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EL IMPACTO DE LA CARRERA DE ECONOMÍA DE LA BUAP EN EL MERCADO LABORAL: LA VISIÓN DE LOS EGRESADOS DE LA GENERACIÓN 1995-2000

Miguel Ángel Aguilar Aguilar


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1.3 El Mercado de Trabajo a nivel local

1.3.1 El Mercado de Trabajo en el Estado de Puebla

El Estado de Puebla goza de una ubicación estratégica que data desde la Colonia, al encontrarse en la línea de comunicación y distribución de productos, siendo la puerta de acceso comercial de Europa. “Hacia finales del siglo XX la concentración de población y de capitales se distribuyó a lo largo de la autopista México-Puebla-Veracruz y Puebla-Oaxaca. Esta zona es la que se conoce como “franja de desarrollo” y divide al estado en tres áreas; una, constituida por los municipios que se asientan a lo largo de dicha franja, otra al norte y una más al sur del estado; estas dos últimas, comparten un desarrollo menor, no sólo en lo económico, sino en cuanto a beneficios sociales en general” (Campos, 2002, Cáp.5, 115).

Ante esta situación, podemos decir que aquellas zonas donde se concentra la actividad productiva se benefician de una derrama económica y generación de empleos, mientras que en las otras que carecen de una actividad productiva –principalmente el sur del Estado- carecen por lo tanto de una derrama económica y generación de empleos. El comportamiento poblacional de la entidad se ve representado en el Cuadro 5, en donde se puede observar el crecimiento de la población desde los años 30, teniendo un crecimiento moderado hasta el año de 1970, a partir de dicho año se observa un fuerte crecimiento de la población poblana, alcanzando para el año 2005, 5,383,133 habitantes. Sin embargo, su participación en el total nacional ha disminuido, es decir, el crecimiento de la entidad ha sido más moderado en comparación del crecimiento poblacional a nivel nacional. Se observa un comportamiento sin cambios importantes en lo referente a la población según sexo, disminuyendo un punto porcentual para el caso de los hombres, mismo que se incorpora en el crecimiento de las mujeres.

En lo que respecta a la población ocupada (Ver Cuadro 6) se observa un pequeño crecimiento durante el año de 2005, teniendo un incremento de 18, 767 de personal ocupado, disminuyendo para el primer trimestre de 2006; sin embargo, para los siguientes trimestres se observa un incremento considerable. A partir del primer trimestre de 2006 hasta el primer trimestre de 2007, la población ocupada se incrementará pasando de 760, 441 a 809 704 de personal ocupado. Dentro de este crecimiento se observa también según el sexo, un incremento mayor del personal ocupado femenil. Para el primer trimestre de 2005 la población ocupada femenil conformaba el 39.09% del total, mientras que la parte varonil conformaba el 60.96%. Si observamos la situación durante el mismo trimestre pero del año 2006, la relación es 40.82% de mujeres y 59.17% de hombres con respecto del total del mismo trimestre, es decir, en término de un año no presentan una variación importante con respecto a la población ocupada según sexo, cifra que se repite para el siguiente año.

Ahora bien, en lo que respecta a la población desocupada (Ver cuadro 7) encontramos para el primer trimestre de 2005, la cantidad de 72, 581, disminuyendo para el siguiente trimestre (62,053); sin embargo, para el siguiente trimestre se observa cómo crece nuevamente la población desocupada, misma que alcanzo su punto más alto en el primer trimestre de 2006, disminuyendo para el siguiente año. Dicho comportamiento parece repetirse cada primer trimestre de cada año, puesto que para el primer trimestre de 2007 se observa nuevamente un crecimiento de la población ocupada, pero sin alcanzar los niveles del primer trimestre de 2006. En lo que respecta a la población desocupada según sexo, encontramos que para el primer trimestre de 2005, existe una mayor población desocupada de hombres que de mujeres, 58.14% y 41.86% del total de Puebla respectivamente. Sin embargo, si observamos los datos del primer trimestre podemos decir que la población desocupada en la entidad, con respecto a las mujeres se ha incrementado en 4.55%. “Observando la estructura de la planta productiva en la región, podemos reconocer las áreas de concentración más importantes, que están restringidas a tan sólo tres divisiones industriales: alimentos y bebidas; textiles y del vestido, y productos metálicos, maquinaria y equipo” (Campos, 2002, Cáp.5, 118).

Las dos primeras (alimentos y bebidas; textiles y del vestido) se pueden considerar de tipo tradicional, mientras que la última (productos metálicos, maquinaria y equipo) se puede considerar “moderna”. Sin embargo, considerando los encadenamientos productivos que pueden generar dichos sectores, podemos afirmar que mientras las dos primeras netamente tradicionales en la región tienen mayor potencialidad para el encadenamiento productivo, la última contribuye muy poco. Lo anterior se ve reflejado en el comportamiento del mercado de trabajo en el estado, puesto que en la medida que el sector de productos metálicos, maquinaría y equipo crece mayormente que los demás sectores productivos, se convierte en un determinante del mercado de trabajo.

De acuerdo a Campos (2002), podemos resumir de manera general las características del mercado de trabajo en Puebla:

• Alta concentración a lo largo de la franja de desarrollo. Este fenómeno limita la demanda de fuerza de trabajo en los sectores formales de la economía, a un espacio geográfico muy restringido

• Fraccionamiento del mercado laboral en tres grandes regiones: la franja de desarrollo, la zona norte y la Mixteca del sur.

• Atomización de la planta productiva. Este fenómeno, si bien es una válvula de escape que alivia la presión de crecimiento del desempleo abierto, en general propicia y difunde ambientes informales de trabajo, en los cuales imperan los bajos salarios, los empleos sin retribución, la inexistencia de prestaciones, etc.

• Emergencia de ramas productivas modernas, vinculadas al sector externo tanto en el lado de las exportaciones como en el de las importaciones de bienes intermedios, lo cual no sólo plantea una peligrosa dependencia económica y tecnológica, sino que impide la estructuración de cadenas productivas entre empresas locales que, de existir, incrementarían la demanda de trabajadores y darían una mayor estabilidad.

En el desarrollo de este capítulo, hemos abordado el mercado de trabajo desde tres dimensiones: mundial, nacional y local; con la idea principal de observar el comportamiento del mercado de trabajo tanto a nivel macro como a nivel micro. Lo cual nos permite tener presente qué es lo que está pasando a nivel mundial y nacional, para poder abordar de manera más clara el comportamiento del mercado de trabajo en el Estado de Puebla. Para el caso de la dimensión mundial existen al respecto tres organismos internacionales que tratan el tema; la OIT, la CEPAL y el Banco Mundial.

En lo que se refiere al organismo (OIT), tenemos que de acuerdo a los esfuerzos del mismo por reducir la pobreza en el mundo y alcanzar la paz social, promueve ciertas recomendaciones que tienen que ver con el trabajo digno, este último considerado como uno de los mecanismos que permitan reducir la pobreza y la paz social. A través del crecimiento económico de las naciones, que generan nuevos puestos de trabajo, dignos y bien remunerados. Lo que implica en último término, ingresos para las familias de los trabajadores, lo cual ayuda a reducir la pobreza y mejora la calidad de vida de las familias. En este sentido, la OIT observa que durante el año 2006 existe un fuerte crecimiento del PIB mundial, que ayuda a estabilizar el mercado de trabajo, manteniéndose la tendencia mundial de desempleo; en este sentido el crecimiento del PIB mundial no se traduce en una disminución del desempleo, y por lo tanto en una reducción de la pobreza. En lo que se refiere al desempleo juvenil, que representa a quienes tienen mayor dificultad para incorporarse al mercado de trabajo, llegan a las siguientes conclusiones:

— El número de jóvenes desempleados de entre 15 y 24 años aumentó de 74 millones en 1995 a 85 millones en 2005. Tan sólo una región registró una disminución: las economías desarrolladas y la Unión Europea. En todas las demás regiones el desempleo de los jóvenes permaneció constante o aumentó.

— Más de 300 millones de jóvenes eran trabajadores pobres en 2006, es decir, vivían por debajo de la línea de pobreza de 2 dólares de los Estados Unidos diarios por persona. Esto significa que uno de cada cuatro jóvenes en el mundo es hoy en día un joven trabajador pobre.

— Un tercer grupo de jóvenes vulnerables es el que componen aquellos que no forman parte de la fuerza laboral (no trabajan) o que no estudian. En el informe se les designa como los jóvenes desalentados: están inactivos porque no ven la utilidad de buscar un empleo debido al número limitado de puestos vacantes. En el informe se estima que por lo menos 20 millones de jóvenes en todo el mundo han dejado del todo de buscar un empleo.

En los países en desarrollo y especialmente en América Latina, el desempleo ha tomado una dimensión más seria en comparación de los países desarrollados. Como consecuencia de lo anterior, encontramos un crecimiento del trabajo informal en donde quedan fuera las prestaciones y la seguridad social, aunado a bajos salarios y trabajo precario.

Para el caso de la CEPAL, se observa que a partir de la crisis de la década de los años ochenta, el desempleo creció, así como también el trabajo precario e informal, como consecuencia por una parte de la crisis, que implicó el cierre de fuentes de empleo importantes, mientras que por otro lado, ante la instauración del proceso de globalización en la década de los noventa, los puestos de trabajo generados requieren cada vez más de nuevas habilidades y destrezas por parte de los trabajadores. En este contexto, Tokman (2006) considera cuatro procesos a destacar: la privatización de las empresas nacionales, la terciarización de la economía, la informalización y la precarización. Estos cuatro procesos intervienen en el comportamiento del mercado de trabajo en el nuevo escenario de la economía mundial, lo cual ha implicado, una reducción del empleo formal y bien remunerado, creciendo de manera casi paralela el trabajo informal y precario, principalmente en lo que se refiere a los países en desarrollo.

Por otro lado, el Banco Mundial resalta el crecimiento de la economía mundial durante el año 2006, como consecuencia del incremento del comercio mundial. En este contexto, resaltan el importante papel que juegan los países en desarrollo, los cuales se han ido incorporado al comercio mundial, vía los diferentes tratados comerciales. El banco Mundial considera que los países que logren incorporarse al comercio mundial, implicaría tener un crecimiento de la economía, y por consiguiente el aumento de la producción nacional, lo cual se traduciría en un aumento del empleo. Sin embargo, como bien lo menciona el Banco Mundial, los beneficios de la incorporación al mercado mundial, han sido desiguales para los países, aunado a una fuerte presión para el mercado de trabajo, en la medida que las economías compiten a escala mundial, y en donde precisamente algunas naciones cuentan con mejores ventajas comparativas con relación a otras.

En el caso nacional, tenemos que a partir de la crisis de 1982, México debe hacer un ajuste económico a través de un cambio estructural de la economía mexicana, lo cual se traduce en el cambio de “Modelo Económico de Sustitución de Importaciones” hacia el “Modelo Exportador”, mismo que implica la entrada de las empresas nacionales al mercado internacional, en un contexto de competencia mundial, en circunstancias de desigualdad. Bajo este escenario, tenemos también, los elementos tratados en el apartado anterior –privatización de las empresas nacionales, terciarización de la economía, trabajo informal y precario-. Queda así demostrado que en la medida en que se consolida el proceso de globalización, también los problemas se globalizan. Aunado a lo anterior, para el caso nacional existen otros elementos que intervienen en el comportamiento del mercado de trabajo. Encontramos un fuerte crecimiento demográfico, en comparación del crecimiento económico, es decir, el crecimiento de la población en edad de trabajar, la incorporación cada vez más de la fuerza femenil y el desigual crecimiento regional del empleo formal que crece a un ritmo mayor en comparación del moderado crecimiento del sector productivo, lo que incide de manera negativa en el mercado de trabajo nacional.

Todos estos elementos van a estar presentes en el comportamiento del mercado de trabajo en el Estado de Puebla, junto con los problemas que ya hemos mencionado líneas arriba. Por lo anterior y de acuerdo a Campos (2002), podemos resumir de manera general las características del mercado de trabajo en Puebla:

• Alta concentración a lo largo de la franja de desarrollo. Este fenómeno limita la demanda de fuerza de trabajo en los sectores formales de la economía, a un espacio geográfico muy restringido

• Fraccionamiento del mercado laboral en tres grandes regiones: la franja de desarrollo, la zona norte y la Mixteca del sur.

• Atomización de la planta productiva. Este fenómeno, si bien es una válvula de escape que alivia la presión de crecimiento del desempleo abierto, en general propicia y difunde ambientes informales de trabajo en los cuales imperan los bajos salarios, los empleos sin retribución, la inexistencia de prestaciones, etc.

• Emergencia de ramas productivas modernas, vinculadas al sector externo tanto en el lado de las exportaciones como en el de las importaciones de bienes intermedios, lo cual no sólo plantea una peligrosa dependencia económica y tecnológica, sino que impide la estructuración de cadenas productivas entre empresas locales que, de existir, incrementarían la demanda de trabajadores y darían una mayor estabilidad.

En este sentido podemos observar que los tres organismos internacionales aquí tratados, señalan que los beneficios del proceso de globalización y apertura comercial, han sido desiguales. En este sentido resaltan los problemas que aquejan principalmente a los países en desarrollo, quienes ante la embestida de los países desarrollados, su incorporación al mercado mundial si bien se ha traducido en un crecimiento de la economía nacional, esto no se ha reflejado en un incremento del empleo formal y bien remunerado, lo que en última instancia se convertiría en una disminución de la pobreza, que aqueja a dichas naciones y que va en ascenso, en la medida que se incrementa el trabajo informal y precario. Todo lo anterior significa que, en la medida que los países se incorporen al mercado mundial y por consiguiente tengan un crecimiento económico, no representa que el mercado de trabajo se equilibre, sino más bien, en la medida en que dicha incorporación se consolide, se genera una dependencia comercial y tecnológica, que afecta el comportamiento del mercado de trabajo. Bajo este panorama las empresas tienden a reducir los salarios como mecanismo principal para poder enfrentar la competencia mundial, lo cual se traduce en un crecimiento moderado del empleo formal, pero con bajos salarios, dando como consecuencia el incremento del trabajo informal y de la pobreza, principalmente en los países en desarrollo, tal es el caso de México y especialmente en el Estado de Puebla.

Marco Teórico

No existe una definición específica sobre impacto de la educación: la medición del mismo resulta todavía mucho más difícil, si consideramos que es delicado delimitar los efectos de la educación, tanto inmediatos, como a largo plazo. En este sentido, se propone hacer una revisión sobre los diferentes conceptos que existen sobre “impacto de la educación”, y poder enmarcarlo a nuestro trabajo de investigación, es decir, señalar el impacto de la educación con respecto al mercado de trabajo. Es por lo anterior, que retomaremos algunas de las definiciones que presentamos a continuación, que nos permitan primeramente tener una idea más clara sobre el concepto y conocer cuáles han sido los trabajos con respecto al mismo. Bajo esta idea, presentaremos primeramente qué es la evaluación educativa, pues en la medida que tengamos claro este concepto, podemos adentrarnos al de evaluación del impacto, considerando que este último se encuentra inmerso en el proceso de evaluación educativa.

Reconociendo la importancia de la educación principalmente de la educación superior en su función formadora de los nuevos cuadros de la fuerza de trabajo profesional, se hace necesario presentar las teorías principales que resaltan la importancia de la relación educación-trabajo. Teniendo en cuenta que el proceso de enseñanza-aprendizaje realizado dentro de la universidad, se refiere básicamente al mejoramiento (transmisión) del conocimiento para los alumnos, es decir, una de las funciones de la universidad es capacitar al futuro profesional destinado a cubrir ciertas necesidades concretas del contexto socio económico del país, a través de su incorporación al mercado de trabajo, esperando que el futuro profesionista que egrese de la institución, se desarrolle debidamente, y en su justa medida sea útil y productivo para la sociedad. En este sentido se presenta a continuación un breve análisis de la Teoría de Capital Humano, así como también algunas teorías alternativas del capital humano, y por último, lo que dicen algunos organismos acerca de la importancia que adquiere la educación en el contexto de globalización, en la nueva sociedad de la información y el conocimiento.


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