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EL TÚNEL MÁGICO DE LOS PARADIGMAS ….LA CIENCIA REGIONAL AL ALCANCE DE LOS JÓVENES

Andrés E. Miguel Velasco y otros



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CAPÍTULO 12. LA GUERRERA DE LA LUZ

Jadeante, Flor de Luna se acercó a Bezelao diciéndole:

--He triunfado Bezelao, y por lo tanto, exijo que se cumpla tu palabra...

--¿A qué palabra te refieres?, contestó burlón el dios.

--¿Cómo a cuál?, ¡a la tuya, que consistió en indicar que el triunfador tendría derecho a solicitar lo que quisiera!, aclaró enfadada Donají.

--¿Yo dije eso...cuando?, se hizo el desentendido Bezelao.

--No le achaques eso a este negro...perdón, a Bezelao, pues eso es algo que él no dijo, intervino jadeante la Matlacihua.

--¡No es posible que falten a su palabra!, intervino José Pablo.

--...Uhm...yo lo que dije es que el ganador tendría que pasar otra prueba para ser un triunfador completo, ¿no es verdad?, se dirigió Bezelao a sus fantasmas, quienes a coro contestaron:

--¡Sí, eso dijiste!..

--¿Ya ven?, entonces lo que propongo es que el ganador pase la prueba del juego de pelota. Aquí el perdedor no tiene otra opción que someterse al vencedor. Y como saben, en este juego gana el que mete por primera vez la pelota en el aro de piedra, ¿aceptas?, y para que no digas que menospreciamos tu triunfo, se te dará la oportunidad de elegir a tu rival, ¿de acuerdo?, preguntó Bezelao a Flor de Luna.

--Acepto, fue la respuesta que recibió.

--¿Y a quién escogerás como rival?, insistió la Matlacihua, quien esperaba ser la elegida para vengar la derrota recién sufrida.

Flor de Luna se quedó pensativa por breves instantes, pero después de meditarlo respondió decidida:

--Mi rival será Bezelao.

--¡¿Bezelao?!, expresaron sorprendidos los presentes.

--¿Te enfrentarás a Bezelao?, piénsalo bien Flor de Luna, intervino Donají.

--Por favor, medita tu decisión, sugirió José Pablo.

--Si, me enfrentaré a Bezelao, pues tengo un plan para derrotarlo, aseguró la princesa.

--¡Ja,ja, niña tonta!, ¿así que te enfrentarás conmigo?, comentó ufano Bezelao.

--Así es, afirmó Flor de Luna.

--Bueno, si así lo decides...Pero si tienes miedo, de una vez date por vencida, aclaró ufano el dios.

--Ni lo pienses. Me enfrentaré contigo, aclaró decidida Flor de Luna.

--Flor de Luna, no lo hagas, pues ellos harán trampa nuevamente, intervino Donají.

--Es verdad, no lo hagas, recalcó José Pablo.

--¿Pero no se dan cuenta que no tenemos otra alternativa?. Con trampas o sin trampas, estamos en manos de Bezelao y la Matalcihua, y no tenemos más estrategia que vencerlos en su propio juego, comentó decidida Flor de Luna, quien dirigiéndose a Bezelao preguntó:

--¿Cuándo iniciará la prueba?.

--Pues ahora mismo niña malcriada, señaló tajante el dios.

Ambos contendientes se dirigieron al centro del juego de pelota de Chichén Itzá, distribuyéndose en las gradas de occidente los fantasmas de Bezelao, y en las de oriente Donají, José Pablo y los niños mayas, quiénes dijeron a Donají:

--¡Qué el amor te acompañe!

Bezelao miró hacia el cielo, y diciendo unos conjuros, con su suspiro atrajo hacia él a Venus que entonces pasaba sobre Chichén Itzá. Después, el dios tomó al planeta entre sus manos, y mientras lo reducía al tamaño de una pelota afirmó ufano:

--El balón ahora será Venus, pues éste representa a Quetzalcóatl, y con su propia imagen te derrotaré...niña, quiero decirte que si yo anoto primero, cuando el planeta en forma de pelota cruce el aro estallará en mil pedazos, ¡ésta también es mi oportunidad de destruir a Quetzalcóatl!, ¡iniciemos el juego ya!, dijo, tomando a Venus como pelota entre sus manos.

Rápidamente Bezelao decidió atacar. Como el triunfo lo lograría el jugador que primero pasara la pelota en el aro, el dios utilizó toda su habilidad para lograrlo de manera inmediata. Así que dio un gran salto en dirección al aro, hacia el que lanzó al planeta Venus que traía entre sus manos. La pelota estaba a punto de entrar cuando Flor de Luna, haciendo también un salto vertiginoso, logró desviar el tiro del dios, quien ahora sabía que no solo tenía la responsabilidad de vencer a Bezelao, sino también de impedir que Quetzalcóatl fuera destruido. Los gritos de admiración de los presentes no se hicieron esperar.

Asombrado por la acción que acababa de realizar Flor de Luna, Bezelao nuevamente tomó la pelota, y haciendo una finta, trató de anotar nuevamente, pero Flor de Luna no se dejó engañar, y de manera decidida disputó el planeta Venus al dios, el cual resbaló, dejando toda la oportunidad para que Flor de Luna anotara:

--Es tu oportunidad Flor de Luna, gritó emocionada Donají.

--Anota Flor de Luna, no te detengas, insistió José Pablo.

--No te dejes mi negro Bezelao, fue el grito desesperado de la Matlacihua.

Flor de Luna tomó a Venus entre sus manos, y se dirigió al aro decidida a anotar. Se impulsó, logrando un salto impresionante, y con su mano derecha empujó el balón hacia el aro. Justo en ese momento, Bezelao haciendo uso de sus poderes, lanzó un disco de fuego que desvió al planeta que ya se dirigía hacia el aro:

--No es posible, gritó José Pablo.

--¡Eso no se vale!, fue el grito de Donají.

--¡Bravo mi negro, sabía que no podías perder!, fue el comentario alegre de la Matlacihua.

En ese momento Flor de Luna comprendió que derrotar a Bezelao sería muy difícil, y más aun, cuando descubrió que el dios, decidido a todo, se convirtió en un remolino de fuego, y bajo esa forma invocó a sus siete Primos Trueno, los cuales inmediatamente que aparecieron se dirigieron a acorralar a Flor de Luna, quien sostenía a Venus entre sus manos.

--¡Quítenle la pelota a esa niña malcriada!, les ordenó el dios.

La velocidad de los siete Primos Trueno era extraordinaria, y Flor de Luna no tuvo más alternativa que sacudir la pluma que Quetzalcóatl le obsequió al despedirse en Teotihuacan, la cual con su movimiento provocó la aparición de los cuatro Hermanos Viento, a su vez primos de Quetzalcóatl: el Viento del Norte, del Sur, del Oriente y el Viento del Poniente, quienes vinieron en su ayuda. Éstos rápidamente se distribuyeron en los cuatro puntos cardinales, arrastrando hacia cada uno de ellos a los Primos Trueno. Una vez que los primos de Bezelao quedaron atrapados en cada uno de los rincones del juego de pelota y no pudieron moverse más, Flor de Luna nuevamente tomó la iniciativa del juego.

Bezelao se puso furioso, y decidido a anotar arrebató la pelota a Flor de Luna bajo la forma del Gran Rayo. Todos los presentes se quedaron pasmados viendo como el Gran Rayo que era Bezelao avanzaba a una velocidad vertiginosa con Venus hacia el aro. Pero Flor de Luna no se dejó amedrentar por esa transfiguración del dios, y decidida a impedir que éste anotara se detuvo justo abajo del aro esperando los movimientos de Bezelao, el cual con voz tronante, y en plan poco amigable le dijo a la princesa:

--¡Aléjate del aro, es inútil que trates de vencerme, no podrás niña ilusa, pues soy el Gran Rayo, cuya velocidad es muy grande para ti!

--¡Pues eso lo veremos!, fue la respuesta tajante de Flor de Luna.

Entonces el dios se estiró como rayo que era en ese momento, y tomando la pelota la dirigió hacia el aro: todo parecía indicar que anotaría, sobre todo cuando Flor de Luna cayó fulminada por la descarga de electricidad que recibió. Sin embargo, la pluma se soltó de las manos de la princesa, flotando y tocando al planeta Venus, que comenzó a moverse como un torbellino, provocando la aparición del Gran Huracán, el cual zarandeó a Bezelao como si fuera una hoja. El dios, furioso, estalló como el Supremo Volcán, y con su calor dispersó al Gran Huracán, quien con la tolvanera que provocó su extinción desvió la pelota hacia el aro, situación que aprovecho Bezelao para tomar a Venus en sus manos decidido a anotar.

En ese momento reaccionó Flor de Luna, quien nuevamente tomó la pluma de Quetzalcóatl, y lanzándola al aire la convirtió en lluvia tormentosa, logrando apagar al Supremo Volcán, quien no pudo lanzar la pelota hacia el aro.

--¡Ah!, fue el grito de asombro de la multitud.

--¡Bien hecho Flor de Luna!, fue el comentario de Donají.

--¡No puedo creerlo!, exclamó llena de asombro la Matlacihua.

--¿Así que tu estrategia de ataque deriva de la “investigación acción”?, exclamó aturdido el terrible dios recobrando su forma. Flor de Luna aprovechó el descontrol de Bezelao, y tomando al planeta Venus, efectuó un salto logrando anotar ante el asombro de todos los presentes:

--¡Bravo Flor de Luna!, fue el grito de Donají y José Pablo.

--¡No es posible!, se jalaba de los pelos la Matlacihua.

--¡No puedo creer que esto me esté sucediendo a mí!, exclamó el terrible dios, quien incrédulo se cubrió con su capa cuando el planeta Venus estalló en luces antes de regresar a su órbita, sin notar como el collar con la piedra oscura en forma de alacrán que pendía de su cuello se cayó, pues su atención estaba puesta en la contemplación de Donají y José Pablo, quienes seguidos de los niños mayas, se abalanzaban sobre Flor de Luna para levantarla y cargarla en hombros:

--¡Ganamos, ganamos!, ¡qué el amor te acompañe Flor de Luna!

--Si, ganamos, respondió Flor de Luna, agregando:

--Quiero decirles que en gran medida nuestro triunfo se lo debemos a Quetzalcóatl, pues cuando Bezelao estaba a punto de anotar, recordé las instrucciones que nuestro dios amigo nos entregó en el pergamino que nos dio, donde indica que si teníamos la necesidad de enfrentarnos con Bezelao pusiéramos mucha atención a la metodología de la “investigación-acción”, “estrategia” que podríamos utilizar, y eso hice...

--¿La “investigación-acción”, y la “estrategia”?, ¿qué son?, Donají y José Pablo interrumpieron momentáneamente a Flor de Luna, quien agregó:

--Según las instrucciones de Quetzalcóatl, la “investigación-acción” consiste en actuar con decisión y unidad para alcanzar un fin en el momento preciso; y una “estrategia” indica o sugiere como responder al problema, o como realizar el objetivo de un plan en un largo plazo. Con la Matlacihua, yo consideré como estrategia arrinconarla hacia la zona desde la cual podría contemplarse la imagen de Quetzalcóatl, pues en mi carrera descubrí la sombra de la serpiente emplumada proyectada por la luz de la luna cuando iluminaba las gradas de la pirámide. Cuando competí con Bezelao y confirmé que el dios utilizaría sus poderes, opté como estrategia lanzar al aire la pluma que me obsequió Quetzalcóatl, pues estaba segura que solo ésta podría contrarestar el poder del dios, comentó la princesa zapoteca, mientras nuevamente lanzaba al aire la pluma que le obsequiara Quetzalcóatl.

--Niños, observen como Bezelao y la Matlacihua emprenden la huída, interrumpió José Pablo.

--Es verdad, afirmó Donají.

--¡Bravo, que bueno que los malos se van!, aplaudieron los niños mayas, mientras todos miraban como Bezelao y sus fantasmas salían huyendo por todos lados cuando con verdadero terror vieron que la pluma que lanzara Flor de Luna se mantenía en el aire y descendía poco a poco.

--Por acá negrito, no te me pierdas, decía la Matlacihua, mientras jalaba de su capa a Bezelao, quien empezaba una alocada carrera.

--Ja, ja, todos rieron al ver el estado de terror que invadía a Bezelao, la Matlacihua y sus fantasmas durante su huída.


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