LA ECONOMÍA MEXICANA. CRISIS Y REFORMA ESTRUCTURAL. 1984-2006

LA ECONOM?A MEXICANA. CRISIS Y REFORMA ESTRUCTURAL. 1984-2006

Hilario Barcelata Chávez

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UN CONSEJO MONETARIO PARA MÉXICO

13 de febrero de 1999

Los hombres prácticos, que se creen exentos por completo de cualquier influencia intelectual, son, generalmente, esclavos de algún economista difunto.

John M. Keynes

En los últimos meses se han incrementado sensiblemente las opiniones a favor de implementar un Consejo Monetario y adoptar el dólar norteamericano, como moneda de curso legal en México. Quienes recomiendan estas medidas, argumentan que es la mejor forma para acabar con la inestabilidad cambiaria (devaluaciones recurrentes) y con la inestabilidad de precios (inflación).

Ciertamente, esta parece ser una medida atractiva a simple vista, pero en el fondo resulta ser algo sumamente riesgoso con resultados probablemente catastróficos

En esta entrega, por razones de espacio, analizaré sólo lo referido al Consejo Monetario y en la siguiente me abocaré al asunto de la dolarización. Veamos:

1.-Un Consejo Monetario es una institución que sustituye al banco central, adquiriendo de éste, como única función, la de realizar cambio de moneda, y por tanto, renuncia a su función de imprimir dinero basado en el crédito interno. Por eso, se le conoce, también, como Caja de Conversión. La medida se toma cuando el banco central ha mostrado una alta ineficiencia para manejar la política cambiaria y monetaria y cuando, por ello, es incapaz de generar confianza entre los inversionistas.

El establecimiento del consejo requiere:

a) establecer un régimen de convertibilidad en el que cada peso en circulación esté respaldado por un dólar de reservas internacionales. Es decir, que la cantidad de dólares en reserva del país, debe ser, por lo menos, igual a la cantidad de pesos que haya en la economía.

b) Establecer el Consejo, también implica imponer una paridad del tipo de cambio fijo. Es decir, un peso por un dólar. Es esta política, la que garantiza que no haya devaluaciones.

Un Consejo Monetario es diferente a un Banco Central, porque éste maneja el nivel de crédito y el volumen de reservas de divisas, de acuerdo a la política monetaria y de tipo de cambio que defina el gobierno a través del banco. Además, la cantidad de dinero en circulación no requiere tener un respaldo en dólares. La expansión económica no está sujeta a la capacidad de obtener dólares del exterior. Además, el banco central decide la política cambiaria (fija o flexible) de acuerdo a los objetivos fijados por el gobierno.

2.-Las implicaciones del reemplazo del banco central por un Consejo Monetario, en la práctica se pueden resumir así: a) Renunciar a las funciones que realiza el banco central en materia de impresión de dinero basado en el crédito interno, y mantenerse como casa de cambio, significa abandonar un instrumento de ajuste que permite al gobierno influir sobre el volumen del crédito y la tasa interés. Y por tanto, significa renunciar a un instrumento que permite regular los efectos de las crisis económicas, dada su capacidad de influencia sobre la inversión y el consumo.

b) El ajuste de la cantidad de dinero en la economía (el volumen de liquidez) a la cantidad de dólares en el país implica que la cantidad de pesos estará sujeta a los flujos de entrada y salida de capitales extranjero. Porque, como se sabe, la cantidad de dólares en un país, depende de la entrada y salida de capitales extranjeros, ya sea por inversiones, ya sea por exportaciones. Por tanto, la expansión económica quedaría vinculada a la capacidad de la economía nacional de atraer esos capitales y en un entorno recesivo en que los dólares llegan con tanta dificultad al país, la existencia de una caja de conversión agravaría la crisis económica.

c) Mantener un tipo de cambio fijo, implica que debe haber una permanente correspondencia entre cantidad de pesos y de dólares, para evitar que varíe. Para ello es necesario apoyarse con flujos de entrada de divisas o reducciones en la cantidad de dinero circulante en el país, si los dólares no llegan, lo cual implica crear un mecanismo interno multiplicador de las recesiones externas, pues siempre que haya recesión afuera y los dólares no lleguen, la paridad fija exigirá más recesión interna, es decir, reducir el circulante interno.

El único país que ha aplicado esta política en América Latina es Argentina en 1991. Desde entonces ha logrado una estabilidad de precios y en los tipos de cambio. Sin embargo, el costo ha sido mayor. Al anular su capacidad para influir en los procesos económicos mediante la política monetaria, ha experimentado caídas en su crecimiento económico muy importantes. Por ejemplo, en 1995 del 5%, como resultado del efecto Tequila. Es decir, no sólo se quedó sin instrumentos para paliar la crisis, sino que, además, la renuncia a dichos instrumentos, no le ofreció protección alguna contra los efectos de la recesión (como argumentan quienes están a favor de la medida). Además, desde la implementación de su Consejo Monetario, Argentina ha sufrido un constante incremento en sus volúmenes de desempleo. Su tasa de desempleo en 1991 era de 6.5% y en 1995 alcanzó un nivel de 17.5%. Actualmente su tasa de desempleo es del 14%. Para decirlo rápido, Chile, que no ha implementado el Consejo y sí medidas de control a los flujos de capital, ha obtenido mejores resultados macroeconómicos y no se ha visto tan afectado por la turbulencia financiera internacional. De hecho el efecto tequila no le impidió obtener en 1995 una tasa de crecimiento del 6.5%.

Así, la aplicación de un Consejo Monetario en México no garantiza absolutamente nada, pero sí pone en riesgo, en general, la capacidad de influencia del gobierno sobre los procesos económicos que normalmente están ligados a objetivos nacionales (y de la sociedad sobre esos procesos si consideramos que el gobierno puede representar la voluntad popular). Pero además, pone en riesgo, en particular, la capacidad de control interno de las crisis, sobre todo, ahora que se vive gran turbulencia en los mercados financieros internacionales.

En el fondo el mensaje que hay detrás de la implementación de un Consejo Monetario es simple pero muy peligroso: “el banco central es ineficiente para cumplir su tarea. De hecho no debe tener las tareas que tiene. De hecho es que el gobierno no debe intervenir en la economía ni en el ámbito de la política monetaria y cambiaria, porque además de ineficiente, no es capaz de generar confianza”. Este argumento es falaz y tendencioso.

Si bien es cierto que los dirigentes de la política monetaria y cambiaria del país lo han hecho muy mal, también es cierto que el problema no se soluciona desapareciendo la institución que dirigen. Porque es un problema de hombres y no de instituciones. Si estos no sirven que se vayan y vengan otros más capaces. Y si el problema es el proyecto económico que defienden, entonces cambiemos el proyecto y al gobierno.

Porque un Consejo Monetario pondrá en manos del mercado la política monetaria y cambiaria, es decir el futuro del país, y ya sabemos qué clase de futuro nos depara el imperio irrestricto del mercado.