DERECHO: ¿CUÁL DERECHO?
DE LA CONSTITUCIÓN BURGUESA A LA CONSTITUCIÓN DE NUEVA DEMOCRACIA

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Álvaro Bedoya Salazar

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4.9 Olaya Herrera

El primer gobierno liberal del siglo XX se inauguró el 7 de agosto de 1930. Hoy puede afirmarse que la nueva hegemonía no representó ningún avance de fondo en la revolución democrático-burguesa y, antes por el contrario, los gobiernos de Olaya, López Pumarejo, Eduardo Santos y Alberto Lleras contribuyeron a consolidar la dominación imperialista.

Durante este periodo se expidió la Ley 83 de julio 23 de 1931, por medio de la cual se legaliza la existencia de los sindicatos obreros, la cual permitió la fundación de la Confederación Nacional de Empleados, que tuvo vida hasta 1949.

Mientras el gobierno atendía el conflicto fronterizo con el Perú, debió hacer frente también a la depresión económica de 1929, lo cual resquebrajó la incipiente producción Nacional. Fiel al principio de que es el capital extranjero el que nos va a salvar, la Ley 37 de 1931 otorgó ventajas a manos llenas a la inversión de la banca fiduciaria norteamericana, desminuyéndoles a las trasnacionales los impuestos y regalías que debían pagar por la extracción, producción y transporte del petróleo y derivados. Esta misma ley les entregó grandes extensiones de nuestra tierra como zonas de reserva y además les quitó la obligación de vender el 20% de sus acciones a ciudadanos colombianos. Los liberó asimismo de la obligación de contratar como mínimo el 25% de trabajadores colombianos en la planta de personal.

Olaya Herrera adoptó como eje de su gobierno la aplicación de las recomendaciones imperiales de la Misión Kemmerer, la cual se había puesto en funcionamiento desde el gobierno de Pedro Nel Ospina. Fue así como se crearon varias entidades de carácter nacional, como la Caja de Crédito Agrario y el Banco Central Hipotecario, y se invirtió en obras de infraestructura como la ampliación del puerto de Buenaventura, la construcción del puerto de Barranquilla y otras más.

El nuevo régimen debía dar algunas garantías reivindicativas a los trabajadores, con miras a recabar su apoyo. Los avances logrados en materia laboral también deben mirarse no como un regalo de la cúpula liberal en el poder, sino como el fruto de las luchas de la clase obrera colombiana, no sólo reivindicatorias, sino también patrióticas y antiimperialistas.