BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

VERACRUZ. POBREZA Y CRECIMIENTO ECONÓMICO

Hilario Barcelata Chávez


 

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7. Remunicipalización, el reparto de la pobreza

La problemática descrita en secciones anteriores, está íntimamente relacionada con las decisiones políticas que se han tomado en términos de la creación de municipios, lo cual ha pulverizado al estado en una enorme cantidad de pequeñísimas y pobrísimas unidades político-administrativas que carecen de los medios necesarios para impulsar su propio desarrollo.

Tan sólo en los últimos veinte años se han creado en Veracruz, siete nuevos municipios, fundamentalmente como respuesta a problemas estrictamente de orden político. Lamentablemente, en ninguno de esos casos, se realizó una evaluación económica que lo justificara y tampoco esta “remunicipalización” ha servido para hacer más eficiente la asignación de recursos productivos e incrementar la riqueza y el bienestar municipal. Por el contrario, ha propiciado un agudizamiento del atraso y la pobreza

Durante 2003, se presentaron movimientos políticos demandando la creación de nuevos espacios político-administrativos y una vez más, sin un análisis económico, sin una mínima referencia a la racionalidad económica, se concedió la división territorial a quienes desde, su ingenuidad, no alcanzan a ver, los enormes rezagos existentes y la menor capacidad que habrá, para resolver el problema del desarrollo municipal.

Ante estos despropósitos e imprudencias, vale la pena hacer una valoración de la situación actual de los tres municipios, de los cuales se desprenderían tres municipios más, con el fin de observar que sólo se va a repartir pobreza.

Con seguridad la creación de nuevos municipios, es una de las formas más eficaces de entorpecer el desarrollo económico de Veracruz, porque se amplia la ineficiencia y la ineficacia de los recursos públicos para resolver los problemas municipales y se profundiza de un modo muy efectivo la pobreza.

Lo primero que hay que considerar, es que la creación de nuevos municipios representa una reducción de los recursos financieros (gasto público municipal, estatal y federal) con que cuentan las comunidades para enfrentar su problemática local. También representa una reducción de los factores productivos (tierra, capital y fuerza de trabajo) con los que se crea la riqueza local. Esto es crucial: la fragmentación de dichos recursos y factores, sólo conduce a disminuir la capacidad para generar riqueza y bienestar, porque contraviene el principio económico, de que el uso extensivo de los factores de la producción genera mayores beneficios, debido a que así se disminuyen sus costos y se aumenta su productividad. Y también, porque a medida que se fragmenta su uso, se reduce su eficiencia y rentabilidad.

La disponibilidad de recursos financieros para estos municipios es muy escasa; apenas reciben el 0.5%, el 0.6% y el 1.5% del total de Participaciones Federales a municipios, lo cual representa entre el 70 y el 80% del total de sus ingresos municipales propios, respectivamente. Bajo estas circunstancias, lo que único que se va a repartir es la pobreza municipal. Para colmo estos ingresos se consumen casi en su totalidad en gasto corriente, el cual representa el 96% en el primer caso, el 91% en el segundo, y el 92% en el tercero, destinando a obras, tan sólo el 1.1%, el 5.5% y el 1.1%, del gasto total municipal, respectivamente. Es decir, los recursos han servido para mantener la burocracia municipal y sin duda, va a crearse el doble de burocracia por cada nuevo municipio, ¿es así como se pretende generar más desarrollo? Nada más lejano a la realidad.

Adicionalmente hay que señalar que estos municipios, tienen una baja recaudación fiscal, pues el valor de sus impuestos representa una ínfima participación con respecto al total. Para Martínez de la Torre lo recaudado municipalmente equivale al 0.8% del total estatal; para Temapache representa el 0.03 y para Playa Vicente el 0.02. Además, los impuestos representa una fuente de financiamiento del gasto público municipal muy baja, ya que en el primero de los municipios equivale al 9% del total, en el segundo al 7% y en el tercero al 5%.

La creación de más municipios significa la pulverización del estado en un sinfín de microcosmos llenos de carencias cuya multiplicación, dispersa las necesidades que hay que atender, aumenta los puntos problemáticos, los separa, y vuelve más difícil y más costosa su atención, porque implica la fragmentación de los recursos financieros y productivos. Las acciones de los gobiernos estatal y federal tendrían que dispersarse con una consecuente duplicación de gastos y un desperdicio inútil de recursos. En un ámbito en el que los municipios no tienen mucho que repartir a la hora de la separación.

Pero eso no es todo, lo más grave es que los municipios que se dividieron para crear nuevos, tienen como característica esencial un profundo atraso económico y una enorme pobreza. Las comunidades de Santiago-Sochiapan y Potrero del Llano, pertenecen a dos municipios bastante atrasados económica y socialmente: Playa Vicente y Temapache, y San Rafael, pertenece a Martínez de la Torre, que si bien está en mejor posición que los anteriores, de todos modos está muy lejos del desarrollo.

El valor de su Producto Interno Bruto municipal (PIBM) apenas representa el 0.4%, el 0.9% y el 1.8% del PIB del estado respectivamente; en tanto que el PIB per cápita de los dos primeros, es sumamente inferior a la media estatal, (que es 28,548 pesos por persona), ya que en el primero es de 15,170, en el segundo de 16,870 pesos y en el tercero es 29 mil pesos, es decir, apenas ligeramente superior a la media.

En cuanto a las condiciones sociales que guardan estos municipios se observan enormes rezagos. Los dos primeros municipios se encuentran en los estratos de bienestar más bajos, de acuerdo al INEGI y ocupan el lugar 127 y 70 por su Índice de Desarrollo Humano municipal (IDHM). Sólo Martínez de la Torre pertenece a un estrato más alto y ocupa el lugar 32 por su índice de desarrollo.

En materia de vivienda. En Playa Vicente apenas el 30% de las viviendas tienen agua entubada; en Temapache el 32% y en Martínez de la Torre -que es el municipio en mejores condiciones de los tres- tan sólo el 55% de ellas. En drenaje este último municipio está mejor, pues el 77% de sus viviendas cuentan con él; en cambio Temapache tiene apenas el 34% y Playa Vicente el 44%.

Las precarias condiciones sociales que se observan, son resultado del escaso nivel de ingreso que existe en los tres municipios. En promedio, en Martínez de la Torre el ingreso por persona es de 2,400 pesos mensuales, lo que equivale, aproximadamente a dos salarios mínimos (s.m) Y si eso ya es poco, considérese, que en Playa Vicente es de apenas 1,260 pesos mensuales (un poco menos de un s.m.) y en Temapache de 1, 400 pesos por persona (un poco más de un s.m.) Y es que en los tres municipios existe un predominio muy amplio de actividades económicas de baja productividad y rentabilidad como es el caso de las agropecuarias. En Martínez de la Torre, EL 10% del PIB municipal se genera en este sector, pero en Temapache y Playa Vicente su predominio es mayor, ya que su contribución es del 34% en el primero y del 26% en el segundo. Adicionalmente, este sector genera el mayor número de empleos municipales. En el primero absorbe al 32% de la Población Ocupada total; en el segundo al 64% y en el último al 55%. En contraste la industria contribuye con el 16%, 14 y 12% respectivamente y da empleos tan sólo al 10% en el primero y el 5% en los otros dos. Esto significa que estas economías municipales tienen una fuerte inclinación primaria, es decir, de tipo agrario.

La precariedad de estos municipios, también queda de manifiesto, al observar el lugar que ocupan a nivel estatal por el tamaño de PIB. Así, Martínez de la Torre ocupa el onceavo lugar, en tanto que Temapache alcanza el lugar número veinte y Playa Vicente el 53. Peor es su situación al comparar su PIB per cápita, pues aquí el primero alcanza el lugar 33; el segundo el lugar 103 y el tercero el lugar 117.

Según se ve, en estos municipios hay una gran escasez de recursos y muchos rezagos económicos y sociales; bajo esas circunstancias no es razonable, ni racional, dividir más territorio estatal. Por el contrario, lo que procedería sería reducirlos, fusionar los más pequeños y pobres, para atenderlos mejor y hacer más redituables los recursos que a ellos se canalicen, o integrarlos a municipios más grandes y más ricos para que se beneficien de los recursos de estos.


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