LA ECONOMÍA MEXICANA. CRISIS Y REFORMA ESTRUCTURAL. 1984-2006

LA ECONOM?A MEXICANA. CRISIS Y REFORMA ESTRUCTURAL. 1984-2006

Hilario Barcelata Chávez

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LA INEFICIENCIA DE LOS BANCOS REPRIVATIZADOS

1993

La nueva banca privatizada sigue siendo el centro de las discusiones y elemento imprescindible en las argumentaciones sobre la situación que atraviesa la economía del país.

Recientemente el Grupo Expansión realizó y publicó en la Revista Expansión (No. 622, Vol. XXV, 18-08-93), una encuesta acerca de la situación actual de la banca reprivatizada. Dicha encuesta se aplicó entre 420 ejecutivos de grandes y pequeñas empresas del país y los resultados son, por demás, interesantes.

A pregunta expresa sobre si se considera que las condiciones actuales de la banca son las adecuadas para competir frente a la apertura comercial, sólo el 6% de los encuestados contestó que sí, en cambio un 59% opinó que no eran adecuadas.

Un 55% de los encuestados considera que la reprivatización no logró la famosa “democratización del capital” y apenas un escaso 5% considera que sí.

Una de las respuestas que más alarma causa es la referida al supuesto hecho de que con la reprivatización se lograría una ampliación del acceso al crédito. Un 73% de los encuestados lanzó un rotundo no, en tanto un 8% consideró lo contrario. Con respecto al crédito que otorga la banca reprivatizada, el 86% considera que no se otorga con oportunidad. El 96% piensa que su costo no es accesible y un 87% plantea que su tramitación no es expedida.

Al pedírsele a los encuestados que calificaran del 1 al 10 los servicios de los bancos con los que su empresa tiene mayor relación, el resultado fue el siguiente. En “calidad”, 6 de calificación para Banamex, Bancomer y Serfín y 7 para otros. En “eficiencia”, un 6 para todos los anteriores. Igual un 6 para todos en “rapidez” y un 6 generalizado para los tres primeros y un 7 para otros en “atención personalizada”. Calificaciones evidentemente muy bajas.

En cuanto al problema más frecuente que se encuentra con relación a la banca, las opiniones fueron como sigue. El 73% piensa que el principal problema son las altas tasas de interés. Un 62% consideró que la pérdida de tiempo, un 50%, también, piensa que la ineficiencia, un 35% considera que la falta de información y sólo un insignificante 1% consideró que no había problemas.

En cuanto a la opinión que se tiene respecto a si se cree que han mejorado la infraestructura y los servicios que ofrece la banca la respuesta fue contundente. Sólo un 33% piensa que Banamex ha mejorado, un 26% piensa que lo mismo de Bancomer. Del resto de los bancos la opinión que se tiene en este aspecto es muy pobre. Así, sólo un 9% piensa que Serfín ha mejorado, un 5% piensa lo mismo de Banco mercantil y de Confía, un 4% de Comermex y un 3% del Internacional y Atlántico. Y tan sólo un 2% se inclinó por pensar lo mismo de Promex, Somex, BCH, Banorte, Banpaís y Cremi.

Si alguna conclusión podemos obtener de esta encuesta es que no se han alcanzado los resultados que se esperaba obtener con el proceso de reprivatización de la banca.

Entre otras cosas se piensa que la banca es poco competitiva Que la propiedad del capital sigue concentrada. Que no hay acceso adecuado al crédito y que los créditos que se otorgan no se dan con oportunidad, ni a bajo costo. Del mismo modo destaca que hay fuertes problemas en cuanto a calidad del servicio, eficiencia, rapidez y atención personalizada. Los créditos siguen siendo caros y aún se invierte mucho tiempo en las transacciones. Finalmente se piensa, de manera generalizada, que ni los servicios ni la infraestructura han mejorado con la reprivatización.

Creo que los resultados de la encuesta son indiscutiblemente ciertos. Cualquier usuario de los bancos en cualquier ciudad del país ha sufrido y sufre uno o todos juntos los problemas que aquí se mencionan. Desde luego, todo esto afecta de manera importante en la economía del país en tanto la medular importancia que tiene la banca. La velocidad de los cambios en este sector financiero debe ser mucho mayor si se quiere ajustar a las necesidades del país. De otra manera se irá convirtiendo en un lastre que habrá que eliminar de alguna manera.

La esperanza de empresarios y usuarios en general es que los propietarios de los bancos, los funcionarios bancarios y todos los empleados que trabajan en estas instituciones, dejen atrás su autocompetencia y su prepotencia y no olviden que, aun privada y aun siendo un negocio, la banca está para servir al país y a los mexicanos.