BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

PATRONES DE CONSUMO ALIMENTARIO EN MÉXICO DE 1992 AL 2002. EL CASO DEL MAÍZ, TRIGO Y FRIJOL

Danae Duana Ávila


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2.1.1 INCORPORACIÓN DE LA MUJER EN EL TRABAJO

Dada la recesión económica por la que atravesaba el país así como la aguda contracción salarial, los miembros de la familia buscaron aumentar sus ingresos propiciando la incorporación de la mujer en el trabajo. En las últimas dos décadas (1988-1996) el aumento habido va de 36% a 39%, esto indica que cuatro de diez mujeres entre 15 y 64 años se encuentra en la actividad productiva (López,2001: 18; Székely, 2003:17 y Barkin, 2003 :38).

Tenemos que decir que a pesar de que la incorporación de la mujer se da en los años ochenta, la crisis que sufrió México en 1995 aceleró este proceso, ya que en el ámbito urbano, las mujeres adultas (45 años y más) se convirtieron en el grupo que presentaba un mayor nivel ocupacional (17% entre 1994 y 1995) tanto en empleos asalariados como no asalariados (19 y 10%), mientras que la mujeres que se encontraban unidas o que alguna vez estuvieron unidas fueron un 9% más que las solteras, mientras que las que se encuentran unidas fueron 13% (López,2001:18).

De ahí que en 1984 uno de cada cuatro hogares del país tenía al menos una mujer que percibía ingresos, para 1996 la mitad de los hogares contaba con aportaciones monetarias de mujeres (51.1%) del total de hogares con ingresos monetarios en 1996, pero es necesario ver que los hogares que cuentan con mujeres preceptoras en uno de cada cuatro hogares (26%) son las únicas que perciben ingresos y que en uno de cada cinco son las principales contribuyentes (22.4%) (López,2001:19).

Como podemos suponer, la incorporación de las mujeres en la actividad productiva trae consigo una disminución en el tiempo para preparar alimentos lo cual representa un factor adicional para el crecimiento de la demanda de productos procesados y/o diversificados, es decir, listos para su consumo. Al darse este proceso las mujeres están sacrificando el consumo de producto menos industrializados que antes consumían a granel como (frijol en grano) (Castañon, 2003:114).

En una economía de mercado el ingreso no observa una asignación social equilibrada porque su objetivo, basado en la competencia de los agentes económicos, no es la equidad, sino la racionalidad de las leyes del mercado. Ello estrecha el vértice de la alimentación de la población, donde un grupo reducido asegura mejor calidad de alimentación sin mayor impacto en su gasto, al tiempo que dinamiza ciertos rubros de la oferta.

En algunos casos, disminuir niveles de compra obliga al desplazamiento de productos, o bien al desarrollo de estrategias familiares que provocan la modificación fragmentada del patrón de consumo hacia cambios artificialmente inducidos en la dieta.


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