EL ADIOS

Cartas sobre la mesa...

¡Lo pasado, ya pasó!

Quiero decirte que cuentas conmigo,

y que quiero contar contigo.

Sin lunas románticas,

sin veladas idílicas,

sin fuego y sin pasión:

Eso tuvo su tiempo,

y ese tiempo ya pasó.

Ahora seremos hermanos,

con la luna y con el sol;

tú en tu mundo,

yo en el mío,

y entre los dos una flor,

y entre los dos una luz,

y entre ambos tu candor.

SER MAESTRO

Si la vida es aprender, si lograrlo es la razón de vivir, entonces, se vive si se aprende.

Pero no todos sabemos lo mismo, luego, hay quien vive más que otros, aun cuando lo hagan en el mismo tiempo, y aún se puede dar la posibilidad de que alguien transite por el tiempo sin haber vivido; y ello, en este caso, sería muy lastimoso.

Hace falta pues, quien ayude a ser, a quien le resulta trabajoso lograrlo. ¿Y quién ya es? Si se vive para aprender es porque falta algo por lograr, luego entonces no se es, ¿Y si no se es, cómo se podrá ayudar a otro a ser?

No puede hacerse esto desde luego, sino con apoyo mutuo. Dos que intentan ser, recargan sus semejantes incapacidades y se fortalecen simultáneamente y logran avanzar: te enseño y me enseñas; te aprendo y me aprendes.

Ser maestro, es pues, intentar caminar ayudando a otros a hacerlo, y para ello, aceptar su apoyo que te permite dar un paso más. Es la importancia de vivir aprendiendo y aprender a vivir, haciendo vivir a quien esta aprendiendo.