2.2.2. El pedido del PEI

Puede considerarse una estrategia de relevancia el pedido de formulación del Proyecto Institucional para la Transformación Educativa en el que se les hacían requerimientos muy puntales centrados –sobre todo en la estructura curricular-.

“…presentamos el proyecto de la escuela, hicimos encuestas a los padres, encuestas a los chicos, encuestas a varios empresarios y organizaciones no gubernamentales…” (1)

“…Teníamos año por año cómo íbamos haciendo la transformación. Con la cantidad de horas que teníamos, que tenía cada profesor, cómo lo podíamos ir..., charlado con los profesores, reubicándolo o no en algunas materias, qué cantidad de horas sí o sí íbamos a tener que pedir porque eran sumamente específicas. Nosotros fuimos haciendo, o sea, suponete, bueno, mirá, en el..., qué se yo, en el 98 va a pasar tal cosa, en el ‘99 va a pasar tal cosa, en el 2000 va a pasar tal cosa. Y así teníamos. Teníamos una hoja por cada profesor lo que..., cómo iba a estar en el 99, cómo iba a estar en el 2000, cómo iba a estar en el 2001…” (5)

La confección de este proyecto suponía una serie de decisiones previas que debió tomar cada escuela en cuanto a la/las modalidades y que conjeturaba la puesta en práctica de otro dispositivo no mencionado por los actores pero sí en el documento entregado por el ministerio provincial a las escuelas. Se trató del análisis explicativo a partir del método PROBES.

“…se ofreció a las escuelas la guía para la prefiguración de oferta que, partiendo del “análisis situacional” realizado con apoyo de material explicativo (Método PROBES), permitiese sistematizar la información recogida y los ante-proyectos elaborados en las instituciones durante el primer semestre para, una vez definido el Mapa de la Oferta de Nivel Polimodal” avanzar en lo relativo a TTP y finalmente incorpora al PEI el Proyecto de Transformación Educativa” (instructivo para la presentación del Documento del Proyecto Institucional para la Transformación Educativa).

El proyecto institucional podría ser una herramienta colectiva para que las escuelas analicen sus problemas, los evalúen y jerarquicen para luego mirarse y pensar qué cuestiones trabajar y cómo, es decir, formular proyectos que intenten mejorar la situación inicial analizada. En los casos estudiados, el pedido del PEI constituyó sólo un requisito más en el que poco se involucraron los actores institucionales y en donde no figuran problemáticas puntuales sino la preocupación por acomodar los espacios curriculares a las grillas preestablecidas.

2.2.3. Otros dispositivos de funcionamiento: las indicaciones, las reuniones…

Aparte de las mencionadas, aparecen otras formas discursivas que expresan claramente ciertos sentidos y posiciones y así facilitan el control, en función de cierta economía simbólica.

Los directivos reconocen que tuvieron reuniones en Santa Fe y/o en la Regional III de Rafaela con “gente del ministerio”.

“…Yo lo que recuerdo es que, eh..., bajaba con frecuencia la directora de enseñanza media. Sí, y había reuniones. Sí. En su momento sí. Después no bajaron más, ¿no? Pero sí. Y bueno, los referentes eran la escuela 460, que era la escuela referente. (3)

“…veníamos de antes con estas reuniones en donde nos informábamos y explicaban, todo nos parecía una cosa tan extraña, tan rara, tan difícil. Además teníamos que respetar porcentajes. Por ejemplo, tenían que estar presentes el campo de la formación general en un sesenta por ciento... El campo de la formación orientada en un tanto por ciento…”(4)

“… si vos lees las primeras documentaciones de la modalidad... decía que vos podías armar esto, lo otro, lo otro. Resulta que después, con esto que te estoy diciendo, que bajábamos a las reuniones..., bajaban a la ciudad, ¿no? … Ahí era como que se iba reacomodando, reacomodando. Qué se yo…” (3)

Aparecen las palabras “consulta” y “negociación” aunque las partes en cuestión parecieran no tener las mismas posibilidades en la transacción…

“…había horas de creación; entonces el gobierno te decía, porque te dan dos divisiones de economía y gestión. Entonces, suponte, por año se iba negociando la educación regional, digamos. Necesitamos tanto, bueno, les damos tanto. Por ejemplo, el año pasado, eh..., hasta el año pasado tuvimos tercero A y tercero C con Lengua, que daban Lengua juntos, Lengua Española, Lengua y Literatura, y así…” (3)

Esta misma directora comentó al cierre de una de las entrevistas algo que resulta interesante. Dice que hicieron muchas consultas, en realidad, sostiene que desde la escuela muchas veces preguntaban al ministerio, y resulta que ellos se daban cuenta de que mientras estaban consultando, a la vez, estaban mandando desde el ministerio, por ejemplo, los contenidos curriculares, por lo tanto se daban cuenta “adónde irían a parar sus demandas”. O bien ante pedidos fundados que se hacían desde la escuela se les respondía formalmente mediante nota donde se apelaba al estricto cumplimiento de la normativa.