1. INTRODUCCIÓN

El cine y el turismo son dos de los grandes inventos del siglo XX, y a su vez dos de las mayores industrias en cuanto a movilización de gran cantidad de personas y dinero se refiere. Evolucionando de forma paralela hasta nuestros días y pese a las interesantes relaciones que existen entre ellas y lo que es más importante, las alternativas para el aprovechamiento conjunto de recursos y obtención de beneficios, no ha habido una importante corriente de investigaciones en este sentido. Sin embargo es dentro de este campo de estudios, donde surge el término “Turismo Cinematográfico” o también llamado “Turismo Movido por el Cine”, un campo reciente de investigación y que antes era usualmente clasificado dentro del turismo cultural.

En la actualidad pocos autores se han dedicado al estudio de las relaciones entre turismo y cine, entre los que destacan Graham Busby en el Reino Unido y Sue Beeton en Australia, cuyas investigaciones se han centrado principalmente en analizar las relaciones entre la proyección de una película y la comparación entre el numero de visitas anteriores y posteriores a la filmación de dicha película y su impacto a nivel económico y social, favorable o desfavorable, en los lugares donde fueron filmadas y sus comunidades.

Sin embargo se han dejado de lado las demás relaciones que podrían suscitarse y que apuntan a mostrar cómo el cine ha motivado al desplazamiento de turistas por diferentes motivos relacionados con dicha industria (las cuales se describirán a lo largo de la presente investigación), siendo el cine la posibilidad de los primeros acercamientos y conocimiento de lugares remotos antes inaccesibles para el hombre promedio, sin dejar de lado el hecho de que ha contribuido a la valoración de la simbología del viaje y las vacaciones en sí mismos. Es innegable que el cine ha contribuido a hacer más accesibles determinados lugares, pasando a hacerlos parte del imaginario colectivo e individual, a través de los diversos elementos cinematográficos como son el paisaje, la historia o los personajes.

De acuerdo a las relaciones existentes entre cine y turismo planteadas en los artículos “Movie-induced Tourism: The Challenge of measurment and other issues” ( Busby y Klug, 2001) y en “Promoting Destinations via Film Tourism: An Empirical Identification of Supporting Marketing Initiatives”( Hudson y Brent Ritchie, 2006) podríamos resumir las relaciones entre los dos sectores en cinco tipologías o clasificaciones básicas: los espacios físicos ligados a la vida de actores o directores de cine, las locaciones donde se filman o sitúan las películas, ciudades donde se celebran festivales de cine, museos dedicados al cine, y por ultimo los estudios de cine y su aprovechamiento turístico; de cada uno de estos apartados nos ocuparemos en los próximos apartados de la presente investigación.

En vista de todo lo expuesto anteriormente, se hace relevante realizar una investigación desde el campo del turismo, para recopilar y analizar por un lado la literatura ya existente, tanto a nivel mundial como específicamente en España, repasando los campos de investigación hasta ahora analizados y el estado de la cuestión. Todo lo anterior con el fin de analizar el caso especifico de los Estudios de Cine y los Museos del Cine como motores de la industria turística, y con base en experiencias anteriores y actuales, estructurar una propuesta turística para los Estudios de Cine Ciudad de la Luz localizados en Alicante, España. Esto último se hace relevante tomando en cuenta la dependencia insostenible de la ciudad de Alicante del turismo de sol y playa y en general la gran competencia que existe al interior de la Costa Blanca, buscando siempre incrementar el número de turistas que vienen año tras año y alargar su estadía. La preocupación constante por parte del sector público y privado ha sido la de brindar nuevas alternativas para atraer mayor cantidad de turistas, alargar sus estancias y romper la marcada estacionalidad de los meses de verano. En este sentido el turismo vinculado al sector cinematográfico podría ser una gran oportunidad para cambiar la dinámica turística de las últimas décadas en la región, aprovechando un tipo de producto turístico que aun está en su fase de crecimiento a nivel mundial y que podría constituirse en un ejemplo para otros destinos tradicionales de playa que han llegado a su declive y buscan caminos a seguir.