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EL TÚNEL MÁGICO DE LOS PARADIGMAS ….LA CIENCIA REGIONAL AL ALCANCE DE LOS JÓVENES

Andrés E. Miguel Velasco y otros



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CAPÍTULO 5. EL MODELO DE MAMA LUNA-MAGUEY

El pequeño danzante guió a Flor de Luna, Donají y José Pablo por un sinuoso camino. Al final del mismo lograron divisar la ciudad de Tenochtitlan, en la cual destacaban sus templos piramidales, que por ser tan grandes parecían montañas en medio de la ciudad:

--¿Qué pasó con Jade Sin Luz?, preguntó Flor de Luna.

--Se quedó entreteniendo a los espíritus de los métodos que deseaban impedir nuestro camino, explicó el pequeño danzante.

--Yo diría que a aleccionarlos para que se porten bien, comentó Donají.

--¿Por qué son tan negativos esos espíritus?, preguntó José Pablo.

--Porque cuando se les dio la oportunidad de contribuir a solucionar problemas y a proponer alternativas para las regiones y organizaciones sociales, no solamente fracasaron, sino que insistieron en utilizar métodos que carecían de fundamento; pues como dice el refrán, cuidados ajenos, matan al asno. Al quedar bajo los conjuros de Bezelao y la Matlacihua, han empeorado, pues les gusta regresar a la tierra a molestar a los vivos en forma de fantasmas, apariciones, chaneques, duendes y brujos dogmáticos o fundamentalistas, se explayó el pequeño.

--¡Oh!, ¿y tú quién eres?, preguntó Donají.

--¿Yo?, bueno, eso importa poco. Durante mi existencia terrenal tal vez he sido un “vagabundo” que se preocupó por muchas cosas, sin profundizar en ninguna. Como mi vida ha sido un desastre, pues me sucedió lo que dice el dicho, que al que de ajeno se viste, en la calle le desnudan, respondió el pequeño.

--¿Y no hay nadie que te ayude a ti y a los demás?, preguntó Flor de Luna.

--Bueno. Existen algunas almas nobles que aun se preocupan de eso...

--¿Y por qué no están aquí para ayudar a los espíritus de los métodos fundamentalistas?, interrumpió Donají el razonamiento del pequeño danzante, quien mirándola, le aclaró:

--Es muy difícil encontrar ayuda en esta dimensión, pues Bezelao ha ocasionado que no haya un solo tiempo ni un solo espacio, sino diversos lugares con sus respectivos momentos: ¡he ahí el mundo de lo inmensamente pequeñito!, y más allá ¡el universo de lo infinito!, y en todos ellos Bezelao se encuentra trabajando negativamente. Esta región donde estamos es oscura gracias a la actuación de Bezelao y la Matlacihua...

--¿Cómo se puede hacer aquí una limpia de seres tan negativos?, insistió Donají.

El pequeño danzante, mirando al cielo, respondió:

--Tal vez cambiando la visión del mundo, sobre todo en la ciudad de Mitla, pues aquí actualmente todos actúan con una “metodología positivista” en su expresión más reduccionista. Esto se debe a que ha sido coartado el libre albedrío, y seres como Bezelao y la Matlacihua generan actitudes que dificultan encontrarle un sentido más rápido a las cosas...

--¿Cómo te llamas?...¿”metodología positivista”?...que cosas tan extrañas dices, lo interrumpió José Pablo.

--Me llaman “Pequeño Danzante del Arco Iris” por el penacho que como ven me acompaña y que se parece al resplandor de un Arco iris, aunque el nombre terrenal tiene aquí poco sentido, pero llámenme “Danzante Vagabundo” si quieren. ¿A poco no también suena expresivo?, trató de bromear el pequeño, quien agregó:

--El “positivismo” consiste en suponer que encontrando una causa fundamental se puede controlar toda la realidad. Esto no tiene nada de malo, siempre y cuando no se simplifique tanto la realidad que en lugar de ayudar, esto se convierta en un obstáculo. Seguramente en Tenochtitlan ha ocurrido esto último.

--No entiendo mucho lo que comentas, pero lo que si quiero decirte es que a mi me gustan ambos nombres, el de “Pequeño Danzante del Arco Iris” y “Danzante Vagabundo”, expresó Donají.

--Bueno, pero ahora avancemos, pues cada vez estamos más cerca de nuestro destino. Si observan sobre Tenochtitlan y su región existe una bruma oscura. Esto indica que tenemos que tomar todas las provisiones que sean necesarias, pues debemos llegar hasta el Templo Mayor de esta ciudad para poder avanzar hacia el futuro, indicó el pequeño danzante.

--¿Tenochtitlan es la ciudad que está frente a nosotros?, preguntó Flor de Luna.

--Si, es Tenochtitlan, y como sabrán es una ciudad muy importante, la cual debía estar custodiada por Mama Luna-Maguey, quien purifica los espíritus de los niños que llegan en peregrinación a esta ciudad.

La ciudad y su región eran famosas por sus grandes calzadas rodeadas del agua del lago donde la ciudad había sido edificada, así como por sus jardines con árboles cuyas ramas y frutos goteaban leche. En ese momento arribar a ella era difícil, pues se encontraba cercada por diversos obstáculos que Bezelao había ordenado poner para impedir el acceso al Templo Mayor de la ciudad.

Haciendo una parada, el Pequeño Danzante del Arco Iris comenzó a decir:

--A pesar de estar encantada, aquí en Tenochtitlan hay belleza yo me digo, pues a cada cerdo le llega su San Martín. Y recalcó:

--¡No hay plazo que no se venza, ni deuda que no se pague!. Y como todo aquí se encuentra bajo el embrujo de Bezelao, tenemos que “planear” bien nuestro acceso, insistió el pequeño danzante.

--A propósito, ¿que quiere decir “método”, “planear” y “plan”?, prometiste que nos lo aclararías, lo interrogó Donají.

--El “método” es un conjunto de reglas o pasos ordenados orientados al logro de un “objetivo”, y la conjunción de muchos métodos forman una “metodología”. La “Planeación” es una metodología orientada a proyectar un futuro deseado y la manera efectiva de realizarlo, cuyo resultado es el “plan”. En otras palabras, “planear” significa realizar un “plan” con base en una metodología. En resumen, el “plan” es la estrategia para adelantarse al futuro, es la previsión con la cual se proponen acciones concretas para conducir nuestro actuar hacia un objetivo deseado. A veces el plan se materializa en un documento escrito, otras no como ocurre por ejemplo ahora que necesitamos un plan y no tenemos forma de escribirlo. El plan indica las alternativas de solución al problema, necesidad o deseo que se nos plantea, determinando las actividades a realizar y asignando recursos, tiempos y responsables a cada una de ellas. El plan nos permite adelantarnos a los hechos, a las circunstancias para controlarlas, y a trabajar con la idea, no tan fácil de aceptar, que el futuro no nace, sino que se hace...

--¿El futuro se crea?, interrumpió José Pablo.

--Este es el punto de partida de la planeación. Verán. Hay quienes consideran que el futuro ya está determinado de antemano. Y en este caso, hagamos lo que hagamos, irremediablemente llegaremos a la meta que se nos trazó. Es muy difícil conciliar este punto de vista con la planeación. Hay otras personas para las cuales el futuro se va construyendo...esta manera de pensar acepta los planes, pero éstos son ocasionales, y responden a las coyunturas del momento...Cuando se analiza la posibilidad que hacia delante tenemos más de una opción, entonces aparece la planeación como una alternativa que puede ayudarnos a seleccionar y ejecutar la mejor alternativa, pues como se dice por ahí, a quien madruga, Dios le ayuda, o si prefieren, lo mejor de los dados es no jugarlos; o consideren que un grano no hace granero, pero ayuda a su compañero.

--Bueno, entonces “planear” puede resultar algo complicado y no tan simple como me parecía al inicio, reflexionó José Pablo.

--En parte, y esto no solamente se encuentra en el origen del plan, sino que se refleja en el contenido básico de los mismos planes, los cuales entre más complejos son requieren de varias etapas entre las que destacan su justificación, su visión, su diagnóstico, su prospectiva, sus objetivos, estrategias, políticas, programas y proyectos, comentó el pequeño danzante.

--Eso si que resulta complicado, recalcó Donají.

--No tanto si se realiza con calma, enfatizó el pequeño, quien agregó:

--Lo bueno es que en este momento solamente nos interesa hacernos a la idea que tenemos la “necesidad de un plan” para rescatar a la mamá de Flor de Luna del poder de Bezelao, y no tenemos que explicarnos el conjunto de razones que determinan los requerimientos de su realización. Pero en situaciones de otro tipo esto debe hacerse porque lo exigen los desequilibrios económicos, la destrucción de los recursos naturales, la pobreza, la enfermedad, la falta de empleo, la escasez de infraestructura, el crecimiento acelerado de la población, en fin; o como en este caso, porque tenemos que llegar al templo de Tenochtitlan para purificarnos y poder continuar nuestro camino.

--Eso si que es verdad, consintió Flor de Luna.

--Ahora despacio. Trataremos de bordear las aguas de este río “Aponahuaya”, el cual fue desviado por Bezelao para que dejara de alimentar el lago de esta ciudad de Tenochtitlan. Si no logramos pasar no podremos acceder al Templo Mayor, aclaró el Pequeño Danzante del Arco Iris.

--¿Y por qué no lo cruzamos?, sus aguas lucen claras y no parecen profundas, se refirió Flor de Luna al lago que tenían frente a ellos.

--Me apena decirles que no podremos cruzarlo, pues estas aguas son traicioneras y engañosas como las sombras que se mueven en el fondo, que son las de enormes lagartos y alimañas a los cuales les encanta comerse no sólo a los vivos, sino también a los espíritus, afirmó el niño guía.

--¡Que lugar tan desconcertante es éste!, dijo Donají.

--Así es. A mí me costó duros reveses entenderlo así. Tantos que perdí estatura por estar a punto de ser devorado por un enorme reptil en otra ocasión que se me ocurrió bañarme en este lago, dijo el pequeño danzante bromeando, quien se dirigió hacia una colina detrás de la cual se oía un estruendoso ruido:

--¡Vengan, desde aquí puede verse mejor el camino que tomaremos, que es ese sendero donde se esparcen esos nueve ríos que alimentan el lugar verde que luce en el fondo!, señaló.

--¡Oh!, ¿y eso que suena que es?, preguntó Flor de Luna.

--Ese es el lugar de las “montañas que chocan”, cuyo ruido oculta los rugidos del tigre que se alimenta exclusivamente de corazones humanos. ¡Hum!, ustedes serían un suculento manjar para dicho animal, nada grato por cierto. Pero no se preocupen, el camino que tomaremos, aunque difícil, no es tan peligroso, porque también nos evitará atravesar el páramo erizado de los ocho collados que siempre están cubiertos de nieve y donde el viento, por ser tan frío, corta como navaja. Además, nos ahorraremos el saludo a Xochitónal, se expresó ufano el pequeño danzante.

--¿Xochitónal?, ¿quién es?, preguntó José Pablo.

--Es una lagartija que habita la laguna de aguas negras que aquí existe, y que se alimenta de espíritus y seres terrenales. Es un ser sucio y repulsivo, demasiado alejado de nuestro refinamiento. Por eso no la visitaremos, expresó con humor el pequeño danzante. Y mirando cauteloso a su alrededor, dijo estas palabras:

--A ruin, ruin y medio, o más vale un mal arreglo que un buen pleito. Luego añadió:

--El cruzar estos caminos y llegar a Tenochtitlan es parte de la purificación que perseguimos, y también es parte del plan que nos interesa realizar.

Mientras Donají y José Pablo se dedicaban a explorar para asegurarse mejor del camino a seguir, Flor de Luna se acercó al pequeño danzante tomándolo de la mano. Éste, al sentir el contacto de la princesa inició la marcha hacia el lugar que consideró el más adecuado. Después de un rato de caminar, se encontraron por fin en un lugar fresco y de abundante vegetación, que causó la satisfacción de todos:

--¡Aquí descansarán un momento, pues aun tenemos que caminar!, aclaró el guía de los niños.

--¡Qué bueno!. ¿Ahora si podré darle a Huitzi de beber agua y comer los frutos de este lugar?, preguntó Flor de Luna dirigiéndose hacia un frondoso árbol lleno de jugosos frutos.

--Inténtalo si quieres, pero no te lo recomiendo, fue la respuesta del pequeño danzante.

--¡Veamos!, se dirigió la princesa llena de contento hacia el árbol cuyas ramas se doblaban por el peso de sus frutos.

Pero en el momento en que la princesa quiso cortar la fruta que deseaba, ésta desapareció como por encanto.

--¡Ja, ja!, rió el Pequeño Danzante del Arco Iris.

--¡No te burles de mí!, le reclamó Flor de Luna.

--¡Ja, ja!...Esto sucede así porque este es un lugar de ilusiones, pues es un paraíso creado por Mama Luna-Maguey, la guardiana de Tenochtitlan...Mira, allí van algunos seres desesperados deseando siempre coger un fruto, expresó el pequeño danzante.

Efectivamente, frente a ellos cruzó un grupo de niños que ni siquiera se percataron de su presencia, al igual que otros que con insistencia intentaban meterse al agua de los arroyos.

--¿Por qué no nos ven?, preguntó José Pablo.

--Porque viven en la ilusión creada por Mama Luna-Maguey, respondió el pequeño danzante.

--¡No es verdad, ha sido creada por Bezelao y la Matlacihua!, fue el comentario que escucharon de pronto. Todos voltearon descubriendo a un niño que se dirigía hacia ellos.

--¿Quién eres?, le preguntó el Pequeño Danzante del Arco Iris.

--Soy Xocoyotzin, auxiliar de Mama Luna-Maguey en el Templo Mayor...

--¿Y por qué afirmas que Bezelao es el causante de estas ilusiones?, le preguntó José Pablo.

--Porque no hace mucho Bezelao y la Matlacihua, tomaron por sorpresa Tenochtitlan, y una vez que se habían apoderado del Templo Mayor, quemaron en las urnas de sus altares un incienso que provocó que todos los habitantes de esta ciudad se quedaran dormidos, creando en los despiertos las ilusiones que los rodean, fue la explicación de Xocoyotzin.

--¡Así que la Matlacihua se hizo presente otra vez!, exclamó indignada Donají.

--Ese conjuro se romperá, y todos serán liberados del mismo cuando Mama Luna-Maguey sea despertada del letargo a la cual la sometió Bezelao, comentó Xocoyotzin.

--¡Yo lo romperé exclamó Donají!.

--Tenemos que romper ese conjuro, si no los espíritus de aquí siempre vivirán con la ilusión de que “ahora si podré atrapar un fruto jugoso”, o “ahora sí me bañaré en las aguas de este río”. Pero todo es falso, y esa ficción produce el olvido de los demás, y lo que es peor, de lo que verdaderamente da sentido al existir...Por eso en Tenochtitlan ahora todos te ven y nadie te saluda, ni se detiene a tu paso, pues todos se encuentran hechizados pensando solamente en hacer realidad la ilusión que los atormenta...intervino nuevamente Xocoyotzin.

--Esto exige que cuando actuemos lo hagamos a través de un “plan”, y que se tome en cuenta “el modelo del plan” a utilizar...intervino el Pequeño Danzante del Arco Iris.

--Entonces tiene que ser un plan que ponga freno a las ilusiones, intervino José Pablo.

--El “modelo del plan” a utilizar, ¿qué significa?, preguntó Donají.

--Significa que deben definirse las características del plan, tener claro como vas a planificar, pues esto se puede hacer de muchas maneras. El modelo define donde se piensa aplicar, el propósito, la duración, la actualidad o la prospección que se espera del plan.

--Eso es muy teórico, y yo soy muy práctica, exclamó Donají, quien cerrando los ojos y dirigiendo sus manos hacia la rama de uno de los árboles, logró coger un racimo de frutos. Aprovechando la oportunidad, Donají quiso probar el jugoso fruto que tenía en sus manos, pero el pequeño danzante la detuvo diciéndole:

--¡Momento pequeña!...Comprendo tu deseo, pero de esos frutos no puedes comer, pues están destinados a alimentar las almas de los niños que poblarán de nuevo el mundo, ¿me entiendes?. Si algún fruto desaparece, el niño al cual corresponde no podrá nacer.

Donají respondió apenada:

--No sabía...

--No te preocupes, pues al ver esos manjares vienen a mi memoria los consejos de mis antepasados que insistían: cuando tengas hambre, que tu alma siga el proceder de los ángeles que se alimentan con frutos jugosos; pues quién más tiene, más quiere, o a caballo regalado, no hay que mirarle el diente, aseguró el pequeño danzante.

--Te agradecemos mucho la información que nos proporcionas, pero ¿Bezelao y la Matlacihua donde se encuentran?, preguntó a Xocoyotzin.

--Se encuentran en el Templo Mayor, así que cuidado al acercarse, les previno el niño de Tenochtitlan.

--Muchas gracias...esto que nos dices nos obliga a aplicar una “estrategia” que nos mantenga alejados de Bezelao y la Matlacihua....Acérquense niños, les propongo que hagamos lo siguiente, fue el comentario del pequeño danzante.

Los niños se acercaron a él, y quedamente escucharon su propuesta. Después se dirigieron decididos hacia Tenochtitlan.


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