Domingo Dell´Aquila
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Cual atalaya mudo es tu sino
contemplar en la vida quedamente,
de todos el andar, pues tu destino,
es estar detenida en el camino,
fría y yerta, callada eternamente.
Sobre ti cuantas veces extenuado
sentose a descansar un caminante,
y en su estar sin querer te ha confesado
de su dolor las penas que empañado,
denotaba su pálido semblante.
Con voz quedan sus cuitas amorosas
te confió la pareja enamorada,
cuando trémulas cual las mariposas
que se posan en pétalos de rosas,
hablaban junto a ti, con voz velada.
Viste en veloz carrera por tu lado,
pasar indiferente la carroza,
llevando en su interior, más que embriagado,
de vicio y lujo por doquier colmado,
al portento de vida tenebrosa.
Y los harapos del mendigo errante,
que aunque pobre sin mácula transita,
se rozaron contigo vacilante,
junto al recuerdo gris y ya distante,
cuando con la tristura se dio cita.
Así en tu estar verás hoy y mañana,
y siempre, desfilar el alma ignota,
que aprisionando vil, la vil humana,
vaga anhelante de pasión mundana,
mientras deja su vida, gota a gota.
Más callarás de todos el secreto,
y al ver vivir al mundo de esa forma,
preferirás ser duro y frío objeto,
pues duro y frío al fin el esqueleto,
será también, pues todo se transforma.
LA MORAL
Aunque grande sea la fuerza del vil,
y más la oposición del que es escoria,
la moral vencerá,
y grande será el triunfo y más la gloria.
¿Quién podrá contra el templo inmaterial
de la moral, si firme se defiende?
¿la farsa, la osadía?
¡ni el mismo satanás que infierno enciende!
Si cimbra el pedestal ante los golpes
que la infamia descarga sin piedad,
¡que no digan que tiembla,
se columpia segura, es la verdad!
Si se enrosca la serpiente venenosa
con que ataca la chusma hipocresía,
no llegará a la torre,
ir alto quien se arrastra no podría.
Si se escuda el malvado tras la noche,
que no sueñe dormido ni despierto,
el templo derrumbar;
quien anida maldad, será hombre muerto.
Con la sana moral siempre se triunfa
es la torre más alta e incorruptita,
el inmundo podrá,
hacer sombra tal vez; más no derriba.
Y aunque cayese el templo hecho pedazos,
roída la base por la rata impía,
una justicia habrá,
aplastada en su obra quedaría.
Porque siempre el infame aunque castigue,
termina por sufrir las consecuencias
de su falso poder,
y pagará con grandes penitencias.
LOS EXTREMOS
Es el vicio profundo precipicio,
alta como la cumbre es la moral,
uno bébese el lodo,
la otra bebe pureza celestial.
Para alcanzar la cumbre hay que sufrir,
de la ascensión penosa el sacrificio,
con tirarse al vacío,
se llegará al profundo precipicio.
El que a la cumbre llegue tendrá paz,
y laureles de gloria, y luz radiante,
más llegando al abismo,
Como castigo, muerte al mismo instante.
Ten presente; la vida es sacrificio,
nada hay que se alcance fácilmente,
vencer luchando, es gloria,
que llena de guirnaldas nuestra frente.