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EL TÚNEL MÁGICO DE LOS PARADIGMAS ….LA CIENCIA REGIONAL AL ALCANCE DE LOS JÓVENES

Andrés E. Miguel Velasco y otros



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SEGUNDA PARTE. LAS BATALLAS EN EL MÁS ALLÁ

CAPÍTULO 4. EN EL REINO DE LOS OBJETIVOS

Flor de Luna y sus amigos fueron transportados a través de un túnel de nubes grises, al final del cual se encontraba una radiante luz, cuyo fulgor hizo vibrar su alma de felicidad. Pero antes de llegar al final, el anciano los detuvo diciéndoles:

--Aun no pueden cruzar por allí, pues no están preparados. Más tarde sucederá. Ahora tenemos que avanzar por el rumbo de Mitla.

Flor de Luna, temblorosa por la emoción, solo acertó a responder:

--¿No podríamos avanzar hacia la luz que vemos?...¡Es tan maravillosa, y seguramente allí deben estar los colores que se llevó Bezelao!.

--Es cierto, luce maravillosa, la secundó Donají.

--No es oportuno, y en esa región del cielo no están los colores que buscamos. Vengan conmigo, síganme, aclaró el anciano, y continuaron avanzando entre nubes oscuras y frías, logrando distinguir poco a poco los hermosos palacios de la Ciudad de Mitla labrados con grecas.

Pero Mitla y su región lucían un entorno tenebroso, lo cual vino a confirmarse cuando comenzaron a escuchar un sin número de gritos, lamentos y quejidos que atemorizaron a Flor de Luna, la que se acurrucó junto a Donají y José Pablo, al mismo tiempo que intentaba proteger a su muñeca Huitzi.

--¡No temas, nosotros respondemos por ti!, la consoló Donají.

--Son horribles esos quejidos, pero no nos amedrentarán, insistió José Pablo.

--Esto que ocurre en Mitla es obra de Bezelao, quien se apropió de la ciudad y su región, afirmó Jade Sin Luz.

Al poner más atención escucharon un lamento:

--¿Por qué siempre fracaso en mis apreciaciones?, ¿cómo puedo ver mas allá de mi?.

--¿Quién dijo eso?, preguntó temerosa Flor de Luna.

Jade Sin Luz estaba a punto de responderle cuando escucharon un nuevo lamento que decía:

--Me duele mi alma, me duele mi ser, ¡ay!.

--Son los espíritus de los métodos fracasados de la Ciencia, y ahora sufren por sus errores, aclaró el anciano.

--¿Métodos fracasados de la Ciencia? , Flor de Luna iba a preguntar más, cuando de la oscuridad surgió una ronca voz que dijo:

--¿A quien traes ahora “Venerable Maestro”?. ¡Ah!, son unos pequeños, je, je, será divertido tenerlos entre nosotros, ¿o no muchachos?.

--Así es, fue la respuesta de varias voces que se escucharon por el lugar, las cuales fueron interrumpidas por la voz de un pequeño danzante que apareció diciendo:

--¿Por qué tanto desconcierto si los culpables de lo que les sucede son sus propios procedimientos erróneos?.

--¡Eah tú, cállate ya, pues solamente vienes a burlarte de nosotros!, exclamaron enojados los espíritus deformes, pero el pequeño danzante replicó en la oscuridad:

--Algunos de ustedes dicen: No sé que me pasa, cuando bien que saben lo que sienten debido a sus propuestas equivocadas, pues más sabe el diablo por viejo que por diablo.

Aprovechando la confusión, varios espíritus se aproximaron a la princesa, a los niños y al anciano, por lo que éste expresó enérgico:

--¡Aléjense, estas almas están bajo mi custodia!.

--Bien, como lo quieres así se hará, je, je, respondió la ronca voz con ironía.

Cuando su mirada se acostumbró a la oscuridad, Flor de Luna se llenó de temor. Y no era para menos: junto con sus amigos se encontraba en un paisaje totalmente desolador, gris y frío, rodeados de seres espeluznantes y deformes. Algunos estaban tuertos, otros cojos, algunos mancos, y otros parecían tener sellada la boca. Muchos de ellos repetían con angustia:

--Enséñennos a mejorar, a volver a ser efectivos otra vez.

--En verdad que están feos estos espíritus, exclamó José Pablo.

--Deja tú lo feo, lo mal que huelen es lo peor, exclamó Donají.

El oscuro ser de la ronca voz, que además era poseedor de una tremenda joroba, quiso tocar a Flor de Luna. Ésta retrocedió atemorizada al sentir el frío que brotaba del extraño personaje:

--¡Qué calor tan maravilloso emana de esta alma encarnada, y de los otros niños que están aquí y que no sé por qué pero me parecen familiares!, dijo emocionado el ser jorobado, quien insistió:

--Nos gusta...el calor de estas almas nos reconfortan, ¡nos quedamos con ellas!, exclamó dirigiéndose a los demás espíritus deformes.

--¡Nada de eso. Estas almas están de paso nada más!, habló enérgico Jade Sin Luz.

--¡Momento, tu reinado se encuentra en la tierra. Tú no mandas en los dominios de Bezelao!. Así que “Venerable Maestro”, nosotros decidimos que estas almas se quedan aquí en Mitla, ¿o no muchachos?, afirmó el ser jorobado, aproximándose decidido hacia Donají, José Pablo y Flor de Luna, quien abrazó con más fuerza a su muñeca Huitzi.

Un comentario del pequeño danzante contuvo momentáneamente al rijoso ser y a los demás espíritus, que casi se abalanzaban sobre Flor de Luna, Donají y José Pablo:

--¿Por qué preguntan si deben tomar lo que no es suyo?, ¿por qué no mejor reconocen que deben respetar lo ajeno, y aceptan que su forma de actuar más que aciertos generó equivocaciones?. Acuérdense que algo se saca de lo que se mete, o donde se saca y no se mete, fondo se halla. En otras palabras, lo que no deja, dejarlo..

--Ya viene el loco a molestar, dijeron los espíritus con desagrado.

--¡Pero que veo, aquí tenemos tres almas: la de una princesita terrenal, y de dos hermosos niños!. Bienvenidos sean al lugar sobrenatural más excitante por su abandono, se dirigió el pequeño danzante con cortesía hacia los niños, añadiendo mientras miraba a los espíritus oscuros:

--Más vale “un toma” que dos “te daré”, o más vale algo que nada; como quien dice, más vale pájaro en mano que ciento volando....

--Ya no te daremos oportunidad de decir nada más porque eres un espíritu falso, interrumpió retador el jorobado al pequeño danzante. Pero éste dijo con desenfado:

--Para llegar a ese punto es preciso un buen acuerdo, que según recuerdo no hemos establecido todavía, y eso que ustedes presumen de “metódicos”. Así que empecemos por allí. Veamos. Si tú y tu pandilla logran desentrañar cuantas almas traslada Jade Sin Luz aquí a Mitla en una temporada normal, te quedarás con los niños. Si no, entonces el anciano decidirá lo que debe hacerse, ¿qué te parece el trato, o sus métodos volverán a fallar como ocurrió en su encarnación en el mundo material?.

--¡Vete loco!, contestó el jorobado.

Sin inmutarse, el pequeño danzante insistió:

--¿Jade Sin Luz, estás de acuerdo en lo que pido?. Mi acertijo no es difícil, ¿o es tan complicado saber cuantas almas que primero caminan en cuatro patas trasladas aquí acompañadas de las que luego caminan en tres, dos y finalmente sin pies?.

--Estoy de acuerdo con la propuesta, dijo secamente Jade Sin Luz.

Los demás espíritus, furiosos, se pusieron a dilucidar, para decidir finalmente en voz de su líder:

--Aceptamos.

Por su parte, el pequeño danzante dijo:

--Sí es así, entonces les daremos un plazo para su respuesta...No teman niños, que éstos métodos en forma de fantasmas ignorantes no son capaces de adivinar ni donde están ni quienes son, se dirigió el pequeño a Donají, José Pablo y Flor de Luna, quien se aferraba a Huitzi, añadiendo:

--¡No teman, que hoy avanzarán hacia otra dimensión por lo menos más limpia que ésta donde moran estos métodos en forma de seres deformes, secuaces de Bezelao!.

Los espíritus rijosos formaron un círculo alrededor de su líder, y cuchicheando se pusieron a deliberar. Finalmente, después de un breve acuerdo, el jorobado se dirigió con una sonrisa de triunfo hacia los niños, Jade Sin Luz y al pequeño danzante que esperaban su respuesta con expectación:

--Tenemos la respuesta que desean, je, je.

--Me asombra la superficialidad de su deliberación. Ustedes, métodos tan serios, cautos y académicos seguramente han tomado una decisión nada cierta, ¿o miento?, bromeó el pequeño.

--¡Cállate, que tú sigues utilizando el mismo método de investigación equivocado que usaste en el pasado. Tu vida terrenal de nada te sirvió para evolucionar!, se dirigió con burla el jorobado al pequeño danzante.

--Está bien, yo no digo lo contrario, pues si mal hice mal coseché. En esto consistió el error de mi método. Pero su “cordura metodológica” tuvo la virtud de vivir con la falsedad. Pues como dice el dicho: nunca le eches dinero bueno al malo; o como en este caso, al que parte y bien reparte, le toca la mejor parte. El pequeño danzante todavía expresó:

-- A cuentas viejas, barajas nuevas; o mejor aun, a la ocasión la pintan calva. Pero ¡eah!, dennos su respuesta, que seguramente torpe es.

Poniéndose serio, el jorobado fue tajante al decir:

--Nosotros sabemos que en una temporada normal, tú, Jade Sin Luz, trasladas de la tierra al cielo ciento cuarenta y cuatro mil almas.

El anciano estaba a punto de corroborar dicha respuesta, cuando lo interrumpió el pequeño diciendo:

--¡Lo dije, el “diagnóstico” de estos métodos erróneos tenía que ser falso!, pues ¿quién no sabe que si a las ciento cuarenta y cuatro mil le restamos los cuatro ancianos que supervisan este lugar nos quedan solamente veintiocho veces cinco almas, pues como dicen por ahí, si doy, pierdo la ganancia de hoy; si fío, pierdo lo de otro y lo mío; si presto, al pagar me hacen mal gesto. Para evitar todo esto: no doy, ni fío ni presto, ¿o miento?, se expresó con desenfado el pequeño danzante causando el enojo de sus contrincantes, que sin meditarlo mucho, se abalanzaron sobre los niños queriendo tomarlos por la fuerza.

Fue cuando Jade Sin Luz, sacudiendo nuevamente los huesos y calaveras que colgaban de su vestimenta, provocó la aparición de varios rayos y centellas que al mismo tiempo que detuvieron la embestida de los espíritus furibundos iluminaron con mayor claridad sus figuras:

--¡El negro y jorobado es la Matlacihua!, exclamó con asombró José Pablo.

--Con razón se me hacía conocida su ronca voz, confirmó Donají.

--¡Es tan tonta que ni aun teniéndonos a su lado pudo reconocernos!, recalcó José Pablo.

Aprovechando el desconcierto, Jade Sin Luz se dirigió al pequeño danzante ordenándole:

--Es urgente que conduzcas a los niños a la ciudad de Tenochtitlan para que inicien su búsqueda...Tú, por tu parte, ganarás mucho mérito si culminas bien tu misión.

--¿Yo?... Bueno, lo intentaré, pues con dinero no se olvidan los encargos, aclaró el pequeño, que inmediatamente indicó a los niños que lo siguieran, y sin darles oportunidad de decir nada, se dirigió con ellos hacia un camino brumoso, mientras repetía con júbilo:

--¡Armoniosa es la vida cuando es guiada por un método que se parece a una flor que sabe cual es su color, pues cuando viene el bien, mételo en casa, pues quién bien siembra, bien cosecha!.

Mientras tanto Jade Sin Luz, adquiriendo nuevamente la forma de un pájaro negro, se quedó lidiando con los espíritus furibundos y la Matlacihua, quienes se dedicaron a perseguirlo. El pequeño danzante se dirigió entonces a Flor de Luna:

--Según entiendo tu deseo y el de tus amigos es rescatar a tu mamá, y devolverle su colorido al mundo. Eso me parece perfecto, pero si no lo hacen a través de un “plan” pueden fracasar como ocurrió con las acciones de los métodos que acabamos de dejar.

--¿A través de un “plan”?, preguntó Donají.

--Efectivamente, pues deben saber que en el mundo sobrenatural donde se mueve Bezelao, cada una de las acciones que ustedes emprendan deben estar perfectamente planeadas...

--Pero yo no sé que es un “método” ni un “plan”, insistió Flor de Luna.

--No se preocupen, yo se los explicaré...Pero eso será después que logremos irnos de este lugar, dijo, y se alejó de Mitla flotando con los niños, mientras los espíritus rijosos y la Matlacihua perseguían denodadamente a Jade Sin Luz.


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