LA ECONOMÍA MEXICANA. CRISIS Y REFORMA ESTRUCTURAL. 1984-2006

LA ECONOM?A MEXICANA. CRISIS Y REFORMA ESTRUCTURAL. 1984-2006

Hilario Barcelata Chávez

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PESO Y DÓLAR: ESTABILIDAD CAMBIARIA O APRECIACIÓN EXCESIVA

2 de octubre de 1997

El manejo de la política cambiaria ha dado resultados positivos desde la perspectiva del Banco de México, el cual busca con dicha política evitar que el peso se devalúe frente al dólar. Ello como una estrategia para controlar el fenómeno inflacionario y, desde luego, hacer atractivo el país a los inversionistas extranjeros. De este modo el tipo de cambio se ha mantenido estable durante el presente año contra todos los pronósticos de los analistas que calculaban un nivel de paridad alrededor de los ocho pesos con cincuenta centavos.

Hoy está claro que las autoridades monetarias utilizarán todos los medios a su alcance para evitar la pérdida de valor del peso frente al dólar. El problema de ese objetivo tiene, sin embargo, dos serios inconvenientes que hay que considerar:

1.- El primero se refiere al hecho de que para mantener la paridad cambiaria se requiere mantener un nivel elevado de reservas internacionales de divisas. Eso implica, necesariamente, tener un nivel elevado de flujo de capitales extranjeros a nuestro país. En este momento esto se está dando. Durante el mes de septiembre el nivel de reservas llegó a sumar 23 mil 425 millones de dólares. Por ese motivo la paridad se ha podido mantener fija (e incluso a la baja en ciertos momentos). El problema radica en que del total de las inversiones extranjeras un 63% ( algo así como 25 mil millones de dólares) son de corto plazo, es decir, capitales de alta volatilidad que en cualquier momento puede salir del país causando consecuencias desastrosas para el nivel cambiario del peso. Esto es así porque en un régimen de libre flotación, como el que ha establecido el Banco de México, el precio del dólar depende la oferta y la demanda del mismo. De modo que el constante flujo de la divisa mantiene firme al peso. De modo que la estabilidad de ese precio está atada a la estabilidad que puedan ofrecer los capitales foráneos, los, cuales, si algo no tienen, es ser estables.

2.- El segundo inconveniente de una política de esta naturaleza es que puede propiciar una apreciación del peso (que el peso valga cada vez más en términos de dólar). Apreciación que puede ser excesiva por dos razones: una por la fuente y la estabilidad de lo que la hace posible (los capitales de corto plazo) y dos, por el hecho de que el diferencial entre la tasa de inflación de Estados Unidos y México, es un factor que automáticamente está determinando una nueva paridad real que exige un ajuste en la paridad nominal. Es decir, un ajuste al alza en el precio del dólar.

Desde luego, el Banco de México ha considerado el riesgo que implica una política cambiaria de esta manera y por ello está adoptando medidas para evitar los efectos nocivos del amplio flujo de capitales foráneos. La opción que ha utilizado es la de “dejar largo” el sistema monetario. Ello se logra mediante el establecimiento de una subasta de ventas de opciones, es decir, la compra de dólares por parte de la banca central al mercado de divisas. El proceso implica que para comprar dólares hay que introducir más pesos en el sistema monetario, lo cual trae como consecuencia un exceso de liquidez. El riesgo de esta medida es que causa efectos adversos sobre los niveles de inflación. Para evitar dicho exceso, se requiere vender valores gubernamentales (Cetes, por ejemplo) para “secar” el mercado de ese exceso de liquidez. Pero ello tiene efectos sobre la tasa de interés, porque para hacer más atractiva la compra de valores se tiene que ofrecer un interés más alto. Ello no podrá evitarse ya que el Banco de México no está dispuesto a dejar ese exceso de liquidez podría ocasionar una baja en los réditos, cosa que dicha institución ha declarado que no permitirá ya que no actúa en contra de las tendencias de los mercados.

Así pues, el manejo de la política cambiaria, se mueve en el filo de la navaja, jugando con elevados riesgos de propiciar una crisis financiera nacional. Cosa que parece innecesaria. Porque si bien es cierto que la economía requiere estabilidad en el tipo de cambio, los precios y las tasas de interés, también es cierto que lograr esa estabilidad a base de correr enormes riesgos, nos puede llevar al punto de origen de la situación actual: la crisis de diciembre de 1994 que tuvo su origen, a su vez en la política salinista de control cambiario que apostó la estabilidad económica en la estabilidad cambiaria, en las volátiles inversiones de corto plazo (hot money) y en las elevadas tasas de interés.

Así que si antes nos atemorizaba que el peso se devaluara hoy lo que atemoriza es que se haya dejado de devaluar y entre más alta sea una apreciación más fuerte y dolorosa será su caída.