BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


NUESTRA FILOSOFÍA DEBIDA

Andrés A. Correa



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LA REALIDAD COMO ÚNICA VERDAD

¿ quiénes son los irresponsables que en las circunstancias reales de nuestras instituciones nos hacen creer que el Objetivo Institucional es superior a los objetivos de cada uno de nosotros?

¿quiénes son los irresponsables que mantuvieron esta escisión ( corte-separación) de intereses y la disfrazaron de “conflicto natural en las instituciones” ?

Fueron justamente los “Juan Perez”. ¿quiénes Juanes Perez? Los que realmente “negociaron” su identidad individual vendiendo su alma a la institución a costa de nuestra identidad.

Cuando realmente existe conflicto intra institucional su resultado es la negociación y el acuerdo donde las dos partes ganan. Pero si eso no sucede, entonces no estamos ante un conflicto sino ante una “escisión de intereses”, los de la institución y los nuestros , enfrentados. Una franca guerra en la que uno de los dos muere. Los que generalmente siguen vivos son los que hicieron de nuestras instituciones nada menos que la prolongación de sus propias existencias individuales. Son los que “eternamente se adueñan de nuestras instituciones”. ¿quiere ejemplos?. Sobran. Qué pasa con nuestros partidos políticos, con las Empresas instaladas en nuestro país, con nuestros Organismos Públicos, con nuestra Iglesia Católica , con nuestros Medios de Comunicación, con nuestros Clubes de Futbol,etc.etc.?

Los Objetivos y Fines de esas instituciones son los intereses de sus dueños . Ellos los ponen y los modifican según sus deseos, son realmente personas realizadas como individuos. Son felices. Nacen en ellas, se reproducen y mueren en ellas. Todo a costa de nuestras individualidades.

Resulta una mentira técnica y filosófica esa “división de poderes” en la que nos han embaucado durante siglos.

Yo quiero ser la institución y nó a la inversa.

Por lo tanto tengo que estar Yo en los Objetivos de ella, al igual que ellos, antes de que se diluya por completo mi Deseo de pertenecer a ellas.

Se acabó con eso de reducir mi interés individual por darle lugar al “Interés institucional”.

No existe tal conflicto.

Nunca existió.

Las instituciones humanas siempre estuvieron sostenidas por el deseo e interés de uno o muchos individuos según su dimensión y acuerdo institucional.

Esos intereses y deseos anidaron en lo que luego se definieron como Objetivos o Fines de esa institución.

Los “chantas” ávidos del Poder generado por su gente, la fueron desplazando de ese poder desear, poder conocer, poder crear, poder decidir y poder hacer en lo que eran nuestras instituciones. Y nos recluyeron al poder hacer sin desear tanto, hacer sin saber tanto, hacer sin opinar tanto, hacer sin decidir tanto . Y hoy damos las gracias cuando nos dejan hacer algo en una de ellas. Lo vivimos como si eso fuese la estructura normal de las instituciones.

Por eso hoy somos millones los argentinos que estamos casi vacíos de identidad propia.

Fuimos devorados por nuestras propias instituciones.

Es un error defender nuestras instituciones tal cual son ahora. Si alguien insiste en ello hay que ver qué lugar ocupa en ellas, y entonces entenderemos quien nos está hablando ( seguramente uno de sus dueños ).

Nuestras instituciones tal cual están diseñadas y administradas , reproducen aquel arquetipo de argentino que en un tiempo atrás las arrebató para saciarse solamente a si mismo. ( las épocas signadas por el golpismo, sea de estado, como económico, religioso, político o sindical).

Están ocupadas por los mismos argentinos que entienden mas de centralizar el Poder ( la esencia del argentino golpista) que de democratizarlo. Estos argentinos fueron formados , egresaron y fueron acreditados por esas mismas instituciones porque fueron capaces de asimilar ese sentir ,pensar y hacer .

Asi que la solución no la busquemos en esos argentinos. Son los más incapaces al respecto.

El lugar más fértil para que germine la responsabilidad de participar en el uso democratizado del poder institucional, es el lugar de la gente, donde impera el Sentido Común.

Somos millones de individualidades argentinas que si bien somos cautivas de la dependencia porque estamos cercados por la Institución, aún tenemos casi virgen nuestro “Deseo” . Simplemente por falta de uso.

Lo que nos hicieron creer como lo más profano, es decir nuestro Deseo, es lo que más nos ayudará a salvar nuestra identidad individual dentro de nuestras instituciones.

Avanzar con nuestros deseos sobre los objetivos institucionales sería una consigna importante para empezar. No temamos cuando nos digan que de esa manera destruiremos prácticamente a las instituciones. O que se convertirá en el reinado de la anarquía porque cada uno”hará la suya”. O que será “la Dictadura del proletariado” (Marx ya esta muerto y enterrado). O que eso sería irracional e inoperante porque “subimos” todos a donde siempre hubieron unos pocos por cuestiones de organización. Son todas mentiras. ¿quién dijo que la única forma de organización el la pirámide?

Si hay lago en qué creer, es en nosotros mismos. Ya que hemos creído tantos siglos en nuestras instituciones piramidales y soportamos sus consecuencias nefastas, esta vez practiquemos la Fe pero hacia otra dirección. Hacia nosotros.

Hacia el Deseo de participar en los lugares donde uno se entera de lo que nunca se pudo enterar, en el lugar donde uno opina sobre lo que nunca pudo opinar y en el lugar donde uno también decide sobre lo que nunca pudo decidir. Allí, donde podamos hacer realidad un nuevo reparto de tareas y también de beneficios.

Llegar al lugar donde realmente podamos cortar de cuajo esos privilegios que nos causan tanta bronca y angustia porque los sentimos como inmorales e injustos.

Es angustiante ver cómo millones de individualidades argentinas se van muriendo bajo la insistencia de la dependencia fomentada por nuestras instituciones.

Si se nos muere la identidad del pueblo argentino en plena “democracia” entonces esta democracia no sirve.

¿ algún dia nos daremos cuenta de este nuevo genocidio? ¿qué estamos haciendo con nuestras jóvenes generaciones? ¿ No hay al menos un solo sociólogo, un solo psicólogo, un solo dirigente político o sindical, un solo cura, un solo padre de familia, que al menos por amor a si mismo y a sus hijos, diga: “sí, yo me sumo a lo que haya que hacer para sacudirlas antes de que termine por matar nuestras ganas de desear ”

¿no lo hay?

Pues entonces ¡defendamos a estas instituciones”!

Todos los que estamos dentro de ellas de alguna manera somos mas o menos cómplices de este engaño.

Que me digan los millones de militantes que obedecieron siempre ese mandato , y defendieron a su partido o su sindicato años tras año, ¿cómo les está yendo?

Lo que lograron es que sigan en la punta de la pirámide los mismos de siempre y a ellos los siguen llamando para seguir mintiéndole a la gente de la base, que esta vez si todo va a cambiar.

Que me digan los profesionales y empleados de las empresas privadas y organismos públicos ( incluyendo la salud y la educación) que creen que ellos también son dueños de la Institución y que la deben cuidar como propia, ¿ cómo les está yendo? En la realidad siguen siendo simples empleados con cada dia menos estabilidad laboral, más stresados por las presiones para adaptarse a las nuevas exigencias de la competitividad y la demanda de servicios ; y encima deben dar las gracias a los que están encima de él en la pirámide Organizacional porque aún les dan trabajo.

¡Que significa entonces eso de “defendamos nuestras instituciones?

¿de quién hay que defenderlas ? De nosotros mismos?

¿cómo vamos a defender a quien nos está matando dia a dia?

La existencia individual argentina es incompatible con la existencia institucional argentina. .

Dramático pero cierto.

¿por qué digo esto? Porque hablo de nuestra realidad, de la institución que está aquí. Del Poder Ejecutivo, del Poder Legislativo, del Poder Judicial de mi provincia y los de mi país; de mi partido Justicialista, del Radical, del Socialista, de Sindicato argentino con mis dirigentes atados al sillón; de la Clínica privada de mi ciudad y sus médicos “empleados”; del Club Social y Deportivo de mi ciudad y su presidente que quiere ser concejal; de la Junta vecinal de mi barrio; de mi parroquia que depende de mi diócesis que depende del Arzobispado que depende del Vaticano.

¿quiénes son lo que mas se salvan en nuestras instituciones? Sus dueños. ¿ y quienes son sus dueños? Ya lo dije: Los que ocupan los puestos mas cercanos a la punta de su pirámide.

Ellos pueden cambiar o modificar los Fines y Objetivos Institucionales a su antojo, por más Asamblea General que se haga internamente para conseguir el aval.

Todo lo que se hace dentro de nuestras pirámides es “teatro”. Creemos que estamos participando, pero en realidad le hacemos el juego a los intereses previamente acordados de los dueños de nuestras instituciones.

¿ cuántas instituciones conoce usted que no tengan dueños? Ciertamente pocas o ninguna. Y con esto no vamos a justificar que “hay que defender nuestras instituciones”. Por lo menos no seamos tan estúpidos de creer que tenemos que defenderlas. Al menos propongámonos sacudirlas un poco, como si fuese un arbolito de navidad, para ver si todo lo que hay en la punta de arriba, comienza a caer y sepamos que gusto tiene realmente el poder de decidir por nosotros mismos, repartir tanto las ganancias como las responsabilidades reales de su gestión interna. Eso ya sería un comienzo de democratización.


 

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