LA ECONOMÍA MEXICANA. CRISIS Y REFORMA ESTRUCTURAL. 1984-2006

LA ECONOM?A MEXICANA. CRISIS Y REFORMA ESTRUCTURAL. 1984-2006

Hilario Barcelata Chávez

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NEOLIBERALISMO EMPOBRECEDOR: HACIA LA BÚSQUEDA DE ALTERNATIVAS

19 de octubre de1995

La profunda recesión económica propiciada por el Plan de Ajuste Zedillista de principios de año está socavando las estructuras económicas del país. Miles de empresas de todo tipo quiebran diariamente (se calcula que alrededor de 8000 diariamente). Y las que aún se mantienen con vida, en realidad sólo se defienden de no morir. De acuerdo con las declaraciones del Presidente del Consejo Coordinador Empresarial Héctor Larios Santillán, la planta industrial trabaja actualmente al 30% de su capacidad instalada.

Ni duda cabe que en buena medida dicha recesión ha sido producto de la contracción a que se ha sometido el gasto público durante éste año. Así lo entiende Víctor Manuel Terrones, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), al decir que se requiere de gasto e inversión pública para que puedan mantenerse operando las fábricas.

Esta situación ha provocado que el empleo se desplome a niveles nunca antes vistos y, por lo mismo, el ingreso y el consumo. Así, tan sólo de agosto a septiembre de éste año, el consumo de alimentos disminuyó un 18%, el consumo en medicamentos un 1 8%, el gasto en diversiones y espectáculos un 45%, y el de accesorios y efectos personales un 43%. (El Financiero. 18/10/95).

Esto habla no solamente del dramático impacto que están sufriendo las empresas que ante la reducción del consumo ven reducidas sus ventas. También habla de un profundo deterioro en el nivel de vida de la población mexicana la que, ante la falta de ingresos ve mermadas sus condiciones de vida.

Contrastan, con ésta cruel y brutal realidad, las declaraciones recientes del Presidente Zedillo en el sentido de hablar de "los logros de la estabilización 1995", cuando la gente prácticamente se está muriendo de hambre. Lo más grave es que el Sr. Zedillo considera que no hay mejor alternativa para solucionar la crisis que el programa económico que él ha puesto en práctica. Y lo que es peor dice que ninguno de los críticos de su programa económico tiene una propuesta alternativa o que, al menos, no han demostrado tener una propuesta clara que produzca mejores resultados que la suya. (El Financiero. 18/10/95). Además de abusar de necedad y prepotencia (cosas mal vistas en un presidente de una República) el Sr. Zedillo abusa también de desconocimiento o franca ignorancia. Propuestas de programas alternativos para solucionar la crisis sin propiciar recesión y deterioro en el nivel de vida, las hay y muy claras. Que el Sr. Zedillo no quiera escucharlas es otra cosa. Ahora que si de plano es cierto que las desconoce habrá que pedirles a sus asesores que le permitan leer de vez en cuando los periódicos nacionales. Y es que las críticas al programa de ajuste vienen de todas partes y en todos los sentidos. Ya no digamos de los partidos de oposición sino también desde dentro de las estructuras del poder. Ahí están por ejemplo las críticas que se han hecho desde el Partido Oficial. O las que han expresado los empresarios nacionales que, con mucho, han sido de los sectores sociales que más propuestas alternativas ha presentado a la opinión pública y al propio Sr. Zedillo. A éste, nuestro país, lo tienen en profunda agonía tres cosas: Una es la falta de sensibilidad social con que lo gobierna su actual Presidente. La otra es la falta de sensibilidad política para escuchar a la sociedad y caminar en el mismo rumbo que ésta quiere hacerlo. Y, por último, la incapacidad del propio gobierno (él sí) para crear una propuesta alternativa de desarrollo económico diferente al desgastado modelo neoliberal que ya demostró para qué sirve: para empobrecer al país.