LA ECONOMÍA MEXICANA. CRISIS Y REFORMA ESTRUCTURAL. 1984-2006

LA ECONOM?A MEXICANA. CRISIS Y REFORMA ESTRUCTURAL. 1984-2006

Hilario Barcelata Chávez

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EL PACTO Y LA NUEVA POLÍTICA MONETARIA

1988

Con la nueva concertación de Pacto de Solidaridad para los meses de abril y mayo se abre un camino hacia el cual seguramente habrá de dirigirse la economía del país. Dos medidas de política monetaria saltan a la vista como elementos con los cuales se pretende reducir el ritmo de crecimiento de los precios, medidas que de hecho ya se habían tomado desde el mes pasado: una es la congelación en el tipo de cambio y otra es el descenso en las tasas de interés bancarias. Su implementación es un reconocimiento oficial aunque velado de que tanto las elevadas tasas de interés como la constante devaluación del peso frente al dólar, estaban incidiendo en el incremento de la inflación.

Por una parte, el hecho de fijar una paridad fija de nuestra moneda durante por lo menos dos meses más, implica que se detendrá en parte, la irracional política de fomento a las exportaciones que dañaba fuertemente el poder adquisitivo del dinero ya que se traducía en una mayor inflación, aunque por otra parte esta medida se está llevando a cabo a través de un manejo indiscriminado de las reservas de divisas, ya que para sostener la paridad cambiaria necesariamente el gobierno habrá de mantener una oferta constante de dólares para no sucumbir antes las fuertes presiones especulativas de los grandes inversionistas, que al percibir grandes ganancias en el sistema bancario o en la Bolsa de Valores buscan en el dólar una forma de obtenerlas. Es ahí donde resalta el carácter pernicioso de la baja en la tasa de interés.

Esto no quiere decir que este mal que bajen dichas tasas ya que esta es una medida que efectivamente permite aligerar la presión sobre los precios, sin embargo ella por si sola no puede lograr los resultados que se esperan. Una de las razones que mueven a la baja la tasa de interés es la búsqueda de un menor costo financiero en las actividades productivas y si bien esto se logra, puede no resultar a mediano plazo un factor positivo para el manejo de la inflación por dos razones: Una: aunque la tasa de interés ha bajado, el crédito sigue restringido y por tanto una gran cantidad de empresas no tienen acceso a él, por lo que se genera una mayor actividad productiva. Dos: al bajar la tasa de interés, una gran cantidad de capitales son liberados de los bancos y se encaminan en la búsqueda de mayores ganancias. Sería de esperarse que esto produjera una canalización de capitales hacía la inversión productiva, pero esto no se da por la sencilla razón: en una economía deprimida como la nuestra, actualmente no existen estímulos para esta inversión ya que la demanda se encuentra fuertemente comprimida gracias a la restricción salarial y el control presupuestal, por lo que en su lugar encontramos un fuerte proceso de dolarización de la economía, el cual se da gracias a la política irrestricta de libre convertibilidad de nuestra moneda, la cual se ve estimulada por la paridad fija establecida que crea expectativas de futuras devaluaciones ya que no existe confianza en el freno artificial al tipo de cambio y a la inflación, coincidiendo en que efectivamente la economía está siendo estabilizada artificialmente, no porque considere que haya de dejar la economía empeñada al libre juego de las fuerzas del mercado, sino porque se está actuando sobre elementos que no necesariamente son causa en el crecimiento en los precios.

Por tanto, lo urgente para la economía del país será acompañar a la baja en la tasa de interés con un control generalizado de cambios racionalizando el uso de las divisas.

Al tiempo que se estimule el salario y la demanda del sector público, generando con ello un crecimiento en la demanda efectiva que estimule la inversión productiva y un manejo del tipo de cambio sin subvaluación y en la medida que la inflación disminuya con revaluación para estimular más la inversión productiva a través del abaratamiento de las importaciones siempre y cuando se retome a un control estricto de los bienes importados. Del otro lado sin embargo, esta la opción ya se ve: combate a la inflación con mayor recesión, lo cual si bien económicamente puede ser irreversible a través del desmantelamiento de gran parte de la planta productiva, socialmente será inaguantable.