BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


TEMAS

Francisco Javier Contreras Horta

Esta página muestra parte del texto pero sin formato.

Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (266 páginas, 475 kb) pulsando aquí

 

 

 

 

 

SOBRE LAS DEUDAS III

Si quisiéramos, decíamos la vez pasada, encontrar la verdad que se esconde detrás de cada flor, de cada gusanito, de cada pajarito..., encontraríamos que cada uno de los seres tiene con los demás una relación intrínseca que biológicamente se entiende, pero no la hemos entendido más allá. Resulta pues, que el aspecto biológico de la vida, es una muestra de su apariencia espiritual.

Así como biológicamente los seres vivos tienen mucha relación entre sí, del mismo modo, todos los seres están relacionados espiritualmente y se afectan mutuamente; de tal forma que cuando tú tumbas un árbol, no solamente le hiciste daño a esa planta, no, le hiciste daño a todo un ambiente, a todo un ecosistema, le quitaste vida a un montón de animalitos que iban a vivir ahí; pusiste obstáculos a la vida.

Del mismo modo, cuando dañamos a alguien, no sólo dañamos a ese alguien, sino que dañamos a todo un sistema de vida espiritual, a todo un sistema de intenciones, y todo él se queda dolido. Si nosotros saliéramos al campo, tomáramos la costumbre de platicar con nosotros mismos, y encontráramos la verdad que se esconde detrás de cada muestra de vida que encontremos a cada paso, descubriríamos por ende, la relación espiritual que tienen entre sí todos los seres; y como consecuencia lógica, entenderíamos cómo funciona el mundo en realidad.

Si tú, en determinado momento ofendes a alguien, toma en cuenta que no se derrama una lágrima en vano; no se lastima un corazón sin consecuencias; y eso, queriendo que no, te va a repercutir, se va a regresar y cada piedra que tú lances contra tu hermano, tú crees que la lanzaste contra tu hermano, pero en realidad la lanzaste hacia arriba, y como subió, tarde o temprano va a bajar y te va a pegar a ti con la misma fuerza con la que la arrojaste, exactamente con la misma intención con la que tú la aventaste; y te va a hacer el mismo daño que tú quisiste hacer.

Luego entonces, si ofendiste a alguien, lo único que puedes hacer es: intenta reconciliarte. ¡Pero pronto! ¡Pero ya! ¡Pero antes dé! No esperes, porque puede ser que no haya oportunidad de recobrar después. Y cuando tú vas con tu hermano y le dices ¡hey! perdóname, no quise ofenderte; o si lo quise, reconozco que hice mal; vamos arreglando esto, dime qué quieres: si te lastimé, te curo; si te desarreglé, te arreglo; entonces nos estaremos curando..., porque la reparación de una falta, tiene un efecto multiplicativo.

Es como si yo al querer que otro se alegre le cuento un chiste, y él se ríe, pero yo también me río; intentando que mi amigo se sintiera a gusto, yo también me divertí, El bien siempre multiplica por dos, por dos o por más; el mal también multiplica por dos, por dos o por más. Entonces, cuando tú pides perdón, el bien que estás haciendo se te regresa y tú te sientes mejor, y eso difunde una idea de amistad entre los dos y hace que se acaben tiranteces y hace que tú seas más persona y el otro más persona y la comunidad, una unidad más humana, más digna.


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles
Enciclopedia Virtual
Biblioteca Virtual
Servicios