SALARIOS, EMPLEO Y POLÍTICA SOCIAL

SALARIOS, EMPLEO Y POL?TICA SOCIAL

Hilario Barcelata Chávez

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POBREZA Y PROYECTO ECONÓMICO

24 de octubre de 1998.

Uno de los problemas, más urgentes e importantes del país no ha sido resuelto por el actual gobierno de la República. La pobreza y marginación.

Desde luego, los grandes rezagos sociales son, en su totalidad responsabilidad de quien ocupa hoy la presidencia de la República. Estos, de modo, general, hay que entenderlos como el resultado histórico de la forma particular del desarrollo capitalista que ha tenido nuestro país, y de las particularidades que ha adquirido el Estado mexicano. El que, a pesar de ser producto de un fenómeno revolucionario no ha sido capaz de crear, regenerar, y mantener vigentes las instituciones necesarias para impedir la existencia de las desigualdades económicas y evitar la explotación.

Desde luego, el problema se ha venido agudizando al paso del tiempo. El capitalismo representa un orden social que se sirve de los rezagos sociales para reproducir la acumulación de capital de manera más rápida y eficiente Y al no atenderse e impedir su expansión, estos han entrado en un proceso de autoregeneración, siempre a un nivel más agudo y más amplio.

La responsabilidad de los últimos tres gobiernos que ha tenido el país (contando el actual) con respecto a esta situación, radica en el hecho de que su proyecto de nación no tiene incorporados con objetivos nacionales, la solución de ésta problemática. Lo que es mas grave, es que dicho proyecto se basa en un conjunto de políticas que tienden a recrudecerla. Es decir, políticas que atentan contra el bienestar de las grandes mayorías ya que han reconcentrado el ingreso y la riqueza, al tiempo que han deteriorado su capacidad productiva y con ello, la posibilidad de mejorar su nivel de vida material.

Actualmente la situación es alarmante: El 10% de la población nacional que constituye la elite económica del país reciben el 36.6% del total del ingreso nacional. Aún mas, si se suma el nivel inmediato inferior de la población (que constituye una capa social bastante privilegiada) tenemos que el 30% de la población más rica recibe el 64.12% del total del ingreso. En el otro extremo el 10% de la población más pobre recibe apenas el 1.79% del ingreso y si sumamos los dos estratos superiores inmediatos tenemos que el 30% de la población más pobre recibe, cuando más, el 8.73% del total del ingreso.

Estos datos significan que la crisis económica ha tenido como resultado el empobrecimiento de los más pobres y señala como beneficiarios a las clases económicas más poderosas del país que se han enriquecido a costa de aquellos.

Lo cierto es que, a pesar de la retórica oficial en su momento, ni el populismo revolucionario, ni el neoliberalismo eficientista han logrado incorporar a las grandes masas populares dentro de los beneficios del crecimiento económico.

Esta grave situación requiere imponer no sólo programas y estrategias aislados y patrimonialistas en contra de la pobreza, sino un proyecto nacional en el que se reconozcan los intereses de las clases populares como factor de prioridad nacional, para que de ahí se desprenda una política social que propicia la repartición de la riqueza como formula de mejoramiento social y como mecanismo de inclusión de dichas clases en los beneficios del crecimiento económico.