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VERACRUZ. POBREZA Y CRECIMIENTO ECONÓMICO

Hilario Barcelata Chávez


 

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VERACRUZ. EL DILEMA DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO

Introducción

La escasez de información estadística a nivel estatal, particularmente la referida al Producto Interno bruto y sus componentes, representa una grave carencia para realizar de modo eficiente el trabajo de análisis, evaluación y pronóstico del crecimiento de las economías regionales.

Esto ha derivado en la necesidad de producir estimaciones respecto al comportamiento de las variables macroeconómicas estatales, con el fin de suplir la carencia aludida. Sin embargo, en múltiples ocasiones, en lugar de llenarse los vacíos existentes, lo que se ha propiciado es un abuso muy grande por parte de los responsables de elaborar las proyecciones estadísticas, con el fin de mostrar que las tendencias de la economía regional se apegan a lo planeado oficialmente.

Es decir, ha existido una falta de objetividad y de honestidad intelectual, que por evidente, ha conducido a los estudiosos del tema, ha rechazar los datos oficiales estimados, en virtud de carecer de fundamento metodológico e incluso por adolecer de errores de cálculo.

El presente trabajo documenta ampliamente la polémica entre el autor y la oficina del gobierno estatal encargada de la planeación económica y financiera del estado, cuyas proyecciones fueron objeto de análisis y evaluación para llegar a la conclusión de que son completamente erróneas. Mismo señalamiento que se hizo públicamente, el cual fue refutado con la misma falta de fundamentos y cometiendo los mismos errores.

Aquí se da cuenta de la crítica al modelo de proyección oficial, de la controversia generada; la respuesta oficial a la crítica planteada y sus graves inconsistencias.

También se ofrece una panorámica sobre la economía estatal para comprender por qué, a pesar de los esfuerzos oficiales, las proyecciones oficiales no podrán cumplirse y en cambio el Estado de Veracruz, se mantiene entre el atraso y la pobreza.

1.- Los pronósticos del crecimiento económico estatal.

Una de las variables macroeconómicas más importantes para conocer el desempeño de la economía estatal es el Producto Interno Bruto Estatal (PIBE).

Mediante este indicador se reconoce el valor de la producción de bienes y servicios en un año determinado, y a través de la medición de sus variaciones (tasa de crecimiento) es posible identificar el ritmo de expansión o contracción económica.

El gobierno del estado de Veracruz, ha tratado de establecer por anticipado el comportamiento de la economía estatal a través de proyecciones económicas que presenta en diversos documentos oficiales, como es el caso del Presupuesto de Egresos para 2003.

En este documento (presentado en diciembre de 2002) la tasa de crecimiento del PIBE de Veracruz ofrecida como meta para 2003, fue de un 3%.

Dadas las condiciones económicas que privan en el país y en el mundo, la estimación resulta ser muy alta, sobre todo considerando que Veracruz es uno de los estados de menor crecimiento relativo en el país. No obstante, el 7 de febrero de 2003, el titular de la Secretaria de Finanzas Y Planeación (Sefiplan) modificó la proyección a una más optimista del 3.5% , misma que fue ratificada públicamente, por el titular del Comité de Planeación del desarrollo para Veracruz (COPLADEVER) días después

Llama la atención que la corrección del pronóstico se haya realizado sin que se modificara positivamente ninguna de las variables macroeconómicas nacionales en el período que va de diciembre (mes en que se presentó el Proyecto de Presupuesto con la tasa del 3%) y el 7 de febrero en que se corrige al alza el pronóstico original, cuando, de hecho, el escenario económico más bien se ha vuelto más complicando, a tal grado que, incluso la expectativa de crecimiento de la economía nacional del 3% que el gobierno federal propuso, ha sido corregida a la baja.

Efectivamente, la predicción del gobierno estatal parece estar muy alejada de lo que podría ser el comportamiento económico estatal para este año, pues no existe una base firme y seria sobre la cual pueda sustentar dicho argumento. De hecho, las predicciones para el año 2002 -elaboradas bajo las mismas circunstancias y criterios- constituyen un enorme y escandaloso fracaso.

En el Proyecto de Presupuesto de Egresos para 2002 se propuso como meta, una tasa de crecimiento del PIBE del 2% -mayor al 1.7% que se esperaba para todo el país- y una tasa de inflación promedio para Córdoba, Veracruz y San Andrés Tuxtla (que son las ciudades que se incluyen en el cálculo nacional) no mayor al 4.7%. En ambos casos esas predicciones se encuentran muy alejadas de la realidad.

Por lo que hace al tema del crecimiento del PIBE, es conveniente señalar que la economía nacional mostró un incremento del 0.9% durante 2002, por esa razón la expectativa estatal no podrá cumplirse, aún si fuera verdad el argumento –infundado de que el crecimiento económico del estado es mayor al de la economía nacional , pues si la tasa nacional predetermina la estatal y si la nacional fue menor de lo que se esperaba, la estimación de la estatal debería corregirse a la baja. Bajo estas circunstancias, cuando más, podría esperarse un incremento del PIB del 1.2% para Veracruz, durante 2002. Esto es, un 17% más que el incremento nacional, en congruencia con la diferencia estimada por la Secretaria de Finanzas, puesto que el 2% estatal propuesto para 2002, es 17% superior al 1.7% nacional propuesto para ese mismo año, en tanto que el 3.5% propuesto como expectativa para 2003 por el Secretario de Finanzas y Planeación es 17% superior al 3% propuesto como meta nacional.

Sin embargo, existen serios argumentos para estimar que la economía estatal no creció a esa tasa para 2002 y que la expectativa para 2003 es exagerada e irreal, porque el argumento que sirve como base para las estimaciones del crecimiento del PIBE es falso. Según el Programa Veracruzano de Finanzas Públicas, en los últimos cinco años (1994-1998) (...) Veracruz manifestó una tasa promedio de crecimiento estimada en 3.4%, mayor a la de la economía nacional que fue de 3%” , de ahí que en el Presupuesto de Egresos se pueda afirmar que la economía estatal crece a una tasa superior a la economía nacional en etapas de recuperación económica, porque “la evidencia empírica reciente así lo ha demostrado durante las fases de recuperación de la economía nacional” .

Por supuesto, se refiere a la evidencia ofrecida por el Provefipu cuyos datos son erróneos, pues la realidad es distinta: la economía estatal crece menos que la economía nacional

De acuerdo con los datos ofrecidos por INEGI, en el período señalado (1994-1998) la economía nacional creció a una tasa promedio anual de 2.6%, en tanto que la veracruzana creció, apenas, el 1.2% (como puede constatarse en el cuadro 1) refutándose, con esto la afirmación del documento oficial mencionado.

Y es que las tasas ofrecidas en el Provefipu, que se presenta en el cuadro 4.1 de la página 137 y en el 4.5 de la página 169, del mismo documento, no son correctas Ahí puede corroborarse una coincidencia (con una ligera diferencia) entre las tasas de crecimiento para el país que presenta este documento y las que presenta INEGI. Sin embargo, hay una discrepancia muy grande, entre las tasas de crecimiento del PIBE presentadas en el documento y las que resultan del cálculo con los datos de INEGI.

Esta discrepancia puede observarse en el cuadro 1, donde es notorio que mientras que Sefiplan dice que Veracruz creció en el período 1994-1998 un 3.4 promedio anual, los datos del INEGI nos dicen que el crecimiento sólo fue del 1.2%.

Este resultado es crucial, para todo el proceso de estimación y proyección económica, porque mientras el dato del Provefipu está por encima de la tasa de crecimiento nacional y permite estimar un crecimiento del PIB veracruzano mayor al del país, el dato del INEGI, está por debajo de la tasa nacional y conduce a esperar un menor crecimiento del estado con respecto al país.

De hecho, si se observa el comportamiento del PIBE para todos los años del periodo de recuperación de la economía nacional (1996 y 2001) se tiene que la tasa de crecimiento del PIBE fue inferior a la nacional. Incluso, en 1999 ésta fue negativa (del -0.04%) mientras que el país creció ese año al 3.6%. Asimismo, la tasa de crecimiento promedio anual del país fue de 3.6% para todo el período, mientras que para el estado fue de apenas 1.46% De hecho, mientras la economía nacional creció un 23.6% en estos seis años, la economía estatal apenas lo hizo en un 8.9%.

Por esta razón es totalmente inexacta la afirmación que hace el Presupuesto de Egresos de 2002 y totalmente errónea la predicción del crecimiento para 2002 y para 2003.

El análisis se puede ampliar para todos los años para los cuales se cuenta con datos estadísticos para el estado de Veracruz, que es el período 1993-2001 y ahí se corrobora el mismo comportamiento. La economía mexicana creció un 27.4% durante todo el período, a una tasa promedio anual del 2.7%, en tanto que la economía veracruzana creció un 14.3%, a una tasa promedio anual de 1.5%. Es decir la economía nacional creció más que la veracruzana, salvo en un solo año, el de 1994, en que Veracruz superó la tasa nacional, lo que, sin embargo, no tiene ningún efecto significativo sobre la tendencia general del crecimiento relativo del período

Vale la pena destacar que las predicciones en materia inflacionaria tampoco se cumplieron para 2002. De acuerdo con el pronóstico ofrecido en el Presupuesto de Egresos 2002, la tasa de inflación promedio para Córdoba, Veracruz y San Andrés Tuxtla (que son las ciudades que se incluyen en el cálculo nacional) no sería mayor al 4.7%. Sin embargo, como ya lo mencioné en otro lugar la ciudad de Veracruz tuvo un incremento de precios del 7.17%; en Córdoba el incremento fue de 6.89% y en San Andrés Tuxtla fue de 9.04%. Esto significa que el promedio inflacionario de estas tres ciudades fue del 7.7 por ciento, cifra que está tres puntos porcentuales por encima de la meta estatal, es decir, la inflación fue 64% superior a la establecida como meta oficial por el gobierno del estado.

En ambos casos, tanto en el PIB como en la inflación, la diferencia entre la meta y lo observado es muy amplia, es decir, el margen de error con el que se predice el comportamiento económico por parte del gobierno del estado es sumamente grande, lo cual es bastante preocupante, porque no genera certidumbre. Lo peor es que estos errores se dan por una aparente falta de capacidad para establecer relaciones básicas entres las variables económicas que permitan una predicción más o menos correcta y una observación adecuada de la realidad económica a través de la evidencia empírica.


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