en gran medida, por la importancia de la figura de parque natural, con un total de 1.422.948 hectáreas (el 84 por 100 del total).

Esto afecta a un área de influencia socioeconómica de más de 3,5 millones de hectáreas. Lo cual equivale al 40% de la superficie total de la región. Por lo que incluye 235 municipios. Es decir, el 31% de la totalidad de los 770 municipios andaluces, y al 16% de la población de la Comunidad Autónoma .

Andalucía posee unos recursos silvícolas extraordinarias, únicos en Europa. Pero si bien la situación de estos montes está cambiando radicalmente, el marco económico y legal sigue en buena medida anclado en el pasado. La falta de competitividad ha provocado su generalizado abandono. De ello, por desgracia, no siempre somos suficientemente conscientes. Esta situación crítica concede a Andalucía una oportunidad clara e importante en el fomento de emprendimientos en actividades sostenibles con base ecológica, en dichos ámbitos territoriales. Y ello en coherencia con las estrategias de desarrollo territorial sostenible que se despliegan en los mismos.

Por ello, las políticas públicas promovidas a través del Plan de Innovación y Modernización de Andalucía (PIMA), aprobado por Acuerdo de Consejo de Gobierno de 7 de junio de 2005, encuadra un instrumento director de las políticas de fomento de la cultura y la actividad emprendedora que se implantan en Andalucía.

Este incluye una línea de fomento del emprendimiento en espacios naturales protegidos a través de un proyecto piloto denominado:

“ANÁLISIS DE VIABILIDAD Y PUESTA EN MARCHA DE ACTIVIDADES PRODUCTIVAS LIGADAS AL MONTE MEDITERRÁNEO EN LOS ESPACIOS NATURALES PROTEGIDOS DE ANDALUCÍA”

Según recoge la propuesta que la Fundación Red Andalucía Emprende (FRAE):

“el nuevo modelo de sociedad rural en la Unión Europea plantea la interdependencia entre la existencia de pequeñas y medianas empresas. (...)

Su fomento, pieza clave para la creación de microempresas, como fase previa para el desarrollo de un tejido empresarial de mayor tamaño, requiere la implantación de políticas, estrategias y medidas en el que se contemple tanto la consecución de objetivos a corto y medio plazo, como el establecimiento de un entorno que implante el espíritu emprendedor en las nuevas generaciones.

En Andalucía, aunque en los últimos años se viene produciendo una relativa evolución positiva en los índices de creación de empresas, ha sido imprescindible la implantación de políticas de fomento de la cultura y la actividad emprendedora, que en el cercano horizonte del 2010, posibilitaran alcanzar mayores índices de actividad empresarial y empleo. Con el objetivo último de convergencia real con el conjunto de regiones que integran la Unión Europea”.

El primer problema que caracteriza este entorno natural es la falta de rentabilidad del Monte y la dehesa. Esto se traslada a que las actividades económicas tradicionales así como los oficios artesanales desaparecen, no generándose recursos para gestionarlo ni permitiendo que la población permanezca en ese entorno.

Una posible alternativa al abandono de las actividades empresariales en el medio rural vinculado a los espacios naturales es encontrar uno o varios modelos capaces de generar valor a partir de los recursos endógenos de estos territorios.

Un modelo encontrado durante el proyecto se basaría en el funcionamiento en red de actividades diversas mediante una red común de comercialización, aprovechando el carácter multifuncional de los recursos y las capacidades ocultas existentes en estos territorios.