BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


EL TÚNEL MÁGICO DE LOS PARADIGMAS ….LA CIENCIA REGIONAL AL ALCANCE DE LOS JÓVENES

Andrés E. Miguel Velasco y otros



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CAPÍTULO 16. EL RESCATE DE CORAZÓN DE JADE

Bezelao y la Matlacihua empezaban a divertirse con el pequeño Uno Venado, cuando unas voces pusieron fin a sus deseos:

--¡Deténganse, antes tendrán que vérselas con nosotros!

Eran Donají y José Pablo que quedamente habían llegado y escuchado la disertación de Bezelao.

--¡Así que al fin nuevamente nos encontramos cara a cara!, ¡pues ahora verán!, exclamó furioso el dios.

--¡Déjamelos a mi, que a estos escuincles les traigo unas ganas!, suplicó la Matlacihua a Bezelao.

Monte Albán y su región lucían un entorno tenebroso, lo cual vino a confirmarse cuando comenzaron a escucharse un sin número de gritos, lamentos y quejidos que trataron de atemorizar a Donají y José Pablo:

--¡No crean que les tenemos miedo!, se interpuso Donají a los fantasmas y resucitados que se abalanzaban contra ella y su hermano.

--Sus quejidos no nos amedrentarán, insistió José Pablo.

--¡Qué divertida me estoy dando, ja, ja, ja!, comenzó a reír desaforadamente la Matlacihua.

--¡Cállate que me vas a poner nervioso!, exclamó furioso Bezelao.

--¡Ustedes siguen siendo los mismos fracasados de la Ciencia, y ahora continúan sufriendo por sus errores!, retó José Pablo a los fantasmas.

--¿Fracasados de la Ciencia?. Eso ya nos lo han dicho, y a decir verdad, ya estoy cansado de su cantaleta, prorrumpió Bezelao.

Aprovechando la confusión, José Pablo se aproximó a su amigo Corazón de Jade para decirle:

--¡Listo amigo, tenemos que salir de aquí!.

--¡No se preocupen, yo los seguiré!, respondió el pequeño Uno Venado.

--Lo que a mi no se me ocurre es como podremos escabullirnos de estos malosos, comentó Donají, haciendo frente a los fantasmas y resucitados que los rodeaban, los cuales a la luz de la luna que de repente los tocaba mostraban sus facciones espeluznantes y deformes.

--¡Acaben con ellos, que esto no es un juego!, ordenó Bezelao.

Los fantasmas se abalanzaron decididos sobre los niños, cuando Donají dijo:

--José Pablo, ¿viste la cabeza olmeca del Dueno de los Animales?, ¿ya te diste cuenta que Bezelao tiene colgada en su cuello la piedra oscura en forma de alacrán, y que la pluma de Quetzalcóatl la tiene alejada en un rincón más allá de su trono?, comentó a su hermano.

--Es verdad, ¿pero en qué podría ayudarnos esto?, preguntó dudoso José Pablo.

--Pues a mi se me hace que Bezelao tiene la pluma lejos porque todavía le tiene miedo, razonó Donají.

--Es posible, la secundó su hermano.

--Esto significa que si nos apropiamos de la pluma tal vez podamos realizar algo con ella a favor nuestro, afirmó Donají.

--Apoyo tu idea...tenemos que acercarnos a tomarla, expresó José Pablo.

--Amigos, desde que me trajeron a este lugar me di cuenta que ambos dioses le tienen miedo a esa pluma. Si ustedes distraen a los fantasmas, yo puedo apropiarme de ella, ¿están de acuerdo conmigo?, animó a sus amigos el pequeño Corazón de Jade.

--Estamos de acuerdo, así que intentémoslo, afirmó decidido José Pablo.

Así que los hermanos rápidamente se pusieron a correr distrayendo a los fantasmas y cadáveres, quienes comenzaron a perseguirlos, momento que aprovechó Uno Venado para dirigirse hacia el trono de Bezelao, donde los dioses habían arrinconado la pluma del penacho de Quetzalcóatl. Rápidamente la tomó entre sus manos, pero cuando se dirigía hacia sus amigos, Corazón de Jade fue detenido bruscamente por unos negros brazos que lo aprisionaron de la cintura:

--¡Así que otra vez pretenden recurrir a sus viejos trucos para tentarme, pero esta vez no lo lograrán!, era Bezelao quien furioso se había dado cuenta de la maniobra de los niños.

--Eso es mi negro, acaba de una buena vez con ellos, secundó la acción del dios la Matlacihua.

--¡Acábenlos de una vez!, ordenó Bezelao.

Los fantasmas y resucitados se enfurecieron aun más, tomando bruscamente a José Pablo. Sus manos heladas y huesudas atraparon a Donají también:

--¡Creo que ahora no funcionó nuestro plan!, exclamó desilusionado José Pablo.

--¡Estoy de acuerdo contigo!, confirmó Donají.

Bezelao se acercó a los niños para hurgar entre sus ropas, extrayendo el códice de Quetzalcóatl:

--¡Esto ya no lo podrán usar más!, exclamó ufano.

--Si, quítales todo lo que puedas, celebró la Matlacihua.

Atrapados, los hermanos y Corazón de Jade esperaban el desenlace del suceso, aun cuando luchaban denodadamente sacudiéndose de los fantasmas que los tenían aprisionados con sus huesudas y heladas manos, pero a Donají accidentalmente se le cayó el escapulario que llevaba entre sus ropas. Cuando los fantasmas y cadáveres lo vieron huyeron despavoridos. Bezelao y la Matlacihua se quedaron extrañados, acercándose hacia los niños, para inmediatamente retroceder asustados:

--¡Oh, que cosa más horrible!, exclamó furioso el dios, quien se llevó las manos para cubrirse el rostro.

--¿Qué es negrito?...A ver, déjame ver: ¡ay mamacita chula, que espanto!, gritó despavorida la Matlacihua quien rápidamente emprendió la huida convirtiéndose en zopilote.

--¡Regresa acá, cobarde!, increpó Bezelao a la oscura deidad, quien ni siquiera intentó detenerse.

--No cabe duda, la interpretación del mundo de la Matlacihua y Bezelao “funciona” con el “paradigma mágico y religioso”, del cual sustraen sus valores, comentó Donají.

--Acuérdate hoy en día no sólo estos dioses interpretan la realidad así, sino todo el mundo, pues la Ciencia no se desarrolla aun, completó José Pablo.

--Tienes razón, fue la respuesta de su hermana, sin notar que Bezelao se abalanzó sobre ellos con la intención de atraparlos. Los hermanos reaccionaron a tiempo provocando que el dios resbalara y soltara la pluma de Quetzalcóatl, la cual fue a reposar sobre la cabeza olmeca.

--¡Ahora me las pagarán de una buena vez!, exclamó furioso el dios, mientras al levantarse se agigantaba frente a los niños, quienes se quedaron impávidos frente a lo que veían.

--¡Que imagen tan terrible!, exclamó Donají.

El dios estaba a punto de agarrarlos, cuando la cabeza olmeca, al contacto con la pluma, comenzó a rodar, pegándole en las piernas de Bezelao haciéndolo caer:

--¿Otra vez tú?, ¡ahora si te destruiré!, amenazó el dios a la cabeza olmeca, mientras el ruido producido por ésta provocó que varios animales acudieran al lugar como si hubieran escuchado un llamado especial.

Repentinamente aparecieron murciélagos, lagartijas y venados, quienes en tropel arrollaron al dios que no supo que hacer. Cuando Bezelao se reponía para atacar se presentaron varios coyotes que comenzaron a morderlo, y lo mismo sucedió con una parvada de gavilanes que desde lo alto se dedicaron a picotearlo:

--¡Esto es demasiado para mi!, exclamó Bezelao, quien asumiendo su figura de perro negro huyó aullando de dolor.

--¡Bravo amigos!, exclamó Donají, mientras José Pablo aplaudía, siendo imitado por el pequeño Corazón de Jade.

Mientras todo volvía a la normalidad, en lo profundo de la oscuridad se escuchó lo siguiente:

--¡En lugar de “bienestar” fundado en la Ciencia y la Tecnología, yo me encargaré de que provenga “malestar” del fanatismo y la intolerancia, ya que aun puedo impedir el desarrollo de la Ciencia en Monte Albán del pasado, pues tengo las metodologías de la investigación en mi poder!.

--¡Yo te apoyaré en tu loable labor negrito de mi corazón!

--¡Ja, ja, ja!.


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