BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


NUESTRA FILOSOFÍA DEBIDA

Andrés A. Correa



Esta página muestra parte del texto pero sin formato.

Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (206 páginas, 673 kb) pulsando aquí

 

 

AQUI TODOS SOMOS IMPRESCINDIBLES

Ante el tramposo discurso intra institucional que suele pregonarse: “aquí nadie es imprescindible”, debemos oponer el verdadero criterio de verdad: “aquí todos somos imprescindibles”.

Las instituciones son de “carne y hueso”. Este contenido humano le perteneció una vez a los individuos que fuimos, antes de decidimos pertenecer a ellas. Y ese costo no hay que olvidarlo.

Tan es así que las instituciones pueden soportar la sustitución de sus fines y objetivos, de sus estructuras internas, pueden ser privadas de su logística , de su presupuesto, de su reconocimiento legal, pero nunca desaparecerán por completo mientras no sean despojadas de su gente. Es decir, de materia humana, no de seres humanos. Cuando ello ocurra, entonces desaparecería la institución.

Mientras la institución actual, pueda retener tan solo a uno de sus individuos (hecho por ella) , cuenta con las entrañas suficientes para alimentarse, sobrevivir, volver a reproducirse a si misma y crecer.

Resulta sugerente cuando decimos: ... “ Fulano de tal es toda una institución”..., o por el contrario:...“esa institución es solo un sello, no existe, es puro papel, porque no tiene a nadie”....

Nosotros, los individuos argentinos somos los imprescindibles, por más que en la propia institución escuchemos con frecuencia: “aquí nadie es imprescindible” haciendo incapié en la función y no en la persona.. Esta es otra de las mentiras de los dueños de las instituciones: darle superpoderes a las funciones. Las valoramos de tal modo que ellas llegan a seccionar a los individuos que caen dentro de sus garras(y luego se lo comen)

La institución , tal cual es hoy aquí, en mi pais, necesita este tipo de sangre argentina para sobrevivir. Y lo hace a modo de holocausto.

Sacrifica ritualmente al individuo que cree en ella, al mejor estilo pagano.

Le absorbe poco a poco toda su identidad individual. Lo vacía de él y lo habita de ella.

Los argentinos institucionalizados somos muertos en vida. Somos la morada de las instituciones.

Ellas habitan en nosotros como un gran parásito . Se alimentan de cada uno de nosotros.

El mayor impacto se puede percibir en nuestras instituciones educativas. Cada vez mas violentas contra la autonomía individual, la identidad del ser humano, la creatividad, la sociabilidad, y el acceso al conocimiento. Un corporativismo docente sin límites , avanza sobre nuestras nuevas generaciones. La intención de nuestra institución “educativa” no es ayudar a aprender al individuo sino mantenerlos dentro de ella todo el tiempo posible. Atraparlo, no dejarlo ir.

Todo lo que sucede dentro de la institución, sucede porque ella lo permite. Nunca va a tolerar que dentro de ella, germine y se desarrolle algo que no sea ella misma. La posibilidad de que Uno Mismo se desarrolle como tal dentro de ella (es decir: ser una identidad autónoma de ella) se convertiría en una amenaza contra la actual identidad institucional. Inmediatamente ese “gérmen” de autonomía individual es rodeado por millones de glóbulos blancos. La fagocitan o la expulsan.

Para desgracia de los especialistas en desarrollo de recursos humanos (exceptuando a los que ya lo saben y lo hacen conscientemente), debo afirmar que cuando dentro de una institución (empresarial, religiosa, politica, familiar) hablamos de participación (en las decisiones, procesos o ganancias) y de “sentido de pertenencia”, o de “desarrollo y autonomía de las personas”, etc. , siempre estamos simulando como si, pues estamos “actuando” en el mismo vientre de la institución que nos parió. Nunca del Uno Mismo tan mentado, por mas que nos proclamemos autónomos dentro de ellas.

Para desgracia de los seguidores de la Doctrina Justicialista por ejemplo, debo afirmar que el apotegma político que dice: “nadie se realiza en una Comunidad que no se realiza”, hoy carece de aplicabilidad en nuestro país. Nuestras actuales instituciones lo impiden.. Aquí en Argentina la institución se realiza sin que se realicen sus individuos. Y si la Comunidad Organizada también es una Institución, entonces estamos fritos con este principio doctrinario.

Ellas necesitan y pueden neutralizar nuestra autonomía individual dia a dia, año a año, para poder instalarse completamente en nuestro espacio existencial y así garantizar su permanencia y crecimiento.

Asi como también la Iglesia Católica hace de sus 4 evangelios uso y abuso según sus circunstancias históricas e interés institucional, asi también nuestra dirigencia política y sindical lo hace con su Partido, con su Carta Orgánica y normas constitucionales.

Asi también lo hacen nuestros empresarios y gerentes argentinos con los Estructuras organizativas y Funcionales , con sus Estatutos y Reglamentos internos ya sean de productos, servicios y/o consumo.

Al mirar sin ningún velo eso que llamamos “ nuestras instituciones”, nos daremos cuenta que realmente no existen . Solo existen personas, grupos de individuos o corporaciones de grupos, “dueños” de eso que denominamos instituciones.


 

Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles
Enciclopedia Virtual
Biblioteca Virtual
Servicios