BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


EL TÚNEL MÁGICO DE LOS PARADIGMAS ….LA CIENCIA REGIONAL AL ALCANCE DE LOS JÓVENES

Andrés E. Miguel Velasco y otros



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CAPÍTULO 17. LA GUELAGUETZA DE LA ALEGRÍA

Emocionados, Flor de Luna, Donají, José Pablo y Xunaxi, flotando sobre Nube Blanca, llegaron hasta el Gran Sol Colibrí, quien se encontraba sumido en un profundo estado de melancolía, del que no lo podía sacar ni la propia Mama Luna-Maguey que en ese momento se encontraba tratando de reanimarlo. Fue Xunaxi la que ante ellos tomó la palabra diciéndoles, mientras les mostraba el collar de Bezelao:

--Nana Luna, Tata Sol, queremos darles una buena nueva: les traemos como regalo los colores que les devolverán su alegría. Se encuentran en esta piedra oscura, con la cual Bezelao, ayudado por la Matlacihua, logró apoderarse de los colores del mundo vivo, metiéndolos en ella. Ustedes saben que a esta piedra le bastará que Gran Sol Colibrí la toque para que desparrame sus colores, con los cuales recobrarán su vigor. Por favor, tómenla, recíbanla, y gracias por ayudarnos.

--Les agradecemos mucho lo que hacen por nosotros, fue el comentario del Gran Sol Colibrí con cansada voz.

--De verdad que estamos seguros que con esta piedra el Gran Sol Colibrí pronto recuperará su vigor, lo secundó Mama Luna.

--Por favor, acérquenla hasta mí, dijo el Gran Sol Colibrí, melancólico y opaco.

Todas las nubes y espíritus que allí se encontraban se acercaron, diciendo:

--¡Aleluya!, ¡Qué maravilloso es que esto esté ocurriendo aquí y ahora!, ¡Bravo niños, son ustedes unos verdaderos campeones!

Mama Luna-Maguey, quien se encontraba a la entrada de la mansión del Gran Sol Colibrí se les acercó y les dijo:

--Les suplico que me permitan ser yo quien entregue el collar de la piedra de los colores al Gran Sol Colibrí.

--¡Con mucho gusto!, fue la respuesta.

Mama Luna se acercó y depositó el collar de la piedra de colores en las manos del Gran Sol Colibrí. Todos contemplaron la cantidad de radiantes colores que se desprendieron de la piedra cuando éste la tocó:

--¡Bravo, maravilloso!, gritaron los presentes.

Inmediatamente todas las cosas recuperaron su color, especialmente Mama Luna-Maguey y las nubes que acompañaban a los niños y a Xunaxi:

--¡Qué hermoso es todo esto!, fue el breve comentario de los niños.

Pero ante la sorpresa de los presente, la brillante luz del lugar poco a poco comenzó a eclipsarse, convirtiendo nuevamente a todos en cuerpos opacos. El Gran Sol Colibrí se dirigió a Mama Luna diciéndole:

--No puedo mantener mi luz, me falta fuerza.

--Lo mismo me sucede a mí.

Desde donde se encontraba, Xunaxi, lanzó un grito preguntando:

--¡¿Qué sucede?!, ¿por qué nuestros tatas no pueden recuperar su vigor?.

Fue Mama Luna-Maguey la que respondió suplicando:

--Es que nos falta nuestra alegría. No basta el alimento que nos han dado los colores de la piedra que ustedes consiguieron, pues el tiempo que hemos permanecido sin alimento ha debilitado nuestro contento, llenándonos de melancolía. Para poder brillar verdaderamente necesitamos recuperar nuestra alegría, ¡por favor ayúdennos!.

--¿Y cómo podemos hacerlo?, intervino Donají.

--Recuerden algún suceso o algo que les despierte alegría, eso puede ayudarnos mucho...pues solamente nos queda el día de hoy para romper el maleficio de la melancolía. Si la noche llega y no hemos estado alegres, ya no podremos ayudar al mundo a recuperar su colorido, fue el comentario de Mama Luna, quien junto con el Gran Sol Colibrí decidió sumergirse en su melancolía.

--Ya oyeron a nuestros tatas, así que todos hagamos lo que sea posible por alegrarlos. ¡Vamos todos a cantar, a bailar, a tocar música!, animó a los presentes José Pablo.

--Es verdad lo que dice José Pablo, así que ¿quién quiere comenzar?, intervino Xunaxi.

Como nadie de los presentes se animaba ni a cantar ni a bailar, fue Donají la que intervino:

--Considero que debemos retomar las enseñanzas de Quetzalcóatl, es decir, nuevamente debemos elaborar un plan para enfrentar este difícil momento.

--¿Y en qué consiste tu plan?, la interrogó José Pablo.

--Pues en elaborar un “programa”, según lo indica el manuscrito que nos dejó Quetzalcóatl, respondió Flor de Luna.

--¿Un programa?, la interrogó José Pablo, quien agregó:

--Déjame leer tu pergamino para entender mejor tu propuesta.

--¿El pergamino...?, aquí debe estar....oh, no lo encuentro, respondió contrariada Flor de Luna.

--Dejen de momento ese pergamino, pues urge resolver el problema que tenemos enfrente, en algún lugar lo habrás dejado, intervino Donají.

--No tengo ni idea donde lo dejé, pero créanme, que cuando leí el pergamino entendí que un “programa” consiste en una serie de acciones que incluyen sus actividades, sus tiempos y responsables. Para que en este caso sea más efectivo el programa, cada uno de los participantes debe detallar su propio proyecto, y Quetzalcóalt nos decía que un “proyecto” es una actividad básica, es la guía de la realización de las actividades que nos permitirán alcanzar el objetivo propuesto. En este caso las acciones deben referirse a si los participantes cantarán, bailarán, aclarando el tiempo que durará su actuación, en fin...trató de concretar Flor de Luna.

--De acuerdo Flor de Luna, ¿pero que tiempo crees que nos tardemos en programar?....el tiempo transcurre de prisa, y mira, pueden ser miles los participantes, así que yo propongo que nos concretemos en algo mas práctico, objetó José Pablo.

--Estoy de acuerdo, secundó Donají a José Pablo.

--Niños, no peleen por esto, todos tienen en parte la razón, intervino Xunaxi.

--¿Pero entonces que haremos?, ¿nada?, inquirió un tanto desilusionada Flor de Luna.

--No precisamente, lo que yo les propongo es que si no podemos elaborar el “programa” completo, podemos actuar solamente con las acciones que nos permitan ejecutar el plan. En otras palabras, pongámonos rápidamente de acuerdo. Propongan un conjunto de cosas que les hayan causado una verdadera alegría, y que rápidamente las repitamos ahora, aclaró Xunaxi.

--Ya lo tengo, irrumpieron emocionados Donají y José Pablo.

--Y yo, no se quedó atrás Flor de Luna.

--¡Es la “guelaguetza”!, dijeron al unísono todos, incluyendo Xunaxi.

--Pues manos a la obra, organicemos una guelaguetza para nuestro Gran Sol Colibrí y Mama Luna-Maguey, intervino Nube Blanca quien atenta había seguido la breve discusión.

Así que rápidamente juntaron a los presentes, organizándolos para facilitar su cooperación. Minutos después se dirigieron a los astros diciéndoles:

--¡Gran Sol Colibrí, Mama Luna-Maguey!, en este momento queremos ofrendarles esta “guelaguetza”, la cual se las entregamos con el corazón.

Así que allá en el cielo, inmediatamente comenzó la fiesta de la “guelaguetza”, a través del desfile de los músicos y bailarines. Inició con un desfile de chirimías, después siguieron jarabes, sones y danzas de los habitantes de todas las regiones allí presentes, provocando una gran algarabía entre los presentes, incluyendo a los astros, que poco a poco comenzaron a animarse más y más.

Cuando en el improvisado escenario se escucharon algunos versos picarescos, Tata Sol Colibrí y Nana Luna comenzaron a sonreír, y más adelante, cuando se juntaron mujeres con huipiles de colores danzando alegremente, los astros comenzaron a aplaudir de manera espontánea. Lo mismo sucedió cuando los propios habitantes de Tilantongo presentaron su “jarabe mixteco”. Posteriormente, cuando varios danzantes con grandes penachos de plumas danzaban festejando con elegantes saltos la “danza de la pluma”, ambos astros comenzaron a palmear. Finalmente todos los bailarines se juntaron en un alegre jarabe para culminar su guelaguetza. Entonces el escenario se llenó de una brillante luz que volvió a reproducir los colores del universo: ¡la guelaguetza había devuelto al Gran Sol Colibrí y Mama Luna su alegría, y a través de ellos su alegre colorido al mundo!.

--Madre, que hermoso es lo que ha sucedido, afirmó llena de emoción Flor de Luna.

--Efectivamente, porque la guelaguetza ofrendada verdaderamente ha nacido del corazón, le respondió Xunaxi.

--Sintiendo lo que siento ahora, yo quisiera preguntar con todas mis fuerzas: acaso de los acasos, ocaso de todos los casos, no llegues nunca mañana, pues no quiero que interrumpas el gozo que tengo, dijo emocionada Donají.

--¡Que hermoso!, exclamó Xunaxi, quien con el dedo índice en sus labios pidió a los niños guardar silencio. Era con la intención de escuchar un coro de nubes que decía:

--En la dialéctica de la vida, mientras somos materia nos acompaña el sufrimiento, pero en los momentos cuando el dolor no existe más decimos que en verdad todo cambia en la Tierra: el arco iris se desvanece y la roja flor fenece. El pájaro de colorido plumaje pierde su algarabía, y la noche sin ambages viene a sustituir al día. Los hijos alguna vez se irán, y en un triste momento los esposos se separarán. Pero aparte del cambio que nunca cambia, también hay algo más que nunca cambia aun en el mundo material: es la presencia del amigo amor, que es eterno, celestial, y que aun no podemos comprender con ninguna Metodología de ninguna Ciencia.

La Madre y los tres niños se fundieron en un abrazo. Después de este dulce contacto, Xunaxi murmuró a los niños en voz baja:

--Recuerden niños que el vivir representa la posibilidad más grande que tenemos de trascender, y como acabamos de escuchar, la Metodología de la Ciencia puede ser una gran herramienta para lograrlo...Por eso ya es hora de partir.

--¿Y cómo lo haremos?, preguntó José Pablo.

--No sé, fue el comentario de Xunaxi.

--Lo tengo, dijo Flor de Luna, quien estaba a punto de responder cuando de pronto escucharon una cavernosa y burlona voz que les dijo:

--Si pensaban que la “Metodología de la Planificación” era suficiente para derrotarnos, se han equivocado, ja, ja, ja: era Bezelao, quien acompañado de la Matlacihua apareció con su ejército de fantasmas oscuros rodeando a los viajeros.

--¡No puede ser!, se escuchó el comentario de Donají antes de ser arrebatada bruscamente, junto con José Pablo, Flor de Luna y Xunaxi.


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