1.3. Consideraciones teóricas acerca del vínculo universidad-sector productivo.

La llamada “Era del conocimiento”, fruto y sostén del mundo globalizado, con sus impetuosas transformaciones tecnológicas y organizacionales, instantáneo y enlazado por redes, gracias a las infotelecomunicaciones, exige una alta preparación profesional, una instrucción continua y el desarrollo de nuevas formas de vinculación entre las universidades, instituciones de investigación-producción y el tejido empresarial a escala nacional e internacional (Castro Díaz-Balart, 2003).

Dirigidos esencialmente a incentivar y promover la innovación y facilitar la transferencia de tecnología desde los centros de altos estudios a sectores económicos empresariales, existen los denominados Parques Científicos y Tecnológicos, también conocidos como Research, Science, Technology Parks o Technopole, uno de cuyos elementos distintivos lo constituye el vínculo universidad-sector productivo (Ondátegui, 2001; Castro Díaz-Balart, 2003).

La idea de vincular al sector académico y al productivo en forma mutuamente beneficiosa, en un Parque Científico, surge a mediados de la década del 50 en Estados Unidos y pretendía objetivos como el de sacar provecho de la capacidad científica de la universidades como variable importante en la concepción de actividades económicas novedosas, conquistar ingresos adicionales por parte de las universidades y atraer centros de Investigación y Desarrollo (I+D) de grandes empresas (Castro Díaz-Balart, 2003).

Parques surgidos a la sazón, como el de Silicon Valley, en California, la Route 128 en Massachussets, el Research Triangle Park, en Carolina del Norte, y el University City Science Park de Filadelfia constituyen referencia obligada para otros esfuerzos que en este sentido se realizan actualmente (Ondátegui, 2001).

Las universidades del siglo XXI operan en un entorno abierto, donde está creciendo la competición en los ámbitos de la creación, adquisición y transferencias de conocimientos a través del desarrollo de actividades de formación, de investigación y el establecimiento de sinergias competitivas con empresas de base tecnológica (Sheifler, 1994 citado por Castro-Díaz-Balart, 2003).

En la actualidad existen experiencias exitosas en varias regiones del mundo, fundamentalmente en Europa, Estados Unidos y Asia. En la región asiática sobresalen el Corredor y Parque Tecnológico de Singapur, el Parque Científico de Alta Tecnología de Zhongguancun en China y el Súper Corredor Multimedia y Universidad Multimedia de Malasia.