BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


EL TÚNEL MÁGICO DE LOS PARADIGMAS ….LA CIENCIA REGIONAL AL ALCANCE DE LOS JÓVENES

Andrés E. Miguel Velasco y otros



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CAPÍTULO 3. LA INVITACIÓN

Era medianoche. Donají de seis años, y José Pablo de doce, los hermanos protagonistas de la presente historia, se encontraban durmiendo en su recámara, después de un agitado día en el cual sucedieron muchas cosas en su mundo y sus regiones.

Para empezar, el gobierno de su país había anunciado la noche anterior el aumento de las tarifas de los servicios públicos, junto con el incremento de precios en el gas y los combustibles. En consecuencia, los productos habían amanecido con nuevas etiquetas de precios, lo que auguraba un repunte de la inflación. Para colmo, a nivel internacional las naciones más ricas estaban a punto de invadir a varios países poseedores de petróleo argumentando la falta de cumplimiento a los acuerdos sugeridos por ellos en materia de seguridad internacional, relegando a la Organización de las Naciones Unidas a un lugar secundario en la posible solución al conflicto. La caída estrepitosa de las bolsas de valores del mundo no se hizo esperar. Como si lo anterior fuera insuficiente, la contaminación ambiental se encontraban en sus niveles más altos, debido a que algunos volcanes nuevamente habían hecho erupción en diversas partes del mundo, provocando que el día amaneciera y transcurriera frío, lleno de oscuridad, como si alguien se hubiera llevado la alegría y los colores del mundo.

Para culminar, esa noche un extraño viento comenzó a soplar en el jardín de su casa. Fue José Pablo quien soñoliento se preguntó:

--¿Qué estará sucediendo, por qué todo está tan oscuro, qué será ese ruido?.

Estaba a punto de levantarse de su cama cuando su puerta se abrió, dando paso a su hermana Donají:

--¿Qué es lo que sucede?, le preguntó José Pablo.

--Ven y lo verás, dijo Donají.

En el cuarto, y en la pequeña mesa que daba frente a la ventana donde ambos niños acostumbraban a hacer sus tareas, y aunque no había ninguna luz que lo alumbrara, brillaba su tesoro más querido: era el Arco Iris de oro que les había obsequiado Quetzalcóatl tiempo atrás. El áureo color de la corona con flores de cempasúchil entrelazadas con las imágenes de una serpiente emplumada, de un murciélago, de un jaguar, de la muerte, en fin, las figuras de los dioses de Monte Albán, despedía con insistencia un fulgor especial.

--Qué extraño es todo esto, comentó asombrado José Pablo.

--Eso es lo que quería comentarte, intervino su hermana Donají, pues creí que lo estaba soñando solamente.

José Pablo iba a responderle, cuando la imagen de la muerte que colgaba de una de las flores del Arco Iris comenzó a titilar y a emitir un delicado sonido de campanas. Ante su asombro la pequeña figura de oro cobró vida, diciéndoles:

--Niños, no se asusten. Venimos en son de paz, y queremos solicitarles su ayuda.

Donají y José Pablo se tomaron de la mano sin saber que decir:

--Me acompaña la princesa Flor de Luna, y es quien les hará la petición. Al mismo tiempo, en el Arco Iris de oro apareció una diminuta figura, que era de la princesa binigulaza, quien haciendo una reverencia a los niños les dijo:

--Mi nombre es Flor de Luna y vengo a solicitarles su ayuda. Provengo del reino de Monte Albán que hoy se encuentra sumido en la tristeza. Era un lugar feliz hasta que allá llegó Bezelao y la Matlacihua, quienes raptaron los colores del universo y se llevaron a mi madre Xunaxi. Por consejo de Jade Sin Luz, el anciano que me acompaña, he venido a solicitar su ayuda para rescatarla. No será una aventura fácil, pues tenemos que luchar contra las fuerzas de la oscuridad, pero sinceramente deseo que me apoyen...

--Con razón todo está tan oscuro. Bueno, nosotros ya nos hemos enfrentado con la Matlacihua, quien aun no entiende que debe dejar a este mundo en paz. A mi si me gustaría participar, intervino Donají...

--Si tú participas yo también lo haré, respondió José Pablo.

--Si es así, entonces prepárense para el viaje, pues Jade Sin Luz considera que debemos iniciarlo ya, les indicó Flor de Luna.

--Está bien, contestaron Donají y José Pablo, quienes rápidamente anotaron un recado para sus papás:

“Mamá y papá. Fuimos a rescatar los colores del mundo con nuestra amiga Flor de Luna, la princesa de Monte Albán. No se preocupen por nosotros. Estamos en buenas manos y pronto volveremos.

Besos y abrazos.

Donají y José Pablo”

Tomándose de la mano y mirándose a los ojos, Donají y su hermano terminaron fundiéndose en un abrazo con el que sellaron su pacto de unidad.

--¡Adelante!, respondieron llenos de ánimo decididos a emprender su aventura.

Entonces Jade Sin Luz sacudió los huesos y calaveras que llevaba colgados, provocando la aparición de una bruma, que cuando desapareció hizo que Flor de Luna, Donají y José Pablo se encontraran frente a frente, intercambiando saludos y abrazos.

--Ya que están listos emprendamos el viaje, comentó Jade Sin Luz, quien nuevamente sacudió los huesos y calaveras que llevaba colgados, provocando que los niños flotaran sobre un mundo de nubes húmedas y grises.

Así inició la nueva aventura de Donají y José Pablo en su retorno al mundo de la Matlacihua y Bezelao; que como se verá más adelante, también era la dimensión donde tenían vigencia los paradigmas de las metodologías de investigación de la Ciencia.


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